Como cuando nos queríamos. Después de romperse las cosas, parece que empiezan a recolocarse. O no. Cuando falta una pieza. Manos a la cabeza. ¡Eso no tiene arreglo!
Cuando se quiere mucho, de verdad, a veces las cosas no se entienden. Porque es que el amor puede con todo. Sin más. A veces no se entiende. Se acepta. Porque es así. Pero no se entiende. Porque el amor está dentro, latiendo. Y no se entiende.
Yo, por ejemplo, hay otras cosas que no entiendo. Seguiré buscando las piezas. Y comprando margaritas.
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