Migrantes, ciclogénesis explosiva y Annus Horribilis. Por
ejemplo. Son palabros medio inventados tras sesudos razonamientos que de pronto
sustituyen a términos conocidos y de uso habitual. Los primeros portadores de
tales novedades suelen ser los periodistas. No se sabe nunca si por error o "ilusión".
Tal vez lo oyeron en un contexto cultivado y rico y, tras el impacto del verbo
del que lo utilizó, decidieron introducirlo en su discurso cual estrofa altisonante. Intercalándolo entre muletillas y dequeísmos. Se consigue así
el efecto “intelectual”. Es decir, se confunde el discurso porque solo se oye
esa palabra nueva que nadie ha oído hasta ese momento. Es igual que un coro
perfecto en misa entonando el Ave María y de pronto un parroquiano, de primera fila, el
sacristán, o el sacerdote mismo, se entusiasma y desafina porque es que no sabe
cantar. Pero su entusiasmo le confunde, como la noche a otros. Y se arranca con
brío. Solo se oye al que desafina. De hecho, se pierde en los acordes la
guitarra, pasa del sostenido al mi bemol, sin saber si es que no afinó las cuerdas
antes de misa o simplemente ha perdido el compás. Pues con los palabros igual.
Solo se oye migrante. Ciclogénesis explosiva. ¿Dónde está emigrante, dónde ciclón o tormenta del carajo?
Parece ser que migrante el más preciso, claro, que inmígrate
o que emigrante
Según Arturo. P. R. “escribo
migrante para persona, animal o vegetal que deja su lugar habitual y se instala
en otro (migraciones, migrar). Para quien llega a algún sitio, inmigrante. Para
quien se va de algún sitio, emigrante” Eso está muy bien, pero desde mi
punto de vista el migrante es el que migra, y el emigrante es el que emigra.
Según el DRAE, o la RAE:
- emigrante:
Del ant. part. act. de emigrar.1. adj. Que emigra.
- emigrar:
Del lat. emigrāre.
o
1. intr. Dicho de una persona:
Abandonar su propio país para establecerse en otro extranjero.
o
2. intr. Dicho de una persona:
Abandonar la residencia habitual en busca de mejores medios de vida dentro de
su propio país.
o
3. intr. Dicho de algunas
especies animales o vegetales: Cambiar de lugar por exigencias de la estación,
de la alimentación o de la reproducción.
- migrante
1. adj. Que migra. Apl. a pers., u. t. c. s.
- migrar:
Del lat. migrāre. 1. intr. Trasladarse desde el lugar en que se habita a otro
diferente.
Según yo lo veo la única diferencia es que emigrar no es
reflexivo y migrar sí. Por tanto, migrar solo es atribuible a todos esos
sujetos que están en acción, trasladándose de un lugar a otro, como las golondrinas. Ellas volverán, oscuras. Por lo tanto, el migrante es emigrante porque se ha ido e inmigrante en cuanto
llega. Así que desde mi modesto punto de vista el uso del término migrante es
una butade y tan solo se utiliza para diferenciarse y ponerse un poquito por
encima del hombro del resto de los mortales. Además, me parece a mí que tiene
que ver con la palabra “migrant”, del inglés, cuya traducción es “inmigrante,
emigrante, peregrino, ave de paso”. En fin. Queda todo dicho.
Otra cosa es la "ciclogénesis explosiva". Toma ya. Según el DRAE de nuevo, “ciclogénesis
es formación de un ciclón” y explosiva, que puede hacer explosión. Según Wikipedia
“Se trata de un término paraguas para varios procesos diversos, todos los
cuales dan lugar al desarrollo de una cierta clase de ciclón”. Es
un fenómeno meteorológico que se produce al chocar una masa de aire caliente,
con otra de aire frío. Es verdad que si en vez de decir ciclón, o tormenta, se cuela como si nada en el discurso "ciclogénesis explosiva" el tono es mucho más científico. Se hace redonda la noticia. Se le suponen al orador dotes de predicción no solo meteorológica sino astral.
Me flipa (de “to flip”). Me impresiona, me maravilla, me
asombra que el uso de estos términos se haga viral. Son palabras con fuerza que vienen y van. Lo importante es esa primera vez. Cuando se inocula el
termino en el cerebro del que escucha. A partir de ahí se buscan contextos en los que sea posible usarlo. La reina Isabel
utilizó el Annus Horribililis cuando pasó lo de Carlos, Camila, Diana. Ésta escribió su verdadera historia. Conversaciones
grabadas entre los protagonistas y otros actores secundarios escandalizaron al
menos monárquico de los antimonárquicos. Sin olvidar que Mauricio, territorio
del cual Isabel II era reina, se convirtió en república. Su hijo Andrés,
anunció que se separaba de la pelirroja duquesa de York a la que un amigo le
besaba los pies según publicó el Daily Mirror. Su hija Ana, se divorció del
capitán Phillips. Y por fin, el 20 de noviembre, ínclita fecha aquí en España,
el Castillo de Windsor se incendió sufriendo daños considerables. No me extraña
que en ese 92 de Expo y olimpiadas, la longeva reina acuñara el término que su simpático
corresponsal insinuó. Isabel fue la primera, aunque la frase se utilizó en 1891
para describir 1870, año en el que la Iglesia católica definió el dogma de la
infalibilidad papal. Después de Isabel, el resto: imitadores.
Es imposible dejar de mencionar aquí, aunque sea como post
scriptum algunas bobadas. El que está fit, en forma, digo yo. Chance,
oportunidad. Las cosas que son o no escalables. Sonido de puerta, desengrasadas
bisagras chirrían al abrirse. Objetivo no, ¡target!, beneficio, por Dios ¡profit, eres
un antiguo! Éxito, ¡success! Eso sí, como te dé por ahí, y te pongas a conjugar
success, por ejemplo, lo mismo te
estrellas. Porque claro, vas del éxito al sucedido. Y del beneficio al profiterol,
del objetivo a la tarjeta. La pronunciación es clave. Win Win. Me encanta.
Caballo ganador, más o menos. En eso de la transformación los gibraltareños, tan
en el foco ahora, pobres; son expertos. ¡Y a ver quién les entiende!. Como sigan
así la roca va a ser la Nueva Inglaterra de un idioma nacido por supuestos
ingleses hablando gaditano “cerrao”. ¡Quillo, pásame er tipot!” (la tetera) o "Estoy
de libertad". Los ‘llanitos’ usan esta expresión para decir que están de
vacaciones. -"Te doy un lift", te llevo. "El keki te salió de
muerte" la tarta. En fin, hay una riqueza infinita en ese mundo llanito (y
tan poco llano)