A veces pienso que se me dan bien los obituarios. Es como si tuviera familiaridad con la pena y por eso me sale solo. Es morirse antes y ¡zas! Todo fluye. Me gustaría más ser divertida que hacer llorar. Pero cada uno juega con las cartas que le tocan. Ya está bien de regret. De nada vale lamentarse y regodearse en el y si. Ay y si hubiera ido yo a tal o cual sitio, si hubiera comprado esa casa en vez de alquilar.¡ Yo que sé! Hay tantos y sis que no podríamos vivir, porque la vida es eso, ir descartando unas opciones y decantándonos por otras. Y se es mucho más feliz cuando decides y asumes profundamente que la decisión que tomaste era la mejor. Y no miras atrás. No hay y sis. El caso que en las despedidas me vengo arriba, sintetizo, resumo y procedo.
Pero se ha muerto Robert Redford. ¡Madre mía de mi vida! ¿Cómo puede ser eso? Si no murió ni en dos hombres y un destino. Porque no murió. No te dejes engañar por las apariencias y esa balacera que se monta en un pueblo perdido de la América Latina. No. Hay segunda parte.
Pareja de hecho de Paul, el guapo por excelencia. Que como Gary, está ya en los Cielos. Paul el guapísimo, el fino, con perdón. Porque si Robert era guapo no tengo palabras para Paul. Mítica pareja, el Golpe o dos hombres y un destino. La música, las escenas, las conversaciones, se agolpan en mi cabeza. Quiero un fin de semana para darme una pechada de ver pelis suyas. Cuando era acción, porque acción. Amor por amor y risas, ironía fina. Siempre bueno, siempre coherente, siempre humano, realista. En el amor y desamor Descalzos, tal como éramos….puf. Periodista auténtico. Y esa manera de lavar la cabeza a Meryl en Memorias de África que creo es una de las escenas más sensuales y casi eróticas del cine. Sin que ocurra nada, está pasando. Va a pasar. Paréntesis (me parece fatal que todas sus películas hayan pasado a ser de pago con su muerte. Ahí lo dejo)
Mi único pero fue en” el hombre que susurraba a los caballos”, porque una cosa es hacer papeles acordes con tus ideales políticos o religiosos y otra, que ya supone saltar una raya, es alterar el argumento por vanidad. Quien haya leído el libro y visto la peli, sabe de lo que hablo. Aun así, el detalle no desluce el tema, ni altera el sentido del hilo. Pero importa.
En todos los hombres del presidente, te da un infarto de datos que retiene, de tesón por defender la verdad, del riesgo por llegar al fondo. Enaltece la figura del periodista como lo hace del ladrón en otras grabaciones.
Así que actor y director, ¡fenómeno! De lo guapo, guapo guapo, tampoco, pero, que un guapo como él, que acepte compartir pantalla con Paul el bello, indica un poco que le importa un bledo tanta guapura. Con ese flequillo pajizo que le cubría la frente y ha tenido que enamorada a la mitad del planeta (contando que al resto no ha llegado su deportiva figura y esa sonrisa ancha llena de dientes)
De chismorreo poco, más allá de sus compromisos con respecto a algún tema político y el medioambiente. Discreto. Mucho
Leo montones de chismes ahora, que si Barbra se lo quería beneficiar en Tal como éramos. ¡Hombre no le fastidies! Pero nadie habla de ese pelo. Bob, ese flequillo, es la envidia de miles de adolescentes hoy. Ese mechón cubriendo tu frente, ese color imposible que viró al rojizo. ¿Quién te peinaba Bob? ¿Te dejabas tocar ese mechón a veces rígido, otras despreocupado? Signo inconfundible de tu imagen.
Descansa o disfruta en paz, Robert, nosotros seguiremos viéndote.
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