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11/12/2015

EL FELPUDO

La situación de ser felpudo es la peor. Se llega a ella por caminos diversos. El más importante es la falta de confianza en uno mismo; el desamor, en contra de lo que pueda parecer es más consecuencia que causa. Y la pena, la pena es canalla, no se sabe bien qué es antes y qué después. El huevo o la gallina. O como dirían Les Luthiers: No se sabe después de qué. La pena es un veneno que destruye la autoestima, la fe en uno mismo, la pena le hace a uno sentirse lo mas bajo y despreciable. Y le convierte en felpudo para los demás. Hace lo que cree que esperan de él o de ella. Deja de saber si le gusta el rojo o el verde. Deja que le pisen, que le hagan daño. Se arrastra como una serpierte, mordiendo el polvo y la porquería. Arrasa con los desperdicios. Los demás ni se enteran de lo que le pasa, es traslúcido, empieza a desaparecer porque no es nada, no es nadie, está siempre escondido y solícito pero con miedo, desaparece. Y cuanto más desaparece más dolor siente. Y cuanto menos nota el mundo su presencia, más se lamenta de ser invisible. Se siente feo, gordo, flaco, se desaliña cada vez más, olvida cuidarse, no sabe como hacerlo. Y llega un punto en que pasa de ser un ser invisible a ser hasta molesto y despreciable. Es malo ser felpudo. No todas las penas convierten en felpudo a la gente, además hay que tener un gen para ser felpudo. No todo el mundo es capaz de semejante estupidez y bajeza.
 
Es fundamental la salud mental en la vida. Para todo. Para las relaciones personales, para el estudio y el trabajo y también para ser esposa novia madre hija padre novio hijo. Es cierto que de casi todo lo malo tienen la culpa los padres, así como casi todo lo bueno es gracias a ellos (esto no se dice tanto). Solo te acuerdas de Santa Bárbara cuando truena. Pero eso es porque los padres están ahí en nuestra infancia, que es cuando somos blanditos y moldeables, nos hacemos personas con ellos, aprendemos de ellos por cada poro. Es fundamental que le quieran a uno de pequeño. Si te quieren de pequeño, si te trataron a lametazos de bebé, tienes mucho camino hecho. Pero la salud mental, ser sano de verdad no es fácil, requiere mucho trabajo y dedicación. Hace falta un esfuerzo enorme y una atención permanente. Si te enseñan bien desde pequeño es un poquito más fácil. Si te quieren bien de pequeño, y tu lo notas, llevas un camino hecho muy largo.
 
No se puede ser felpudo.
Es una situación a la que no se llega voluntariamente. Es la puñeta de la inteligencia emocional, no saber resolver conflictos...lo que poco a poco lleva a alguien a caer cada vez más bajo hasta que ya solo queda enterrarse. Antes de ser felpudo te pueden querer o no, pero cuando lo eres sólo provocas malas vibraciones, indiferencia, el de al lado piensa que eres idiota. No te valoras y eso se nota. No creo en el conductismo, pero hay ponerse guapo, hacerse caso, tunearse. Así simplemente dices tú: Me cuido.
 
 
 

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