Calvas, collares de perlas, barrigas blandas. No es lo mismo. El público de Nacha Pop está formado por los históricos, los que conocieron el Penta como el pentagrama y por advenedizos: hijos de los históricos y algún que otro despistado.
Nacha tocó en Navacerrada en los años 80. Fuimos a la plaza de toros. Era casi verano. Hacía un frío que pelaba. Casi nadie en el ruedo. Casi nadie pagó. Éramos todos fans auténticos, Nos sabíamos cada palabra de las canciones. Cada versión.
Además Antonio tenía familia en Nava. Era como si les conociéramos. Uno más entre nosotros. Les veíamos por las noches en Madrid y no éramos amigos, pero podían haber escrito sobre algo que nos hubiera pasado a nosotros. En realidad sus canciones hablaban de nosotros.
¿Quien era la chica de ayer?, podía haber sido cualquier amiga nuestra. Una amiga de una amiga. Por qué era tarde para comprender, había que volverlo a intentar. Estaba jugando con él? Cretina. Era personal. Todos íbamos al Penta con la intención de escuchar canciones para conseguir amar
La música de Nacha nos acompañaba de Penta al bar de los Ginkases, al Delany's, al Rompeolas. La música de Nacha sonaba en los coches, en los bares, en las calles de Malasaña. Las calles mojadas que nos vieron crecer a todos nosotros. ¡Chica vete a tu casa no podemos jugar!
Cada sonido estaba en nuestras habitaciones. Mientras estudiábamos matemáticas intentábamos entender lo que eran paralelas que iban siguiéndose. Las ecuaciones nos dejaban paso al espacio en el tiempo. ¿Quiénes eran coordenadas de un par? Nosotros podíamos despejar esa incógnita que faltaba por despejar. Y es que no había nada mejor que componer, escuchar y oir a la vez.
Nuestros dibujos técnicos no dejaban atrás la perspectiva. Paralelas que nos seguían. Porque su amigo se ha echado atrás. Echando monedas en la cabina. En su casa aun no saben que escapó. Nosotros si lo sabíamos. Éramos cómplices de la escapada, mediamos el ángulo que formábamos entre nosotros. Queríamos entenderlo todo.
En un mundo descomunal...siento tu fragilidad. ¡Las dos! la cosa ha ido bien. Sí, mi amor, esto es delicioso. Pero puede ser mejor.
Cuando a Antonio se le caía la guitarra y Nacho le ayudaba a sujetarla. Cuando dejó de saberse las canciones y el público gritaba desenfrenado para tapar el silencio. Todos éramos Nacha, En el escenario y en el publico. ¡¡¡YO SOLO!!!. No me olvido de ninguno de vosotros! Y de vosotros arriba tampoco. Porque ¡no! no me olvido. Yo tampoco
Nacha tocó en Navacerrada en los años 80. Fuimos a la plaza de toros. Era casi verano. Hacía un frío que pelaba. Casi nadie en el ruedo. Casi nadie pagó. Éramos todos fans auténticos, Nos sabíamos cada palabra de las canciones. Cada versión.
Además Antonio tenía familia en Nava. Era como si les conociéramos. Uno más entre nosotros. Les veíamos por las noches en Madrid y no éramos amigos, pero podían haber escrito sobre algo que nos hubiera pasado a nosotros. En realidad sus canciones hablaban de nosotros.
¿Quien era la chica de ayer?, podía haber sido cualquier amiga nuestra. Una amiga de una amiga. Por qué era tarde para comprender, había que volverlo a intentar. Estaba jugando con él? Cretina. Era personal. Todos íbamos al Penta con la intención de escuchar canciones para conseguir amar
La música de Nacha nos acompañaba de Penta al bar de los Ginkases, al Delany's, al Rompeolas. La música de Nacha sonaba en los coches, en los bares, en las calles de Malasaña. Las calles mojadas que nos vieron crecer a todos nosotros. ¡Chica vete a tu casa no podemos jugar!
Cada sonido estaba en nuestras habitaciones. Mientras estudiábamos matemáticas intentábamos entender lo que eran paralelas que iban siguiéndose. Las ecuaciones nos dejaban paso al espacio en el tiempo. ¿Quiénes eran coordenadas de un par? Nosotros podíamos despejar esa incógnita que faltaba por despejar. Y es que no había nada mejor que componer, escuchar y oir a la vez.
Nuestros dibujos técnicos no dejaban atrás la perspectiva. Paralelas que nos seguían. Porque su amigo se ha echado atrás. Echando monedas en la cabina. En su casa aun no saben que escapó. Nosotros si lo sabíamos. Éramos cómplices de la escapada, mediamos el ángulo que formábamos entre nosotros. Queríamos entenderlo todo.
En un mundo descomunal...siento tu fragilidad. ¡Las dos! la cosa ha ido bien. Sí, mi amor, esto es delicioso. Pero puede ser mejor.
Cuando a Antonio se le caía la guitarra y Nacho le ayudaba a sujetarla. Cuando dejó de saberse las canciones y el público gritaba desenfrenado para tapar el silencio. Todos éramos Nacha, En el escenario y en el publico. ¡¡¡YO SOLO!!!. No me olvido de ninguno de vosotros! Y de vosotros arriba tampoco. Porque ¡no! no me olvido. Yo tampoco
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