El otro día me abrió los ojos una amiga que es clarividente. Master Chef es peor para un niño que ver porno.
Suena duro dicho así, sin introducción alguna. Pero tiene parte de razón. Desde el conocido espectáculo del también noto 'leon come gamba', los chefs se han dedicado a ahondar en el estilo de enseñar humillando al aprendiz. Esa cultura de despreciar al candidato es muy propia de gente sin formacion alguna. Y no me efiero solamente a fomación universitaria, aunque también.
Un médico nunca avergüenza a sus residentes (solo HOUSE, y esos son cosas de la televisión). Un ingeniero, salvo que sea un cabrón, no denigra a un becario. En fin. En todas las profesiones hay aprendices. Incluso en el mundo militar, con la jerarquía estricta y las leyendas eternas de las milicias y otros campamentos, hay un respeto público hacia el trabajo.
Esta manía de insultar al concursante no sé cuando empezó. Porque en "Un, Dos, Tres, responda otra vez", Mayra no insultaba a nadie. ¡Y mira que había cafres!. Yo no lo recuerdo. Ahora bien, empezaron a proliferar las series relacionadas con convertirse en un artista... como "Fama". ¿Quien no recuerda la famosa frase? "¡La fama cuesta y aquí es donde vais a empezar a pagar. Con sudor!" Esa frase, elevada a la enésima potencia es el discurso de Master Chef .
La cocina es un arte, de eso no tengo ninguna duda, pero es un arte desde su origen. Fue un artista quien decidió echar las patatas al aceite para freírlas (según Gosciny fueron los Belgas, por error). Artista fue el que decidió mezclar el huevo con el aceite y hacer una mayonesa, el que montó unas claras de huevo hasta que dando la vuelta al plato no se cayeron. Y artistas son toda esta generación de esferificadores y espumadores...pero no todos. Como la Galia, hay una zona no conquistada por los romanos. En el tema culinario pasa lo mismo pero al revés. Hay unos poquitos genios que tienen una estela donde navegan muchos mentecatos. Palurdos que teorizan sobre tortillas de patata deconstruidas o mayonesas de cagarrutas de conejo. Gente que se ha subido al carro en marcha y que son mucho más visuales que esos genios escondidos que han hecho de la cocina, alquimia de los alimentos.
Solo espero que ganen los buenos y que sepamos apreciar la evolución de la cocina sin necesidad de humillar a nadie ni hacer un espectáculo del error. Porque en el error está muchas veces la puerta de entrada al aprendizaje. Sin equivocarse no hay camino. Pero...no se debe abusar del procedimiento.
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