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02/11/2025

Y cada vez/ bis

 

Cada vez que te veo.

Cada vez que te veo, se corta el aire a mi alrededor y deja de latir por un instante mi atribulado corazón.

Cada vez que te veo, es lapsus en el conteo de las horas y el reloj echa el ancla en el momento, el minutero es cincel que talla en el recuerdo esa visión.

Cada vez que te veo se revuelve inquieto mi comprometido ánimo.

Cada vez que te veo, con esa sonrisa de regalo, que es sol de invierno, faro en la noche tenebrosa, esa sonrisa que solo tú me das, que te devuelvo sin querer, que no puedo retener en mí, porque es tuya; cada vez, me vuelvo a enamorar.

Cada vez que te veo, te reconozco como el príncipe que viene a rescatarme de mi voluntario cautiverio.

Cada vez que te veo, y tú me ves, y tú me miras, me ves por dentro, y un gesto casi imperceptible se configura en tu cara, sabiendo como sé que es un guiño sólo para mí; se me descompone el mecanismo en el que tengo sujeta mi cordura. Y todo es mar y todo es agua, y nado sin ataduras en el líquido de tu mirada. 

Cada vez que te veo sé que me estás esperando. Y es un secreto a voces porque el aire es aureola que nos envuelve. Y el mundo es testigo, y nadie lo ve, y todos lo saben y lo ignoran a la vez.

Cada vez que te veo me da un vuelco al corazón.

Cada vez que te veo pienso que solo eres para mí, que tu sonrisa me la dedicas como se dedica un poema.

Cada vez que te veo me gusta más verte. Más lo temo y más me presta, más me prenda.

Cada vez que te veo pierdo el equilibrio y olvido el rumbo; me descubro frágil, sin voluntad, pero con esperanza.

Cada vez que te veo, renuevo mis votos y me prometo ser digna de ti.

Cada vez que te veo, noto como me separo lentamente del suelo, me elevo y podría convertirme en alas para sobrevolarte. Y mirarte, y verte. Y acompañarte.

Cada vez que te veo.

 

Y es que cada vez que te veo me desconecto de mi voluntad, que se engancha en tus ojos y te pertenece. Porque yo te la entrego.

 

Cada vez que te veo sé que la espera se acorta. Un chico no puede poner esa sonrisa a todo el mundo. La sonrisa no se tiene, la sonrisa nace, se da, la provoca un estímulo ajeno.

Cada vez que te veo sé que a ti tu sonrisa te la saco yo. Tengo miedo porque sé que no tiene remedio. Y porque no sé cual va a ser el momento. Que temo y deseo en igual proporción .

Cada vez que te veo me escondo en mí misma porque vuelvo a pensar que no me lo merezco.

Cada vez que te veo me siento una impostora, y que en cuanto me acerque a ti, me descubrirás. Porque tú me ves.

Cada vez que te veo temo que te des cuenta de que soy un fraude y que no vuelvas a sonreír.

 

Por eso no quiero verte,

Por eso no quiero que me digas que te hago vibrar.

Por eso me escondo cuando veo tu pelo alborotado, entre cano y amarillo, con esos rizos rebeldes para tu edad. Imagino tu habitación desordenada y llena de aire fresco de la mañana. Testigo de tu sueño, libre y sin filtros.

Por eso cambio el rumbo cada mañana y cuando no lo puedo cambiar, altero mi itinerario y mis horarios.

Por eso no te quiero ver, quiero que esa sonrisa llena de dientes dure para siempre. Que ilumine mi vida y mi camino.

Por eso y porque sé quién eres. Eres mi futuro. Eres mi rayo verde.

Por eso no quiero estropearlo. Otra vez.

 

Cada vez que te veo sé que eres tú. Que estás ahí porque me has elegido.

Cada vez que te veo no puedo sentir orgullo porque siento vergüenza, pudor por mi cuerpo ajado, bochorno por mis canas, mis arrugas, mi rostro envejecido, mis gorduras, mis andares.

Cada vez que te veo a la vez me siento la reina en la alfombra de rosas, haces de mis harapos sedas que flotan entre nosotros y nos rozan como besos. De mis arrugas historias y de mis canas rayos de plata para iluminar la noche. 

Cada vez que te veo tu sonrisa me devuelve al presente. Tu sonrisa me enfrenta a verme tal cómo soy. Quién dejé de ser. Me desnudas. Me abrazas.

Cada vez que te veo me haces sentir bien, mejor, hermosa, valiente.

Cada vez que te veo sé que lo soy, hermosa, valiente, valiosa.

 

Cada vez que te veo estamos solos, aunque haya gente. Desaparece todo menos nosotros. Y me ves. Y te veo.

