Me gustaría que, de una vez por todas, hubiera un
acuerdo entre los diseñadores de cubos de basura y los de sus correspondientes
bolsas.
Es muy bonito hablar de medioambiente y de cambio
climático y de separación de residuos. Muy bonito y a la par muy necesario.
También. Propio de gente de bien, limpia y ordenada. De buena familia. Con
estudios. Pero, señores, así no se puede. Esto ya lo hemos hablado. Es como lo
del tapón de la botellas de plástico. Basta ya. Necesitamos un respiro. Que
entre Hacienda y el agujero de ozono, yo no doy abasto.
Un día cualquiera, no sabes qué hora es, se persona
uno en Ikea, un suponer; compra, entre otros muchos cacharros innecesarios y
que no le van a caber en ningún sitio, pero que en el momento parecen
imprescindibles, compra, digo, el manido cubo dividido en tres. Uno de tanto
por tanto y otros dos que son la mitad. Vale. Una ayudita sería que cada cubo
fuera de un color, por ejemplo. Los mismos que los de las bolsas de basura que
luego te encuentras en Eroski, por no ensalzar más al valenciano. Tanto da. Como
si te vas al Corte Inglés, tipo Madame Herrero. Se enfrenta uno a la sección de
bolsas de basura con un desasosiego que quita las ganas. Ya empezamos.
Amarillas, azules, moradas, verdes, negras. ¡Blancas! Y tamaño 5 l, 10 l, 30 l,
50 l y tamaño jardín 100 l. Signifique eso lo que signifique. Uno ha ido al
cole. Ha estudiado. Ha aprobado el
examen de conversión de unidades, de cm3 a litros. Pero los cubos de casa, ¿de
cuantos litros son? Mi padre siempre decía: "imagínate cien tetrabriks de
leche, eso son 100 litros". Igual que para que nos hiciéramos idea de lo
que es una hectárea nos recomendaba acordarnos de la plaza mayor. Él tenía sus
cositas.
¡Ay madre! Falta mencionar el detalle insignificante
de que hay más colores de bolsas que cubos has comprado. ¡Es que el cartón va
aparte! Y el cristal. Y las cápsulas de café. Y el aceite no se puede tirar por
el fregadero, wáter, debes envasarlo y llevarlo a un punto determinado, en las
gasolineras de REPSOL lo recogen. Solo con envases de plástico. Ojo. Pero vamos
a ver. ¿Qué tamaño de cocina hay que tener para que te quepan todas esas cosas?
¿Dónde guardo yo el arroz?
Es que no me da la vida con esto. Quien tiene tiempo
de reciclar y soldar un fémur, calcularse un tirante de un puente, luchar
contra las plagas de un bosque o inventar. O diseñar un motor, un microchip,
componer una canción o un poema. No le quedan a uno horas en el día.
Pero lo peor no es todo este lío, lo malo, es que el
tamaño de los cubos no coincide con el de las bolsas. Las de 30 l sobran en el
cubo pequeño y no se pueden poner en el grande. ¿Qué bolsas son para el cubo
grande? Porque las enormes, imagino que son para esas papeleras que se pusieron
de moda, metálicas, del tipo de las antiguas, con tapa metálica también. Las de
cinco y diez litros imagino que son para papeleras o cubos de cuarto de baño. No
entiendo.
Comprendo tu desazón
ResponderEliminarDemasiado negocio en el caos
Muy aguda y detallista observación.
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