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28/08/2025

TENÍA TIEMPO Y GASOLINA


Porque tenía tiempo y gasolina que si no, ahora mismo estoy subida en una grúa y con un ataque de nervios, y a lo mejor me han puesto una multa que no puedo pagar.

Dicen que ahora se usa mucho el navegador. De mí se burlan porque pongo la dirección en la lupita, doy al "enter" y luego hago lo que me da la gana. Sí. Pero ahí está. El por si acaso. El nunca se sabe.

Para poner mi anécdota en contexto, tengo que contar que a mi amiga Lurdes (Lurdes, Lurdes), le regaña el navegador. Nadie se lo creía, hasta que lo vivieron en vivo y en directo. Es cierto que ella ha hecho un poco siempre lo que le ha dado la gana. A mucha honra. Ha pillado atascos que nadie ha sufrido, sus sucedidos son únicos, su anecdotario imbatible, ha llegado a San Rafael y luego ha acabado en el Puerto de Los Leones subiendo de Madrid a Navacerrada (no es para tanto, yo me pasé una vez la salida y acabé en Guadarrama, eso me pasa por subir por la Coruña) Si tenemos en cuenta que se trata de una ruta que podríamos hacer sin gafas, ambas, la cosa es seria (teniendo en cuenta nuestra miopía). En fin, ella tiene su historia, con ciervos, o animales de toda índole que se han cruzado en su camino. Ella ahora pone el navegador, que le va indicando, gire a la derecha, a la izquierda. Recalculando. Hemos visto que se ha salido de la ruta, vamos a calcular el mejor camino para llegar a su destino. Y así una y otra. Con paciencia de robot el navegador va a adaptándose al criterio de mi amiga. Ahí no cruzo que siempre hay mucho tráfico. No cojo esta salida que luego no puedo entrar en el parking. Si me meto por ese carril, después tengo que dejar entrar a los que se incorporan y pierdo tiempo. Cositas de camionero, de conductor habitual. En fin. Hasta que el navegador coge fuerza "¡que te he dicho que gires a la izquierda por Menéndez Pida!! Te va a guiar Rita la Cantaora a la próxima" Mi amiga baja el volumen y escucha la radio, tan pancha.

Sin llegar a ese punto de encontronazo, me he ido hoy a ver un puente sobre el Jarama. Voy sin prisas, he salido pronto, lo quiero ver con calma. El depósito está lleno, así que no tengo que estar pendiente de si encuentro una gasolinera o no. Si es de REPSOL o si me viene mejor otra que me da más puntos. Con la calma. No contaba con que tengo móvil nuevo. Y me han dicho que no lo cargue hasta que no se agote la batería del todo. ¡Buena soy yo cuando me pongo a seguir instrucciones! Es difícil que las siga, pero si lo hago, soy como el tonto y la linde, que la linde se acaba y el tonto sigue. No tengo flexibilidad. Soy un soldado. Con la batería al 4% he salido de casa. Tres cuartos de hora después estaba sobre el ínclito puente. Apariencia feúcha, para quien entienda de puentes bonitos y feos. La ubicación compleja, el acceso, difícil. Total, que tras inspección de supervivencia decido volver. Pongo el navegador para volver a la oficina. 1% de batería. Uf. Muerte de la batería. Valoro la posibilidad de enchufarlo al cargador del coche. No es el oficial. Me resisto. No lo voy a cargar. Total. Estoy al lado.

 

Vuelve tú a Madrid desde los alrededores del Aeropuerto sin navegador, con mi sentido de orientación y sin usar la autopista de Peaje. Digo yo que está bien que se señalice el Peaje en sí. Tanto señalización horizontal como cartelería varia, luminosa o no. Pero ¿Qué inconveniente existe en indicar por dónde se va a Madrid? Tras un primer cartel esperanzador "Madrid Barajas", uno, a los pocos metros confirmación , BARAJAS 6 MADRID 18; en la siguiente glorieta desaparece la capital, puedes ir a la T4, T3, T2, T1, M30, M40, M111, M13, M12; R2, Zonas Aeroportuarias, Fuente el Saz, Paracuellos, Polígono Industrial, , Zaragoza, camino La Cueva, Camino los Rosales, La Moraleja, Burgos, y por supuesto "todas las direcciones". Mensaje a los ciclistas, advirtiendo que circulen por el arcén en el túnel, avisos de control de velocidad. ¿Y Madrid? Doy una vuelta a la rotonda, como los gatos, a ver si es que me he saltado la señal. No. Voy a dar otra. El UBER que me persigue me da las luces. Aguanto las ganas de hacer alguna señal que muestre mi enfado. Estoy perdida. Elijo un M40, todas las direcciones, batiburrillo sin definir que me da algo de esperanza, las otras opciones me llevan a un pueblo en que no he estado nunca, a un aparcamiento en el que creo que no se me ha perdido nada o a una zona industrial. Insegura en mi ruta llego al siguiente cruce, ambiguas indicaciones: elijo la que no lleva el símbolo de peaje. Por elegir. Parece broma, pero no lo es, en la siguiente glorieta, rotonda, redonda, no hay indicación alguna para Madrid, solo Barajas, y terminales varias, M13, M12, R2 (peaje), M21, T4. ¿de verdad?. vuelvo a evitar el peaje y desemboco en una nueva glorieta con una sola rama "Aeropuerto. M13 todas las direcciones" No me lo creo. En la rotonda uso el ojo de halcón para divisar eventuales señales en la distancia. Imposible. Madrid no existe, un surtido de calles y carreteras locales y nacionales, circunvalaciones varias, inundan la señalética. Pero la palabra Madrid, símbolo del centralismo, no existe. A Madrid, donde se dirigen el 80 % de los vehículos que llenan ese asfalto, hay que saber ir, o que te lo diga el navegador. En caso contrario, estás listo. Llena el depósito de gasolina y doma tu ira. Ni en las bifurcaciones ni en las glorietas. Nada, ni rastro. Ay de mí, y mi manía de seguir las normas cuando menos hay que seguirlas. ¿Quién me ha hecho a mí así de cabezota? ¿Quién me manda a mí salir con el móvil sin cargar? Veo un hito vertical, un PK indica que estoy en la nacional II, punto Kilométrico 5. Llevo 11 km conduciendo a ciegas. No es el sol quien me ha orientado, ha suido la suerte. Porque igual podía haber aparecido en Burgos.  ¡Mierda PK 6, voy en sentido contrario! Pero ya todo me da lo mismo, llego al primer cambio de sentido y doy la vuelta. La NII es la prolongación de Avenida de América, María de Molina, ¡estoy salvada!. He conseguido evitar el peaje, pero cien por cien he gastado más en gasolina. Y en cuestión de tiempo, ¡para que te voy a contar! Una vez que consigo, 500 leguas al norte, dar la vuelta en un cambio de sentido, y ya incorporada en la nacional II, aparece el deseado cartel MADRID, y me indica por qué carriles debo ir. Esa me la sé. ¡A buenas horas mangas verdes! Ahora ya no necesito GPS. Temo que mi telefono despierte de su letargo y me avise de que coja esa salida o me regañe. Como a Lurdes.


2 comentarios:

  1. A mi me da un parraque como vaya sin batería y navegador ! Tengo un cargador en el coche … mi orientación nulaaaa , que bueno Mery como siempre

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  2. Jejej gracias

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