Cada vez que te veo sé que eres tú. Que estás ahí porque el destino ha elegido tu ubicación y la mía para que nos encontremos.

Cada vez que te veo sé que solo juntos existe el futuro.

Cada vez que te veo sé que tengo un objetivo, encontrarme de una vez y aceptar este premio que la vida me ha dado, que eres tú.

Porque cada vez que te veo sé que todo tiene sentido.

 

Cada vez que te veo encajan las piezas y el engranaje hace que avance. Y todo funciona de verdad. Y yo también encuentro mi sonrisa.

Cada vez que te veo entiendo por qué y siento tanto vértigo.

Cada vez que te veo tengo miedo porque sé que existe la opción de la felicidad.

Siento un temor que me dice que no me queda otra opción que ser  valiente. Y ante esa grieta que se abre justo donde acaba el dedo gordo de mi pie, entiendo por fin que vamos a caminar juntos.

 

Cada vez que te veo encuentro el sentido en tus rizos ocres, en tu larga sombra. Y, sobre todo, por encima de todo, en tu sonrisa. Y es la mecha que enciende mi ilusión.

Y es que cada vez que te veo, me encuentro sonriendo, dando yo mis sonrisas a la vida.

Cada vez que te veo quiero que hagamos una fotografía y nos inmortalicemos juntos. Es la primera del álbum del camino que vamos a hacer juntos.

 

Paquita Medialdea,

Madrid, octubre de 2025

 

04/10/2025

QUERIDAMARIGLORIA

Querida MariGloria:
Hoy te encantaría estar aquí, porque nos has vuelto a reunir. Faltan los que no han podido. Ya sabes. A lo mejor les puedes dar un achuchón de nuestra parte.

No te imaginas cómo te echamos de menos. Sé que has cumplido de sobra con la vida. Una vida de entrega, trascendencia, trabajo y de amor. Una vida en la que siempre han estado los demás por delante de ti, antes que tú. Los demás antes que tus intereses, que tus deseos. Porque convertiste tus prioridades en la entrega al otro. 
Con tu figura esbelta, nunca fuiste frágil, siempre esqueleto, siempre en la esencia, siempre atenta, siendo el pegamento que nos une. Gracias.

Querida MariGloria. Eres buena.  Alimentas de comprensión nuestros corazones. Con tu ejemplo, con tus palabras. Nos enseñas cada vez lo que es el agradecimiento. Gracias a ti siempre.

Querida MariGloria, conseguiste en tu despedida aglutinar esa piña Montoya, verla y tenerla cerca en estado puro, cantado, contando. Viendo tenis. Encontrando palabras en juegos imposibles. Juntos.

Querida Mari  Gloria, ha pasado el verano sin ti, te echamos de menos. Has dejado un hueco enorme, que no está vacío, si no lleno de anécdotas y mucho cariño. Gracias por tanto Mari Gloria, Gogo, Mariglo. Eres de todos. Eres por todos querida. Gracias por escuchar, gracias por las cosas pequeñas, gracias por lo que nadie sabe. Gracias por dejarnos estar a tu lado en este viaje. No has pedido nada a cambio. Siempre disponible, siempre dispuesta, siempre preparada. Siempre atenta.

Querida Mari Gloria siempre has tenido tiempo para ir a ver a una amiga, para acompañar. No has tenido pereza. Y nos has hecho un poco más buenos teniéndote cerca.

Querida MariGloria. Te vas y te llevas una sabiduría de la no has presumida nunca. Te vas con tu alegría. Te vas con la música, con tus ganas de bailar. Entusiasta del Madrid, del tenis, de Segovia, querida Segovia, los torteles y del bocata de jamón. Entusiasta de la familia y de la vida. De los libros de misterio que se pueden leer, con tu particular censura. Que no salgan cosas feas. ¿Qué necesidad hay? Y es cierto, poco aporta a la trama. Te vas sin haberte tomado un yogur y con la cabeza lúcida y la memoria intacta.

Querida MariGloria no me creo que no podamos quedar, charlar, hacer un plan . No poder escucharte decir lo buenos que son todos, los abuelos, los hermanos, tus sobrinos, la gente de tu casa. Y lo listos.

Querida Marigloria, gracias otra vez, gracias porque nos has hecho a todos favoritos. Tus hermanos favoritos, tus cuñadas favoritas, tus sobrinos favoritos, tus sobrinos nietos favoritos, tus amigas favoritas. Dicen ellas, que has ayudado a tanta gente. En tu casa, todas, de un extremo a otro del pasillo, de arriba a abajo y de abajo arriba, pasando por todos los rincones, dejas buenas palabras, consuelo, alegría, disposición. ¡Cuánto ocupas con tu escueta figura!.


