Según Javier Cansado, ex de Faemino, de Faemino y Cansado, ¡GRANDES!; según Javier, Novak siempre se deja ganar un set. Lo suyo es postureo. No le ganan, se deja. Así que Carlitos, Daniil, Rafa, Murray, cuidadito con fiarse.
Yo miro a Novak Djokovic y pienso que si no fuera tenista, podría haber sido guerrillero o guerrero. El malo de la película. Cuando se enfada, da susto. Mirada desafiante. Eso sí, en cuanto sonríe, da gusto mirarle. Lo que hace una sonrisa, que provoca una metamorfosis absoluta. Con esos hijos que tiene, que parecen ángeles, se le cambia la cara cuando les achucha y les moja de lágrimas el pelo, refugiándose en su olor.
La final del OPEN USA fue estupenda. Si Novak da susto, con era cara oscura, esos ojos oscuros, es puño que cierra y parece que le va a estallar la camiseta, Medvedev no cambia el gesto, gane o pierda. Siempre serio, durante todo el juego, solo se permite relajarse cuando acaba el partido.
Me hubiera gustado que los comentaristas contaran más cositas, tanto de los tenistas como de los personajes que las cámaras enfocan. Por ejemplo la mujer de Daniil, que si él es serio, ella se lleva un premio. Y eso que era su aniversario de boda. Los rostros del equipo del ruso eran para grabarlos, no sé si no entienden inglés o simplemente no les hacen gracia las bromas que decía sus tenista. Pero ni un falangista es capaz de mantener ese hermetismo en su expresión. En el banco del ruso había poca gente, la guerra imagino que será el motivo. No sé. En el lado del serbio se palpaba la emoción, la mujer que no podía aguantarse, la madre rezando, el padre había puesto una estatua de cera en su sitio. No se movió en todo en partido. Los entrenadores osaban aconsejar al fiero Novak. En mi opinión, los parientes deberían estudiar cómo dulcificar el rostro cuando están viendo la competición, porque no ayuda nada mirar a la grada y ver a tu gente mordiéndose las uñas, descompuestos, retorciendo rosarios. Se va a animar, que el que está jugando no eres tú. Por eso Ferrero y otros se ponen gorra, yo creo, para taparse en los malos momentos.
En la final, puntos interminables, con gritos acoplados. Decían los expertos que Daniil está muy en forma. Iba a por todas, llegaba a la red, a los puntos más remotos, mejor colocados. Se nota que tiene diez años menos. Su juventud le hace valiente y osado, se lanza y devuelve lo más difícil, pero comparado con Novak, Daniil es un tirillas. Cansado estaba, que se le veía respirar fuerte en los descansos. Novak se entretenía en los saques, que la experiencia es un grado, aprovechando cada instante para recuperar el aliento. Que si el público habla, que me seco con la toalla. Daniil saca diez centímetros a Novak y pesan lo mismo. Las piernas del serbio parecen ramas de olmos centenarios, mientras que el ruso luce canillas. Es un toro Novak.
Otra diferencia es cómo se enfrenta uno al saque del otro. El ruso se pega a la pared, los recoge pelotas se tienen que apartar casi, de lo atrás que se coloca. Tanto en el primero como en el segundo saque. Parece que la raqueta no le pesa, que es un juguete, se mueve un poquito, da un salto, todo con la ligereza del flaco. El serbio se coloca en modo estatua de piedra, como si le anclaran al suelo, firme. Sujeta la raqueta ortogonal al suelo y a sí mismo, entre sus ojos, paralela a la nariz. Es decir, compone una división perfecta del espacio en tres volúmenes. Siempre pienso que no se va a poder mover cuando le llegue la bola, de la rigidez y robustez que la imagen desprende. Ahí se queda si le da un aire.
El punto ganador. Se saludan. Amiguetes. Uno da la enhorabuena al otro, tío que difícil me lo has puesto, de eso nada, eres un máquina. A ver cuando te retiras, que menudo estás hecho, no hay quién pueda contigo. Jajaja. Simpáticos, dicharacheros, entre risas. En vez de tirarse boca arriba, el serbio se agacha y las sacudidas de su columna delatan su llanto. Ya más tranquilo se levanta y se lanza a coger en brazos a una niña con coletas a la que no le importa nada que su padre esté empapado de sudor. ¡Qué alegría!
Mientras el serbio recorre las gradas, Daniil solito, sentado en el banco, sin mostrar emoción alguna. Imagino que estaría ordenando en su cabeza lo que iba a decir cuando le tocara. Por cierto, cuando se retiren, además de entrenadores puede ser tiktokers, trabajar en el club de la comedia. ¿Dónde están esos deportistas sosos que palidecían ante el micrófono?. Hay cantera para entrenadores de emociones y comediantes. Novak le da un abrazo a Matthew McConaughey, del que por lo visto es amigo. Un inciso: así como se habló mucho de lo estupendo que estaba Brad comiendo patatas fritas Wimbledon; que era como para pedirle que compartiera; Matthew no le llega ni a la suela de los zapatos, deslavazado, mal vestido, en fin, a Brad todo le sale natural y el otro fuera de la caracterización que le da el cine, parece un impostor. Al grano: cuando se abraza Novak con el equipo vuelve el terror al USTA Billie Jean King National Tennis Center de Nueva York. Se agarran los brazos haciendo un corro de raíces y gritan de modo tribal. Las bocas bocinas. Estos ganan la guerra que se les ponga por delante. Sonríe Novak, que da susto.
Novak el mejor.. Se ha ganado el número uno. Ha sido un partidazo.
ResponderEliminarSi. La verdad
EliminarCómo odio a Nole. Rafa
ResponderEliminarSiii?
EliminarMe quita todos lo records, ya sólo me queda RG 😤
Eliminarpobre...
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