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24/03/2016

LA SOLEDAD DE FACEBOOK

Es impresionante lo profundos que somos todos en FACEBOOK. Grandes frases muy atrevidos pensamientos se comparten con un 'me gusta' o 'me encanta', sin pudor alguno. Corazones y sonrisas.

Refugiados al amparo de la pantalla y la distancia, nos identificamos con pensadores de todas las épocas, desde Aristóteles a Savater. Compartimos canciones y sentimientos profundos. Damos 'me gusta' a una frase de Cortázar o de Einstein escrita en cursiva sobre un fondo azul que a su vez ha compartido un amigo tuyo al que llevas sin ver ni hablar con él más de 25 años. Te sorprendes de lo cerca que te sientes de él. Piensas e lo poco que habéis cambiado los dos. Deduces por los argumentos y canciones que comparte, que habéis evolucionado igual. Mantienes relaciones a distancia con personas a las que no ves a cambio de descuidar a quien comparte mesa contigo a diario. Mesa o cama. Lo idílico es siempre perfecto y tú lo alimentas y te sientes feliz con tu vida social. Olvidas que a esa gente la dejaste de ver, en general por decisión tuya o/y suya. Si hubiera habido interés, habríais tenido contacto.
 
La gran mentira de las redes sociales es que no se hace vida social con ellas, no se socializa. No te enfrentas a tus miedos. No ves la cara del otro, no hay contacto. La distancia impone un escudo de seguridad en el se amparan todos los temores. Se refugia uno detrás de chistes más o menos conocidos, frases célebres, grandes comentarios, vídeos de risa o de angustia, denuncias, canciones.
 
La señal de alarma que a todos nos debería haber asustado es como surgió FACEBOOK (1): unos frikies que no salían de su cuarto porque eran más raros que un perro verde y no se comían una rosca decidieron pasar a la acción a través de las ondas. Y resulta que salen victoriosos del pulso. Con perdón, pero tiene cojones. Los simpáticos, los tímidos, los que se lo curran, los que salen al ruedo, esos se quedan atrás y el éxito se lo quedan cuatro extraterrestres incapaces de hablar con otros, que han hecho virtud de sus carencias. Escondidos tras una pantalla presumen de lo que no tienen. Nos han enganchado a todos en una infinita soledad que solo se aplaca con más, como el borracho pide más vino para superar su resaca, 'feisbuquear' pide más y más. Quieres más amigos, más contactos, quieres contar más y  compartir más. Quieres más 'me gusta'. Es triste donde vamos, donde estamos.


(1) Mark Zuckerberg, que ideó la red Facebook para ser un chico popular. “Claramente ha encontrado una mina de oro, pero el oro que él buscaba era otro: quería tener amigos"






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