Gracias. Este mes de julio ha sido un remate redondo de aprendizaje y agradecimiento. Es como si nos hubiéramos descubierto en los otros. Porque desde tu amor estabas trazando con hilo fino esa despedida que nos dejas como broche de vida. No te enaltece la ausencia. No te hace grande o mejor la muerte. Siempre te hemos querido igual. Dicen que estás en un sitio mejor, desde donde nos cuidas. Ya. Yo echaré mucho de menos cuando nos cuidabas aquí.

21/09/2025

¡Y QUE VIVAN LOS CACIQUES!

Un concierto en el Siroco siempre mola, es un planazo. En mi caso la última vez que había ido, se podía fumar, así es que casi no lo reconozco. El "puerta" le dice a la madre 'pero tu viniste ayer'. Y se lía, 'tu, usted, perdón'. Lo que hacen las canas. Tú, tu, tu.

Los Caciques han tocado en el Siroco este finde. Que yo sepa tenían solo un disco. Les había ido a ver hace… ¿30 años? Entonces no me sabía ni una canción. En esa época madrileña en que la todos íbamos a los mismos sitios, en esa edad en que todo el mundo se conoce (supongo que los que tengan ahora nuestros años de entonces pensarán "igual que ahora"). Todos estábamos enamorados de todos. Pasaban esas cosas. Salías de casa sin haber quedado, llegabas al bar de los Ginkases con una amiga, con tu hermana, con tu primo. Y acababas en el Sol o en el Siroco con una panda de gente, conocidos o no. Imprescindibles en ese momento. Auténticos. Luis, Quique, Javier (X), Cali eran amigos, amigos de amigos o conocidos o hermanos de alguien; y allá que fuimos. Entre Culturales (catalizador o chispazo de la MOVIDA), ser sobrina de "la Herrero", el BASE, el Estudio, Navacerrada, al final Madrid era una especie de red en la que todos estábamos conectados. Era muy divertido. Sobrevivimos de milagro. Pero era muy divertido. Éramos bastante libres. Con nuestras restricciones. Pero libres, jóvenes y felices. No sé si en ese momento fuimos del todo conscientes, yo creo que sí. Lo pasamos muy bien. Con nuestros altibajos.

Cuando salí del Siroco entonces, recién acabada la carrera, me prometí que no volvía a un concierto sin saberme las canciones, por mucho que fueran amiguetes. Ayer me las sabía todas, menos una por la que ofrecieron una caña al que la cantara. Eso no vale, no está en el disco. Y la de Burning, vaya; versionaron a Antonio con el Sitio de mi recreo, vale. Eso sí que no me lo esperaba. Y a los Brincos, dicen que destrozando una canción. Por lo visto les confundían con ellos en su momento. No es lo mismo. Lo bueno de ser más o menos coetáneos es que algunas letras no solo te las sabes si no que te suena o te imaginas de dónde puede venir la idea. Pones cara a la música. Porque conoces a Mengano o a Futano, que te han contado. Lo que pasó. Y muchas letras son tuyas, porque estabas por ahí, aunque no te vieran.

Ayer en Siroco era salir de los Ginkases y pasarte al Penta o al Delany’s, padres e hijos. Ole ole y ole la energía y el buenrollismo que transmitieron. No sé en el escenario, pero el público se lo pasó en grande. G con la cámara de fotógrafo oficial, J que tenía que haber subido a cantar, M a base de tequila porque no engordan tanto como la cerveza, S con su chica y su hermano, que es su fotocopia; estaban todos, o casi todos, que no es lo mismo, pero es igual. El Pingüino se sabía todas las letras. Que le vi dándolo todo. Vino gente de lejos solo para verles. Los tíos del novio volaron desde Bruselas para ocupar la primera fila. ¡Olé! Y sueño verte pasar….por la avenida principal por la baranda…

 

¡Había señoras con abanico! Jajajaja Bienvenido el abanico, que fue de mano en mano como la falsa moneda por generosidad de la dueña, otras con ventiladores portátiles. ¡Qué risa! En el Siroco. El chico de atrás, bueno a lo mejor no es un chico, es un señor, presidente CEO de un Banco, un despacho de abogados o una empresa del IBEX, está a punto de desmayarse de calor y nos cuenta que en la playa ha visto en verano gente que llevaba un collar con un ventilador. Daba cosa. Parecía un cinturón bomba.

Por supuesto pelos canos, barrigas cerveceras, cuerpos redondeados, perlas y tintes, tonsuras a tutiplén y mucho entusiasmo, de primera fila. A darlo todo. Brazos en alto y risas, ¡bravo!. Las mismas caras, los mismos corazones. Las mismas sonrisas. Porque cuando alguien sonríe, le ves.

Como tardaron tanto en arrancar, comentarios, “no salen porque no se las saben, las canciones”; o: "Les da vergüenza" En los bises, que casi no da tiempo a aplaudir para que volvieran. Todos se conocen en el Siroco, aunque no se reconozcan. La gente habla con el de al lado y sale un nexo que te conecta. Ya decía lo que me sonabas. Los hijos, inconfundibles. Son los amigos de entonces.

"La calle del pez". Empezamos…"Por la baranda...no te quieres enterar, cariño mío, de lo que yo a ti te quiero" Ambientazo.

"¿Por qué te sabes todas las canciones?" Le dice una señora que iba con su amiga, (que debían pasar por ahí) a una veinteañera. "Por mi madre" dice la chavala, y señala a la mencionada. Un señor se dirige a la barra a repostar y va cantando desgañitado: "Y puedes comprobar…compañía…De una chica como ésta...de una chica como la mía..." Y se la canta a la madre, que sonríe ante un botellín que hace de micrófono improvisado y desafinan juntos "tu mirada, y de tus labios rojos" Jajaja.  Un barbudo le dice a la madre: Es que está es de Burning. Por eso.  Ha visto que dejaba de saltar, la madre.

Cuando llegaron a la Sirenita, un chaval que había ido con sus amigos, comparte micrófono con la hija y la madre se une. El novio de la hija y la amiga de la hija son resilientes y sonríen. La hermana de la madre sonríe también. Están como yo hace 30 años, no se saben las letras. ¡Qué faena!. Al acabar el concierto el chico del micrófono imaginario le dice a la hija '¿Cómo dices que se llamaba este grupo? ¡Son simpáticos!' Jajajaj.

En mi caso me sé todas las canciones porque soy fan, me encantan. Y además se estropeó el CD del coche y ¿Cuál se quedó dentro? Por la  baranda. Así es que hemos hecho muchos viajes dejándonos la voz y soltándolo todo con la música de los Caciques; que es un buen conducto para el desahogo y para encontrar alegría, energía. Como dice mi amiga L, cantar mola (especialmente si no te oye nadie, en mi caso)

La despedida con ya me ves. Épica. Que no se querían ir. Ni nosotros que se fueran.

Y ahora ya me ves, ya me ves, ya me ves

Ya me ves, ya me ves

Llevo el ritmo con los pies

Y así en bucle… ya me ves. Tengo agujetas de reírme, en los mofletes. Qué bien me lo he pasado.

Y ahora ya me ves, ya me ves, ya me ves

Ya me ves, ya me ves

Llevo el ritmo con los pies

...........

Y ahora ya me ves, ya me ves, ya me ves

Ya me ves, ya me ves

Llevo el ritmo con los pies

….

¡gracias! gracias D.

 


20/09/2025

ROBERT


A veces pienso que se me dan bien los obituarios. Es como si tuviera familiaridad con la pena y por eso me sale solo. Es morirse antes y ¡zas! Todo fluye. Me gustaría más ser divertida que hacer llorar. Pero cada uno juega con las cartas que le tocan. Ya está bien de regret. De nada vale lamentarse y regodearse en el y si. Ay y si hubiera ido yo a tal o cual sitio, si hubiera comprado esa casa en vez de alquilar.¡ Yo que sé! Hay tantos y sis que no podríamos vivir, porque la vida es eso, ir descartando unas opciones y decantándonos por otras. Y se es mucho más feliz cuando decides y asumes profundamente que la decisión que tomaste era la mejor. Y no miras atrás. No hay y sis. El caso que en las despedidas me vengo arriba, sintetizo, resumo y procedo.

Pero se ha muerto Robert Redford. ¡Madre mía de mi vida! ¿Cómo puede ser eso? Si no murió ni en dos hombres y un destino. Porque no murió. No te dejes engañar por las apariencias y esa balacera que se monta en un pueblo perdido de la América Latina. No. Hay segunda parte. 

