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01/09/2015

SON BUENOS NIÑOS, SACAN BUENAS NOTAS

ME OPONGO. Con mayúsculas. Ser un buen niño no es ni sinónimo de sacar buenas notas, ni siquiera es condición necesaria tener buenas notas para ser bueno. Ni condición suficiente. En lenguaje "matematiquense" se podría decir, desde mi punto de vista, claro; que la afirmación "un niño/chaval es bueno si y sólo si tiene buenas calificaciones" es falsa. Y no me refiero sólo al colegio. Hago extensiva mi premisa a la universidad y a la vida laboral.


En la facultad todos hemos conocido gente que sacaba buenas notas. No siempre eran buenas personas. En particular recuerdo un amigo sordo que se sentaba al lado de los "fila cero" y alguno tapaba los apuntes para no dejarle copiar. El problema que tenía él era cuando se daba la vuelta el profesor para escribir en la pizarra y seguía hablando. Entonces él no podía leer sus labios. (Fue premio extraordinario y muchas cosas más después, a pesar de esos cretinos que eran "tan buenos niños").
 
Y en el trabajo? Lo equivalente a sacar buenas notas sería ser un buen profesional...o muy eficaz y ahí ya sí que sí que una cosa no tiene nada que ver con la otra. Aunque la gente buena siempre es mejor como compañera, como subordinado, como jefe...que las malas personas, por muy eficaces que sean en su trabajo.


Es cierto que es propio de personas inteligentes la bondad, por tanto pueden ir ligadas bondad e inteligencia, pero en ningún caso está relacionado con las calificaciones escolares ser un buen niño.


Que por qué digo esto? Muy fácil. Hoy en día es frecuente oír a los padres decir de sus hijos,"es que son tan buenos niños, qué más da que salgan, cómo le voy a decir que no a que haga tal o cual cosa?" Y ése "son tan buenos niños" se refiere a las notas única y exclusivamente. A lo mejor quieren ver con 10 años "El Silencio de los Corderos". Que como le vas a decir que no? Pues diciéndoselo. Es una manera de cuidarle. Igual que le tienes que decir que no se tire a una piscina sin agua, que se ponga un jersey si hace frío, que no salga de casa sin avisar, que se peine, que se lave, que recoja su cuarto, que espere a sus hermanos, que les cuide, que coma todo lo que tiene el plato, que se levante y salude cuando llegue alguien, que no interrumpa conversaciones de adultos. QUE NO. Hay que decir que no.
 Pueden ser unos canallas, copiar, enredar a los demás para que hagan lo que no tiene que hacer, desobedecer, burlarse, maltratar a sus compañeros, decir tacos, blasfemar delante y detrás de los adultos... Pero es que "son tan buenos niños ". Y una porra! Esos niños que sacan tantos dieces a veces son buenos y a veces no, como todos. Algunos fuman a escondidas, otros beben o meten mano a las chicas cuando pueden o les levantan las faldas. Algunas chicas son ellas las que se remangan las faldas al salir de casa, se suben la camiseta para enseñar el ombligo. Eso no les hace peores ni mejores tampoco. Son niños, críos, chavales... Tienen sus defectos y sus virtudes.


Lo que los adultos debemos hacer por ellos es marcar las fronteras de lo que se puede y no se puede hacer. Debemos dibujar las lineas rojas que les ayuden a identificar un contorno en el que se quedarán o no. Pero tendrán una línea invisible que les dará mucha paz. Se la saltarán, se rebelarán... Esa es la manera de crecer.

Es como construir una presa, para que el agua embalse debe haber una "cerrada" y cuanto mejor sea, cuanto más definida esté, más sencillo será construir la presa. Y el agua quedará embalsada. No rebosará sin rumbo, salvo avenidas extraordinarias, salvo ocasiones.
 
En lenguaje "matematiquense" existen las "condiciones de contorno" imprescindibles para resolver algunos sistemas de ecuaciones (que me perdonen los matemáticos si esto no es del todo exacto). Debemos imponer esas condiciones de contorno. No es fácil ni para ellos ni para nosotros. Con el "pobrecito" no le hacemos ningún favor.

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