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06/09/2019

BLANCA

Desde el momento en que encontraron el coche una ola de luto invadió las Dehesas, casa Cirilo, la Peñota, Siete Picos: Majalasna, el Lastone (the Last One, en último de los siete picos, ocurrencia de mi padre. Sin nombre popular. Que sean siete los picos no quiere decir que no sean uno cada uno. No solo el primero.  Vagos numerales los distinguen.  Si tenían nombre hasta los siete enanitos, los siete novios para las siete hermanas, los siete días de la semana ¡sería impensable que no hubieran sido bautizados. Pues los Siete Picos, igual). Una manta oscura tiñó la sierra madrileña, segoviana, compartida, querida. Muy querida. Hermanas Segovia y Madrid, comparten raíces y paisajes. Se reparten la historia y las historias.

Colcha de acículas, jaras pringosas, quitameriendas, retama, jabalíes y vacas. El pinar. Olor y color fundidos en la respiración.  Un buen caminante no se sale nunca de los senderos. No sé qué hacían los drones brincando en los riscos. Un caminante habituado y experto utiliza las sendas. Conoce los límites y peligros del monte. Estudia las señales. Saluda a quien se encuentra. Respeta el monte y convive con él.  Y lo quiere. Al pasear procura no romper las ramas, ni pisar innecesariamente los arbustos, más que en lo estricto para poder seguir andando. y mantener en camino. El ancho del camino. Un cuerpo de ancho. Intenta no alterar el entorno. Ese despliegue de tecnología y helicópteros, bienintencionado sí, pero no puede sustituir a un par de chirucas, una navaja y ¡al monte!. Desde que Blanca se perdió pienso ¿por dónde habría buscado mi padre?. En ese monte que llevó siempre un su  corazón parcheado. Él hubiera buscado la sombra en este verano de temperaturas extremas. Habría elegido alguna ruta donde la sorpresa fuera un manantial. Él hubiera perseguido la recompensa de unas vistas en el descanso.

A pesar del dolor, de la desgracia, del luto que les queda a los amigos, familia, a los hijos y hermanos; queda el consuelo de que acabó en el sitio que tanto quería. Que el monte ha sido su último cobijo.

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