Seguidores

04/11/2021

LA BARBACOA


Resulta que Giorgi, Giorgio Dann, era francés.  No le pega nada. Se puso un nombre de ilusión italiana más acorde con su espíritu festivo, con esos rizos huecos y un acento imposible se hacía pasar por extranjero, siendo madrileño de adopción y derecho. Pero sólo los de la Bota saben aparcar en doble fila con elegancia, sólo ellos saben montar una algarabía en plena calle y olvidar el objeto de la misma. Con su juntar todos los dedos hacia arriba y levantar la barbilla. ¡Ma! Son estupendos, los más ligones, los más simpáticos, y a la vez serios de cuna, a pesar de los pesares. Tanto le debe el mundo entero, no solo los ingenieros. Sólo un italiano es capaz de cantar sin despeinarse y sin vergüenza "la barbacoa". Un "italiano vero". Pues era francés. Vaya.

Que levante la mano el que no lo ha dado todo con "la Barbacoa". Te pueden molar mucho los Coronas que rompen normas y guitarras, una suerte es coreales en el Sol, recordando tiempos de penumbra en el magnífico sótano, cuando no se veía el escenario y la luz era amarilla y el humo empañaba los espacios. Pero también te has entregado con "la Barbacoa", cuya letra, si mal no recuerdo era algo así como "La Barbacoa, La Barbacoa, La Barbacoa, La Barbacoa, La Barbacoa", y suma y sigue. Sólo un genio, italiano, puede conseguir con dos palabras tanto ajetreo. Y baila que te baila, en las fiestas del pueblo, o en las de los amigos. Guateques, fiestuquis y chispunes no lo son sin G. D. No debemos olvidar las tardes de hotel de playa, mientras los adultos colorados y exhaustos tras una jornada de abuso del sol de Alicante, degustan las aceitunas del Martini y debaten el futuro, que ya está aquí; tres pantalones de campana blancos con sus tres chaquetas abiertas mostrando pelo en pecho, baladean canciones de amor y purpurina micrófono en mano. No puede faltar "bailemos el Bimbó, Bimbó, que está causando sensación..." Estribillo tras estribillo. Y la pista se llena. Se anima el cotarro. Las luces de colores iluminan el desenfreno. Y adiós a las conversaciones etílicas.

Sí, nos gustaban los Smiths, ibamos al Rockola y al Rompeolas, al Siroco y valores Honky, y nos poníamos en primera fila con el pelo en cresta en el Parque del Oeste, unas vestidas de negro y con pendientes de plata y pulseras de pinchos y cuero, pero no disimules, con La Barbacoa te quedabas afónico. Cambiabas el agotador baile de subir las rodillas como si no hubiera un mañana, ese ska importado de la grandísima Bretaña, ese baile moderno incomprensible, por un cómodo bailoteo sin normas ni reglas, espontáneo y divertido. Lloramos a los Doors, con sus pérdidas; y la de Ammy, bailamos el lento de los roqueros Escorpiones, pero donde esté un Bimbó, no hay competencia.

Tengo una amiga muy seria que siempre quiso ser chica jaula, de esas que bailan dentro de una, vestidas con un bañador de piel de tigre, los pelos rubios  y naranjas tiesos de laca. Labios carmín y pestañas eternas. Ella es última hora en todo lo moderno; como mi primo, que sabe de música un montón y a veces desconcierta con sus novedades, aun hoy. Tiene tanto que contar que maneja como pinchadiscos interruptus la música en los eventos, de tanto que quiere poner, no hay manera de oír una canción entera. Desde el Jazz a la Bossa Nova pasando por famosísimos desconocidos de Tánger o Misuri, hoy galardonados, absolutos desconocidos por el pueblo llano cuando el Penta era el Pentagrama. ¿Quien toca la guitarra en Misuri? ¿Dónde está Misuri? Ellos siempre por delante de los demás en gustos y novedades musicales. Esos amigos, que son familia, primos, hermanos, y más, de oído perfecto, el que es capaz de identificar la frecuencia de un estímulo auditivo aislada sin la ayuda de un estímulo auditivo referencial. Vamos, que distinguen, de propio, un sostenido de uno que no lo es, un bemol de uno que tampoco, como el tío Pepe. Signifiquen lo que signifiquen los términos octava,  semicorchea, clave de Sol. Que yo de corcheas no entiendo. Esos perfectos oyentes no desdeñan "Carnaval, carnaval" Ni "El chiringuito, el chiringuito"  Saben lo que cuesta, lo que vale, con un par de palabras y tantos acordes levantar el telón y a la afición. Que sí, que nos hemos desgañitado con el Muro, y ese "ojalá estuvieras aquí" ¡Oh! How I wish How I wish you were here. Que Police siguen vivos y los Beatles y Led, Dan, no morirán jamás, que Dire....con su Les boys do cabaret, Les boys are glad to be gay. They're not afraid now. Disco bar in Germany. Les boys are glad to be upon parade now... se anticiparon al mundo, vale, pero que no me quiten "El negro no puede..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario