La perspectiva y viajar van juntos. Son sumandos de una ecuación que siempre da positivo. Alejarse es la manera de ver las cosas con ojos objetivos y serenos. Mirar desde fuera aporta muchos datos para entender. Es una cuestión de perspectiva, cambia el ángulo, míralo desde arriba, desde abajo. No eres el ombligo del mundo. Abre esas enormes orejas y esos ojos, usa tus piernas y camina. Sal de tu zona de confort. Y aprende.
Muchos hombres sabios estudiaron los problemas que más agravan la convivencia, el atocinamiento que pensar que más allá de las fronteras de tu pueblo no hay nada es casi más severo que el dramático hecho de ser analfabeto. Lo último tiene solución, a base de esfuerzo y trabajo. Ser un paleto mental, un lerdo, no tiene arreglo. Bueno, lo tiene: Viajar. Pero hay que dar ese salto.
Muchos hombres sabios estudiaron los problemas que más agravan la convivencia, el atocinamiento que pensar que más allá de las fronteras de tu pueblo no hay nada es casi más severo que el dramático hecho de ser analfabeto. Lo último tiene solución, a base de esfuerzo y trabajo. Ser un paleto mental, un lerdo, no tiene arreglo. Bueno, lo tiene: Viajar. Pero hay que dar ese salto.
Valga como ejemplo la experiencia propia. Años 90. Principios. En Madrid todo eran tías buenas y/o chavalas modernísimas a las que cualquier cosa les sentaba bien. Yo, estudiante de ingeniería y gafotas, no me consideraba parte del pastel. Ellas igual podían llevar unas Dr. Martens que un zapatito de salón, manoletina o alpargata....que con cualquier zarria estaban divinas. Chaquetones enormes, vestidos cortos, tachuelas...daba igual. Sin embargo tu/yo, alma de cántaro, desempolvabas el armario entero, te probabas toda tu ropa, la de parientes y amigos hasta salir de casa hecha una cuadro, mal peinada y sintiéndote el patito feo en ese mundo de cisnes.
Tú te crees que y Londres es la cuna de la moda, de lo moderno, de lo cool. Y lo es. Pero al dar el salto, coger la energía para salir de tu caracola, empezabas a creer en ti. Un poco. Pero lo más sorprendente era llegar a la facultad y que te preguntaran si eras francesa, ¡JAAAA! Esa si que es buena. Y a continuación si te dedicabas a hacer pases de modelo. ¡Qué risa! ¿Cómo cuento yo esto en Madrid? Y es que la perspectiva ayuda a la libertad, a no estar constreñido por rutinas y estereotipos impuestos en el pequeño grupo social en el que te mueves. Salir al aire, sentir el frío, el miedo a lo desconocido, quitarte de tatuajes te abren la mente. Y no hay nada más bello que una mente abierta.
Es imposible ser un cateto si viajas. Aliméntate de culturas y sabores distintos. Solo así serás capaz de tolerar, y entender. Es parecido a madurar. Y aquí vuelve el padre, que tuvo siempre esa capacidad, de escuchar a cualquiera, se ser libre, viajar y aprender hasta el último segundo que le quedó para respirar.
Es imposible ser un cateto si viajas. Aliméntate de culturas y sabores distintos. Solo así serás capaz de tolerar, y entender. Es parecido a madurar. Y aquí vuelve el padre, que tuvo siempre esa capacidad, de escuchar a cualquiera, se ser libre, viajar y aprender hasta el último segundo que le quedó para respirar.
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