Pareja de hecho de Paul, el guapo por excelencia. Que como Gary, está ya en los Cielos. Paul el guapísimo, el fino, con perdón. Porque si Robert era guapo no tengo palabras para Paul. Mítica pareja, el Golpe o dos hombres y un destino. La música, las escenas, las conversaciones, se agolpan en mi cabeza. Quiero un fin de semana para darme una pechada de ver pelis suyas. Cuando era acción, porque acción. Amor por amor y risas, ironía fina. Siempre bueno, siempre coherente, siempre humano, realista. En el amor y desamor Descalzos, tal como éramos….puf. Periodista auténtico. Y esa manera de lavar la cabeza a Meryl en Memorias de África que creo es una de las escenas más sensuales y casi eróticas del cine. Sin que ocurra nada, está pasando. Va a pasar.  Paréntesis (me parece fatal que todas sus películas hayan pasado a ser de pago con su muerte. Ahí lo dejo)

Mi único pero fue en” el hombre que susurraba a los caballos”, porque una cosa es hacer papeles acordes con tus ideales políticos o religiosos y otra, que ya supone saltar una raya, es alterar el argumento por vanidad. Quien haya leído el libro y visto la peli, sabe de lo que hablo. Aun así, el detalle no desluce el tema, ni altera el sentido del hilo. Pero importa.

En todos los hombres del presidente, te da un infarto de datos que retiene, de tesón por defender la verdad, del riesgo por llegar al fondo. Enaltece la figura del periodista como lo hace del ladrón en otras grabaciones.

Así que actor y director, ¡fenómeno! De lo guapo, guapo guapo, tampoco, pero, que un guapo como él, que acepte compartir pantalla con Paul el bello, indica un poco que le importa un bledo tanta guapura. Con ese flequillo pajizo que le cubría la frente y ha tenido que enamorada a la mitad del planeta (contando que al resto no ha llegado su deportiva figura y esa sonrisa ancha llena de dientes)

De chismorreo poco, más allá de sus compromisos con respecto a algún tema político y el medioambiente. Discreto. Mucho

Leo montones de chismes ahora, que si Barbra se lo quería beneficiar en Tal como éramos. ¡Hombre no le fastidies! Pero nadie habla de ese pelo. Bob, ese flequillo, es la envidia de miles de adolescentes hoy. Ese mechón cubriendo tu frente, ese color imposible que viró al rojizo. ¿Quién te peinaba Bob? ¿Te dejabas tocar ese mechón a veces rígido, otras despreocupado? Signo inconfundible de tu imagen. 

Descansa o disfruta en paz, Robert, nosotros seguiremos viéndote.

05/09/2025

ChatGPT

 

Este verano he estado tentada en varias ocasiones de usar ChatGPT para cosas de lo más variopintas. No se trata de hacer trampas. He buscado un atajo. Todo por no hablar. Por no preguntar. Por ver qué dice. Decisiones trascendentes que no soy capaz de tomar, tipo “me pongo la camiseta roja me pongo la camiseta azul”, muy propias del estío y el hastío, del aburrimiento tipo verano a la antigua. Y otras cosas que me guardo.

Pero lo de ayer fue diferente. Mi hija se iba a ver a una amiga por su cumple. Es un viaje largo, que hace todos los años, desde que se conocieron. La amiga vive en Pontevedra. Mi hija en Madrid. Sale el viernes y vuelve el domingo. Todos los finales de verano, igual. Una paliza. A los 25, está en la edad.

Con el tema de los incendios de este verano estábamos preocupadas por si se fastidiaba la excursión. Además de consternadas por la devastación que las llamas han dejado, por la desolación del negro que ha teñido los campos verdes del norte. Esas antorchas inmensas que iluminaban la noche y el miedo. Trenes suspendidos durante días, parecían una consecuencia leve frente a la magnitud de la tragedia. Pero uno vive en su día a día, con su vista miope. No vemos de lejos. Te mueves en las distancias cortas, con aquello que está a tu alcance resolver o estropear. Podré o no podré ir a Galicia. Como lo de la camiseta. Recibió confirmación de que todo estaba en orden. Bueno.  Eso sí. España en llamas. Cuando el bosque se quema, algo tuyo se quema. Todos contra el fuego. (Campaña de prevención de incendios de 1990, para los que tienen la memoria corta, como mi vista. Está es mi pullita. Ya vale con echarle la culpa de todo al cambio climático. Se la podemos echar a las asíntotas.)

El día de autos: Adiós adiós. Pásalo bien. El periplo empezó con un momento de esos de aguantar la respiración y “uf” posterior. La llevó mi ex novio y padre de la criatura. Salieron en moto hacia el sur por la Castellana. Para dar la vuelta. Pasaron Colón, el Museo de Cera en la orilla derecha, La biblioteca Nacional en la izquierda; Cibeles El Banco de España a estribor y Correos, donde trabajó el abuelo, a babor. Cuando llegaron a Neptuno la niña preguntó “cuando vas a dar la vuelta?”. Él: “¡coño! Es verdad, que los trenes a Galicia salen de Chamartín” .  Porque era agosto e iban en moto, si no, no llegan. Él es un sherpa, se orienta a oscuras. Es un Apache, detecta las huellas por instinto. Pues se iba a Atocha. Normal. Llego a ser yo quien la lleva, y pierde el tren. Ya me pasó una vez llevando a mi madre a la estación, ella iba a Valladolid a ver a los hermanos. Pero nosotras llegamos a la estación, aparcamos, entramos al invernadero rebosando aún de tortugas abandonadas. Teníamos Atendo, un servicio para personas con mala movilidad, que funciona bien aunque lento. Cuando ya estaba sentadita madre en la silla de ruedas ‘mierda’. Lo mismo.

