Como quería decir: La camiseta es para los niños o los socorristas. Chavales. En los colegios de pro, de bien, lo saben perfectamente. Llevan polo o camisa, chaqueta y corbata. Elegancia sin discusión. Camiseta, si eso, para hacer deporte. Un buen apretón de manos no se da en camiseta. Es menester al menos, el polo. Para el decoro, para el saludo, el compadreo. Una palmada en la espalda. ¿Que tal cabrón? Saludo imprescindible entre gente de bien. Abrazo, palmadas varias en los omóplatos con la mano bien abierta y el inevitable ¿que pasa cabrón?. El polo marida con castellanos, zapatos castellanos, borlas o no. Pantalón tipo docker o baquero. Calcetín motivado.
Se admite camiseta hasta acabar los estudios, allá por los veintitantos. Sin llegar a postgrado. Mientras vives en casa de los padres. Pero ya esos señores que se afeitan a diario, no. Polo. Hay que llevar polo. Aunque no sepas lo que es un hoyo ni el par. Que se tapa la c2 y la c3, no estamos en el gimnasio. Polo. El polo suele tener una composición más rígida, su algodón entretejido permite la caída libre y omisión de marcado de la curva de la felicidad, que por muy buenorro que esté el caballero, se marca con la camiseta. Es más, cuanto más tío bueno, más pequeña la talla y más se marca esa curva sobre el ombligo. Resalta quiza la musculatura tan ejercitada en horas oscuras de gimnasio. Innecesario. Dejen algo a la imaginación. Como dicee una amiga mia "yo desnuda gano mucho" Si el caballero está flaco, peor. Que parece que te han prestado la ropa, que vienes de Biafra. Flaco no, delgado.
Abogo por el polo. En todos los colores que el arcoiris permita. Ruego a los daltónicos se dejen aconsejar. Prefiero el blanco tenista o golfista. Que yo soy muy de Wimbledon. Pero no me quiero poner estupenda. Se puede dañar la imagen del polo con cocodrilos de tamaño excesivo. O simbolos de validez acogidos por según qué marca, tics exagerados. Pero hay que ponerse muy pesado, ser muy macarra para hacer del polo una prenda gamberra. Es difícil llevar un polo con una foto de Matálica o de los Burning. Hay que intentarlo mucho para llevar un polo macarra. Ni los negros, polos, son feos, tienen su momento, eso sí. Sin embargo, hace falta la elegancia del erizo para llevar a partir de los 40 años cumplidos, una camiseta y pasar dignamente por el arco de la aceptación como persona grata. Las camisetas no te quitan años. Contra todo pronóstico, delatan los que cumples.
Ese chascarrillo veraniego de "me pongo la camiseta verde me pongo la camiseta azul" sofistica en la elección del polo. Y si eres un elegante, de la camisa. Que hasta para bajar al mar encajan. El polo es a la camiseta lo que las menorquina, una vuena alpargatas, a las chanclas. Ahora los que saben han sustituido menorquinas por BIRKENSTOCK®. No se admiten imitaciones. Polo estás mucho más guapo.
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