Porque tenía tiempo y gasolina que si no, ahora mismo estoy subida en una grúa y con un ataque de nervios, y a lo mejor me han puesto una multa que no puedo pagar.
Dicen
que ahora se usa mucho el navegador. De mí se burlan porque pongo la dirección en la lupita, doy al "enter" y luego hago lo que me da la gana. Sí. Pero ahí está. El por si acaso. El nunca
se sabe.
Para
poner mi anécdota en contexto, tengo que contar que a mi amiga Lurdes (Lurdes, Lurdes), le regaña el navegador.
Nadie se lo creía, hasta que lo vivieron en vivo y en directo. Es cierto que
ella ha hecho un poco siempre lo que le ha dado la gana. A mucha honra. Ha
pillado atascos que nadie ha sufrido, sus sucedidos son únicos, su anecdotario imbatible, ha llegado a San Rafael y luego ha acabado en el Puerto de Los Leones subiendo de Madrid a Navacerrada (no es para tanto, yo me pasé una vez la salida y acabé en Guadarrama, eso me pasa por subir por la Coruña) Si tenemos en cuenta que se trata de una ruta que podríamos hacer sin gafas, ambas, la cosa es seria (teniendo en cuenta nuestra miopía). En fin, ella tiene su historia, con ciervos, o
animales de toda índole que se han cruzado en su camino. Ella ahora pone el navegador, que le va indicando, gire a la derecha, a la izquierda. Recalculando. Hemos
visto que se ha salido de la ruta, vamos a calcular el mejor camino para llegar a su destino. Y así una y
otra. Con paciencia de robot el navegador va a adaptándose al criterio de mi
amiga. Ahí no cruzo que siempre hay mucho tráfico. No cojo esta salida que
luego no puedo entrar en el parking. Si me meto por ese carril, después tengo
que dejar entrar a los que se incorporan y pierdo tiempo. Cositas de camionero,
de conductor habitual. En fin. Hasta que el navegador coge fuerza "¡que te
he dicho que gires a la izquierda por Menéndez Pida!! Te va a guiar Rita la
Cantaora a la próxima" Mi amiga baja el volumen y escucha la radio, tan pancha.
Sin
llegar a ese punto de encontronazo, me he ido hoy a ver un puente sobre el
Jarama. Voy sin prisas, he salido pronto, lo quiero ver con calma. El depósito
está lleno, así que no tengo que estar pendiente de si encuentro una gasolinera
o no. Si es de REPSOL o si me viene mejor otra que me da más puntos. Con la
calma. No contaba con que tengo móvil nuevo. Y me han dicho que no lo cargue
hasta que no se agote la batería del todo. ¡Buena soy yo cuando me pongo a
seguir instrucciones! Es difícil que las siga, pero si lo hago, soy como el
tonto y la linde, que la linde se acaba y el tonto sigue. No tengo
flexibilidad. Soy un soldado. Con la batería al 4% he salido de casa. Tres cuartos de hora
después estaba sobre el ínclito puente. Apariencia feúcha, para quien entienda
de puentes bonitos y feos. La ubicación compleja, el acceso, difícil. Total,
que tras inspección de supervivencia decido volver. Pongo el navegador para
volver a la oficina. 1% de batería. Uf. Muerte de la batería. Valoro la posibilidad
de enchufarlo al cargador del coche. No es el oficial. Me resisto. No lo voy a
cargar. Total. Estoy al lado.
Vuelve
tú a Madrid desde los alrededores del Aeropuerto sin navegador, con mi sentido
de orientación y sin usar la autopista de Peaje. Digo yo que está bien que se
señalice el Peaje en sí. Tanto señalización horizontal como cartelería varia,
luminosa o no. Pero ¿Qué inconveniente existe en indicar por dónde se va a
Madrid? Tras un primer cartel esperanzador "Madrid Barajas", uno, a
los pocos metros confirmación , BARAJAS 6 MADRID 18; en la siguiente glorieta
desaparece la capital, puedes ir a la T4, T3, T2, T1, M30, M40, M111, M13, M12;
R2, Zonas Aeroportuarias, Fuente el Saz, Paracuellos, Polígono Industrial, ,
Zaragoza, camino La Cueva, Camino los Rosales, La Moraleja, Burgos, y por
supuesto "todas las direcciones". Mensaje a los ciclistas,
advirtiendo que circulen por el arcén en el túnel, avisos de control de
velocidad. ¿Y Madrid? Doy una vuelta a la rotonda, como los gatos, a ver si es
que me he saltado la señal. No. Voy a dar otra. El UBER que me persigue me da
las luces. Aguanto las ganas de hacer alguna señal que muestre mi enfado. Estoy
perdida. Elijo un M40, todas las direcciones, batiburrillo sin definir que me
da algo de esperanza, las otras opciones me llevan a un pueblo en que no he
estado nunca, a un aparcamiento en el que creo que no se me ha perdido nada o a
una zona industrial. Insegura en mi ruta llego al siguiente cruce, ambiguas
indicaciones: elijo la que no lleva el símbolo de peaje. Por elegir. Parece
broma, pero no lo es, en la siguiente glorieta, rotonda, redonda, no hay
indicación alguna para Madrid, solo Barajas, y terminales varias, M13, M12, R2
(peaje), M21, T4. ¿de verdad?. vuelvo a evitar el peaje y desemboco en una
nueva glorieta con una sola rama "Aeropuerto. M13 todas las
direcciones" No me lo creo. En la rotonda uso el ojo de halcón para
divisar eventuales señales en la distancia. Imposible. Madrid no existe, un
surtido de calles y carreteras locales y nacionales, circunvalaciones varias,
inundan la señalética. Pero la palabra Madrid, símbolo del centralismo, no
existe. A Madrid, donde se dirigen el 80 % de los vehículos que llenan ese
asfalto, hay que saber ir, o que te lo diga el navegador. En caso contrario,
estás listo. Llena el depósito de gasolina y doma tu ira. Ni en las
bifurcaciones ni en las glorietas. Nada, ni rastro. Ay de mí, y mi manía de
seguir las normas cuando menos hay que seguirlas. ¿Quién me ha hecho a mí así
de cabezota? ¿Quién me manda a mí salir con el móvil sin cargar? Veo un hito
vertical, un PK indica que estoy en la nacional II, punto Kilométrico 5. Llevo
11 km conduciendo a ciegas. No es el sol quien me ha orientado, ha suido la
suerte. Porque igual podía haber aparecido en Burgos. ¡Mierda PK 6, voy en sentido contrario! Pero
ya todo me da lo mismo, llego al primer cambio de sentido y doy la vuelta. La
NII es la prolongación de Avenida de América, María de Molina, ¡estoy salvada!. He
conseguido evitar el peaje, pero cien por cien he gastado más en gasolina. Y en cuestión de tiempo, ¡para que te voy a contar! Una
vez que consigo, 500 leguas al norte, dar la vuelta en un cambio de sentido, y
ya incorporada en la nacional II, aparece el deseado cartel MADRID, y me indica
por qué carriles debo ir. Esa me la sé. ¡A buenas horas mangas verdes! Ahora ya
no necesito GPS. Temo que mi telefono despierte de su letargo y me avise de que
coja esa salida o me regañe. Como a Lurdes.
A mi me da un parraque como vaya sin batería y navegador ! Tengo un cargador en el coche … mi orientación nulaaaa , que bueno Mery como siempre
ResponderEliminarJejej gracias
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