El tren salía 18:08. Me llama la niña, que ya estaba en el vestíbulo. Todo en orden. No había salido la vía (18:05) Me pone al día con la anécdota sobre el lío con la estación. Cuelga. A las 18:30 se me ocurre preguntar al ChatGPT si el Alvia de las tal sale con retraso.

Mi hija, con esto de las tecnologías, me ha compartido ubicación. Harta de mis angustias nocturnas por imaginarla tirada en una cuneta. Seccionada a proporciones iguales. Sus restos esparcidos en los charcos de la noche madrileña. Mi imaginación se alimenta con las series policiacas a las que soy adicta. Harta de llamadas en medio del chunda chunda (ahora esa música de gorra con visera hacia atrás). Harta de “no sé para qué tienes el móvil si no lo coges”. El caso es que dispongo de la información, y sin llamar, para no preocupar, compruebo que sigue en la estación. La veo incluso acercarse al andén. Es alucinante. Un poco más y me entero de si fuma o no. Viene, va, habrá salido ya la vía, va al baño, ¡no!, que ese es el de chicos. Vuelta al andén. Me siento un CSI sin carné. Mientras tanto, el ChatGPT me dice que están cancelados todos los trenes a Galicia por los incendios. Ha consultado la página de Renfe, la de Adif y la información de la cadena SER, (cita fuentes, todo muy profesional ). Compruebo la fecha, en efecto, 29 de agosto del 25, hora 18:40, 18:50... Confirmo que la chavala sigue en la estación según la ubicación compartida. Debe estar de los nervios. No llamo. Le pregunto al chat qué pasa con los usuarios de esos trenes. Me contesta que mire la página del operador. ¿Quién se habrá creído? No sabe con quién está tratando. Yo ya he mirado la página de Renfe, de Adif, si hubiera página del AVE o del Alvia, ya la tendría en favoritos. Estoy enfadada con el chat. ¡Pensará que soy idiota!. Esas páginas o no hay quien las entienda o tienen estructura carpetovetónica. Se lo indico (no mi opinión sobre la modernidad de los operadores), le digo que mire él, para eso le he preguntado. “Vale, lo miro”, me contesta dócil. Me informa de que los viajeros dispondrán de servicios alternativos como autobuses o se les devolverá el dinero a los usuarios. Son las 19:00, 19:30 y estoy  de los nervios. Por la ubicación, que de pronto viene y se va, veo que al menos ya no está en la estación. Parece que es la 607. ¿Frente al Mesón de Fuencarral? ¿A qué lado? Entonces sí está en el tren. ¡No! Es la carretera. Pienso que le va a dar un parrús. A este ritmo, esa cena que le tenían preparada es una entelequia. No quiero preguntar y le escribo y le hablo de su batería, de la de su teléfono móvil, me contesta tan pancha que se le van los datos, pero que tiene pilas y cargador. Ni mu de si va en tren o en un Cabify despendolado con muchas botellitas de agua y revistas para el entretenimiento tipo película de Almodóvar. Otra opción es imaginarla en un “autobús de línea” desbocado o ya el colmo, compartiendo coche tipo BlaBlaCar con indocumentados borrachines de destino incierto. A las 22:45 me mensajea sin yo preguntar, me confirma (de refilón) que va en el tren y no ha llegado. El mensaje es más o menos. “pero cuando llega este puñetero tren”, de donde deduzco que el ALVIA no se ha cancelado, es más, está arribando a destino. Se torea sola del cabreo que lleva. Pero yo estoy tranquila de que vaya sobre carriles y no asfalto con un loco al volante que solo quiere llegar para cobrar y hacer otro carrera. No sé cómo he podido aguantarme y no llamar. Ni que practicara meditación, como Javi. Zen. Y el Chat sigue diciendo que está suspendido el servicio. A más a más, los fines de semana habrá obras de mantenimiento en la vía. ¡Hasta nueva orden! Por cierto, no vuelvo a mirar la ubicación. Lo que tenga que ser, será.


