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31/12/2025

ALGO VERDE

Si se trata de salir a comer por ahí, pedir una ensalada me parece innecesario. La intersección es el conjunto vacío. Pero resulta común denominador de muchas comidas familiares o de amigos; vamos, que es un clásico. Cuando sales a cenar, cuando vas a un restaurante, lo que mola es comer cosas que no comes en casa, digo yo. El plan no es voy a pedir un besugo a la espalda a ver si lo hacen mejor que yo, no. Mola probar especialidades, alguna cosa complicada, de elaborada preparación, un producto típico o algo que no comas en casa, que no sea cortar un par de tomates y echarle un poco de sal, vinagre y aceite. Aunque estés a plan. En tal caso, comes menos y punto. No me estoy refiriendo a las comidas de menú diario, el que baja al bar de la esquina a comer porque está trabajando y no le da tiempo a ir a casa y luego volver a la oficina. Ahí comete un tomate o lo que te parezca. ¡Incluso unos guisantes con jamón!

Quiero hablar de esas cenas de amigos o familia, unas croquetas, vale, una ensaladilla, venga, unos calamares fritos, unas berenjenas, unas alcachofas, un arroz con bogavante. Todo eso y sobre todo un buen filete empanado con unas patatas fritas de verdad, sí. La escena es la siguiente, ¿compartimos? Vale. Para compartir hay que pedir platos que se puedan compartir, es decir, si van por unidad, deben ser múltiplos de los comensales; si es de servir o picar, de fácil reparto; en caso contrario es un desastre. Yo soy partidaria de platos divisibles, que se pueda picar sin necesidad de servirse. Es que a mí de las cenas con amigos y familia, lo que me alimenta es la conversación y las risas. Soy de paladar fácil, pobre, diría mi padre. No es que no sepa lo que me gusta, que lo sé, pero me importan más otras cosas. Por eso tampoco discuto mucho, pregunto a alguien de confianza ‘¿qué me apetece?’ Como hacía el tío Felipe.

Después del ‘¿compartimos?’ suele venir ‘cada uno elige un entrante’. Vale. Y siempre hay quien suelta ‘¿y no vamos a pedir algo de verde?’ a íi me dan ganas de decir ‘no’. Especialmente cuando en la carta no hay ensaladas. Si entre los platos recomendados no hay ensaladas, no la pidas, porque te van a traer una maldita lechuga tamaño gigante con cuatro tomates mal cortados y una ventresca más o menos rica que va a subir el precio de la maldita ensalada al trillón. Encima viene sin aliñar, para más inri. A esto le sigue ‘¿la aliñas tú?’ Porque el que la ha pedido nunca la quiere aliñar, nos ha jodido mayo con las amapolas. ¿No querías ensalada? Pues apechuga. ‘Toma sirve tu’ y tampoco quiere servir, porque es un petardo servir la ensalada, los trozos enormes hacen que no haya quien reparta equitativo. Si quieres ensalada, ábrete la lata de atún en casa, pela el tomates, lo salas un pelín, le pones su chorro de aceita de oliva virgen extra y lo que te apetezca. Pero no me pidas una ensalada para compartir en un restaurante. Primero porque, a no ser que se trate de la ensalada del siglo, hecha con pitimini y regada con gamusinos, va a ser un plato soso y sin gracia que cualquier televidente de master chef o similar podrían mejorar en un pis pas; segundo, por el tema del aliño, si con la sal cada uno vive en su patio particular, si le añades las variables de la cantidad y calidad del aceite y la elección entre vinagre y limón, para que vamos a hablar. Y luego que si quieres estar a régimen, pídete tú la ensalada y no involucres al resto de comensales que ya hacen dieta equilibrada entre semana. Otra opción es ‘vamos picando de la fuente’, eso sirve para las croquetas, para la ensalada es una cochinada. Sin contar con los eventuales barcos de rebañe final. 

Todo se cierra a la hora de los postres, ante los apetecibles ofrecimientos de flanes caseros, tiramisú o capas de hojaldre en escarcha, siempre hay algún espontáneo que suelta ‘¿y que tienen de fruta?’. No hijo no, fruta no. Te has bebido el Guadiana, ahora estás con los chupitos de tequila y vodka, que por no elegir hay de ambos en la mesa, no te pidas una mandarina, alma de cántaro. No intentes disimular que se te ve el plumero.

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