31/08/2025

US OPEN 25

Van a pensar que soy una pija, siempre mirando la indumentaria de los tenistas. Que si son feas o bastas. Pues es que a mí me gusta el tenis, verlo. Acabo cansada de verlo en la tele, con que si lo jugara no sé qué sería de mí. Me encantaba verlo jugar a mis amigos en Nava, se ponían guapísimos siempre. De blanco con sus polos. Los importante era la conversación y estar juntos. Tanto daba quien ganara. Bueno, a ellos sí les importaría. No sé. El torneo de Bego, con fiestuqui después; el de Doña Endrina, hoy Hacienda. Pobre Arcipreste que ya no tiene a su amor cerca. En fin. 

El caso, que el que me haya leído ya sabe que a mí me gusta como visten en Winbledon, punto. Pero pensaba yo que en Nueva York, estarían a la altura. Negativo. Vamos a ver, ¿es marketing de Nike esa equipación? 

Fueraparte está el juez de silla, que parece cansado, Taiiiiiiim, o canta fuera tres minutos después, que ha seguido el juego, puñetas. Y cada tanto hace un resumen cilla, a su bola, a su manera. La equipación de Nike es infumable, la de la sorpresa Canadiense y la del pelirrojo italiano. Que encima parece que se han hecho pipi o algo peor, que se marca el sudo en el pantalón en cuanto han empezado q jugar. Encima a Sinner se le han roto los cordones de las zapatillas. Mal. Y siendo pelirrojo Jannik, parece de broma el color calabaza oscuro con el que le han vestido. Por no hablar de el del canadiense de origen ruso israelí, ese azul azafata. Que parece un camillero. Al menos los de Nike proponen algo parecido a un polo. Mejor sin duda que la equipación de Nole. Que ya se basta él para ser oscuro, pues Lacoste propone un todo negro, salvo gran cocodrilo verde al pecho. No le favorece, además. Es oscuro él, a pesar de sus bromas y de hacer de la raqueta violín al terminar el partido. A pesar de la gracieta chulesca de llevarse el dedo índice a doblar su oreja para oir los aplausos. Zapatillas negras incluidas. El colmo de Nike se resume en Carlos. El murciano juega bien al tenis, pero adolece de gusto. Es una gracia que no tiene, un don que le falta. A él le han encasquetado una sin mangas color berenjena un día, rosa chicle otro. Que no se pierda. Yo así no me puedo concentrar. Con ese corte de pelo que se nos ha dado. Angelito. Con ese rapado te tienes que afeitar, alma de cántaro. Entre la equipación, la ausencia de pelo y la barba de dos días pareces un facineroso. Que no digo yo que no te vayas de juerga, que tienes que pasártelo bien, pero en la pista hay unas normas. Haz el favor. A Norrie no le ha salvado ni ser británico, con esa elegancia innata de los isleños. Llevaba una camiseta que le quedaba grande, blanca, un sí pero no. y no lo había visto todo aún, la camiseta de Munar, inenarrable. Es urgente marcar un dress code.


La configuración general, el decorado, de la pista tampoco me gusta. Esos colorines de las toallas, innecesarios. La equipación de los recogepelotas, a juego. Por cierto, ¡qué tensión el trabajo de estos chavales!. Siempre pendientes de la bola que rechaza el jugador. A saber con qué criterio. De si necesita otra. El anuncio de Rolex me parece una ordinariez. Y una sugerencia, ya que en la mayor parte del mundo se circula en km por hora, entiendo que no es complicado para los de IBM hacer el cambio de mph a km/h y viceversa, ir cambiando de pantalla, por no tenernos con la calculadora. Poca broma que la bola en los saques va a velocidad no permitida por carretera. 240km/h.

No tiene nada que ver, pero Shapovalov, por cierto, ¿cuántos plátanos se ha comido durante el partido? Es curioso el lío que hay en ese estadio neoyorquino. No hay silencio. Luego dicen de los mediterráneos. Aquí no se oye una mosca y no se levanta nadie a mitad de partidos. Con todo este rollo alguien se preguntará si me gusta el tenis o los tenistas, o la moda, o el atrezo. Me flipa el tenis. Pero me despisto con facilidad. En otra época me hubieran diagnosticado con algún tipo de trastorno y no hubiera podido estudiar una carrear. Pobrecita. Además es que me gusta la armonía y la belleza tanto en la mesa como en la pista.

30/08/2025

PAMELA Y LIAM

 

Ya me gustaba la pareja de moda nada más enterarme de la noticia. Él, serio, con esa sombra de melancolía y de dolor que le imprimió la temprana viudez. Ella, alegre y divertida y guapísima. A él antes de ser Oscar Schindler, con su lista, no le conocía, confieso. Actor británico, irlandés para más inri, de Irlanda del Norte. Northern Ireland. Eso marca. Tipo con apariencia de profundo, hondo en su timidez, no solo tras su tragedia personal. Tiene ese aspecto indefenso que se atribuye al chico alto desamparado que cualquier mujer quiere salvar. Ese halo que imbuye al hombre de irresistible atracción para según qué fémina. El típico reto en el que se embarcan las mujeres entusiastas, que generalmente acaban con tíos muermos que son así porque no saben ser de otra manera. No querían que les salvaran. Son sosos, aburridos. Por menos de nada se casan y por supuesto la apatía y el coñazo vencen a la alegría. Con lo que la cantinela de “somos diferentes y nos complementamos” se convierte en tedio y pasan a ser una pareja gris por mucho que se tiña. Porque las miserias de los tristes tiran mucho hacia abajo.

Por otro lado está Pamela, la caña, esa vigilante de la playa con enorme delantera que luego aumentó y luego redujo y no sé que más. Ella está estupenda, con tres gotas de maquillaje o repintajeada hasta parecer otra, de rubia, de morena. Es fenomenal. Ella gana por la sonrisa. Ha llegado a mayor con ella. No sé si será la dieta vegana, su amor por los animales, o haber encontrado al hombre de su vida cuando se está dejando el pelo blanco. ¡Ole Pamela! Ella está en su papel, no se le pide mucho, llena la pantalla de alegría.

 

 “Agárralo como puedas”, es una peli mala, mala. Y mira que yo iba dispuesta a reírme, iba entregada. Porque me encanta el romance. Pero de mala que es, es buena. Porque parece que está hecha a posta. De mal. Liam Neeson es imposible que pase por un actor cómico. Liam es un triste. Muy voluntarioso, se lo curra, seguro. Puede resultar atractivo, guapo quizá, que ya tenemos unos años, interesante. Cosas buenas no le faltan, pero nunca cómico. No se puede tener todo. Ni pretenderlo es bueno. Se conserva como el buen vino, también, pero divertido no es. Que no le sale. No tiene gracia. Liam es el típico amigo que te llama para contarte, a las tantas, como le ha ido; el hombretón gigante que llora como un niño chico; el oso grande y sensible fiel hasta el final. Con esas manazas, con ese porte que roza los dos metros, es que no puede ser ni ágil, que por definición es torpe. Sensible, atento, buena gente, pero no bromista. Todo esto, por supuesto, es invención mía, me lo he sacado de la manga de mi imaginación. No son atributos reales del estupendo actor de quien soy fan, además de por la Lista de S, tras su papel de padre en Love Actually. Me encanta la ternura de su personaje.

 

Si lees algunas críticas de la película, flipas, lo flipas; que si es una obra maestra, que si hilarante, desternillante, he leído. Se deshacen en elogios. Es cierto que tiene puntos. Esa chusca a los polis que están todo el día con el café en vaso de cartón, las imposibles peleas, todo eso se ridiculiza sin piedad. Pero sin gracia. Choques absurdos, parodias y disparates en diálogos y escenas. No digo yo que no haya que verla otra vez, por si es que no me he enterado. Pero yo hasta que no cumpla 65 no repito peli, que por 12,5€ si tengo que ver dos veces una película igual me da por dedicarme a algo ilegal. Que no estoy para vender mi cuerpo, pero algo se me ocurriría. En fin. Que la peli es mala o muy mala. No merece un cuatro sobre cinco ni de coña. Y eso que yo me quedé hasta el final, final, final. Porque sabía que todo eran guiños, hasta la última canción, sabía que algo tenía que pasar. El muñeco de nieve, guiño a la infancia y a Nesbo. Y esperé. Esperé. A pesar de la crítica, peleándome con los limpiadores y el acomodador de la sala que se precipitaron y querían echarme ¡Premio! (Que tampoco era para tanto, tengo que decir) Pero yo tenía razón, y eso que al final tenía mis dudas, porque no he visto película con más créditos y gente currando, que les citan a todos. No tenía con quien celebrarlo más que con el empleado que no parecía con ánimos o con mi hija, avergonzada de verme plantada en medio de la sala vacía. “I knew it. Sonreí triunfal. 

 

Lo mejor de Agárralo como puedas es que estos dos personajes, personas reales o ficticias, en su papel o en la vida real, se hayan encontrado en el otoño de la vida y se lo estén pasando genial. Yo estoy en contra del cine para ver expertos, cinéfilos o críticos; si para ver una peli tienes que ser un friki o un erudito ¡acabáramos! Así están las salas. Es que se han olvidado de “para todos los públicos “. ¡Viva la pareja de moda!