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25/12/2016

SEGOVIA, TOMA UNO: DE LA PLAZA AL ALCÁZAR

Aproximarse a Segovia es un lujo que sólo algunos merecen y saben disfrutar, aquéllos capaces de distinguir el feldespato en el acueducto a media tarde. Coindicen en cuerpo y alma con los aristócratas de las emociones.
 
Segovia es una ciudad única en el mundo. No por su acueducto romano, de 28m de altura máxima, hecho en granito sin argamasa hace 2000 años. No por su bella catedral, que no preside la plaza mayor, sino que deja disfrutar del espacio de ésta, la ensaladilla del Jai y el tapeo en los soportales o al sol si hace bueno. Se queda a un lado, discreta y majestuosa aunque parezca imposible combinar ambas cualidades. Sólo al ir hacia Daoiz para bajar al Alcázar se es consciente de su volumen, la entrada, el patio de lado. Las cigüeñas aprovechan las flechas para anidar en un equilibrio imposible.
 
Empieza la bajada por la calle del que fue valiente militar en mayo hace tiempo y el viento se junta en una encrucijada y da la vuelta, el agua helada de la fuente a un lado y al otro puestos de recuerdos, colgantes metálicos  de los arcos, espadas, manteles, delantales,...se abre por fin la calle en la plaza de la Merced.
 
La plaza de la Merced tampoco tiene presidencia. Es un conjunto impecable. A la derecha edificios de dos plantas con esgrafiado diferente, cada uno; miradores con visillos blancos de encaje retirado alguno escondiendo una mirada atenta. El jardín. Y en el jardín la fuente donde cuando nieva él escribe su nombre con un palo, en la superficie del agua a punto de helarse. La iglesia de San Andrés, con su fachada al aparcamiento justo cuando se estrecha de nuevo y se oscurece la calle y se empina la bajada. El muro circular de la iglesia ha servido de freno a más de una bicicleta que en otro caso hubiera acabado en el Alcázar.
 
El Alcázar, tras pasar el cruce de Velarde se vuelve a abrir el camino y se avista por fin, detrás de las verjas, de los jardines...cómo se yergue el castillo de las princesas. Sus almenas de pizarra parecen falsas, de cartón piedra. Los balcones donde la nodriza mecía al bebé almidonado que se le escurrió de las manos detrás del cual ella voló hacia el foso para morir junto a su protegido.


Desde los bordes del jardín, cansados del cuento de hadas miramos al horizonte y antes de llegar a Zamarramala  y con el mismo estilo discreto que el resto de la ciudad se levanta sin disimulo una iglesia Templaria. Dentro hemos jugado a oírnos sin vernos hablando en las paredes para probar que el misterio es cierto.
Y es que Segovia alberga historia, historias, la atmosfera de invierno impregna las piedras de frio. Cuéntanos.





16/12/2016

ES LA PRIMERA VEZ QUE ME SIENTO HOY

Hay frases históricas. Hay citas memorables. Están los dichos y los refranes. Pero en número uno del ranking mundial de las frases están las ínclitas, las maravillosas, el rock duro de las madres o los padres. Esas promesas imposibles. Esos juramentos que no hay manera de cumplir. O las afirmaciones radicales, que no admiten respuesta ni la piden. Incuestionables y ...que solo las pueden decir ellos.
 
Una frase clásica: "si no decís quién ha sido os castigo a no salir nunca más" ¿qué es nunca más? En una serie vi un día que un padre amenazaba a sus hijos con suspender la navidad. Ese es el extremo de las amenazas. "Como sigáis peleándoos paro el coche y nos volvemos a Madrid" Los hijos se quedan mudos a pesar de que saben en su fuero interno que llegarán a Motril, porque allí veranean todos los agostos, toman filetes empanados y tortilla en la playa. Se queman. Se ponen camiseta para bañarse porque no les gusta echarse crema.
 
 
"Que no me entere yo de que se meten contigo" "Se la va a cargar tu amigo". ¿Cómo? Si no sabe quién es. Si no ha pasado nada más que tu mofletudo hijo, el fantástico y maravilloso, el mejor de los mejores, ha llegado llorando y se le ha ocurrido decir que ha sido Miguel, que le ha quitado la merienda. Será verdad o no la historia. Pero ni el padre va a ir al colegio mañana a quitarle el donut a Miguel, ni el hijo lo ha pasado tan mal porque se quedara su chocolatina. Otras veces ha sido al revés. Pero ese padre que en un pis pas va va a arreglar la vida del hijo es lo mejor del mundo. Mira al padre y sabe que ya nada será lo mismo. Porque nadie tiene un padre tan fenomenal como el suyo. Es todopoderoso. A nadie le quiere tanto su padre como a ti te quiere el tuyo. Ya veremos mañana quién se atreve con mi merienda.
 
Pero la mejor es sin duda "Es la primera vez que me siento hoy". Una madre cuando llega a casa empieza a brujulear, que si la plancha no está recogida, a ver qué hay de cena, qué me pongo mañana, qué se ponen los niños. Falta algo en la nevera, salgo un momento a por cebollas. Da igual que tenga ayuda en casa, que trabaje solo en casa o también fuera. Las tardes siempre están llenas. Es una especie de tic nervioso. La madre recorre la casa buscando errores, comprobando posiciones. Dobla calzoncillos o enrolla calcetines. Recorre como un susurro los rincones del hogar. Lo toca todo, chequea las esquinas. Pasa una vez y otra por el mismo sitio, por un detalle olvidado. Es como los animalillos que se rascan al levantarse. No se puede evitar. Viene con la información genética. Por eso hay un momento en que esa madre se sienta y de ahí no la mueve nadie, ni para meterse en la cama. Todo lo tiene que hacer antes.


YO QUIERO SER UNA CHICA MUSGO


Yo de mayor quiero ser mujer florero. ¡Qué cosas! Sin embargo yo siempre quise ser una chica Musgo. Esas chavalas de caderas estrechas, no muy altas ni muy bajitas, menudas: 1.65m es lo perfecto. Talla de zapato 37, ni pequeño ni pie hombruno. Pero ese tipo de mujer que se pone una 36 ajustada y tiene el culito respingón, y carnes, buena cara, no un tipo de anoréxica. Parece que no le cuesta porque come de todo. No está plana pero no es de tetas descomunales.. Áurea. El pelo suficientemente largo para que se le quede por delante. Pueden ser rubias o morenas. Se  tiñen. Se dejan canas o se ponen algunas mechas. Todo vale.
Muy femenina.
El vaquero le queda como cosido para ella y lleva tacones que no se ven bajo la ligera campana. Camisa de cuadros de leñador metida por dentro sin que se le note la barriga ni le haga bultos. Ó por fuera con camiseta blanca debajo impoluta, de algodón. Se cambia la camisa por un jersey de cuello alto negro y con un collar de perlas ya puede ir a una fiesta. Está estupenda. Y para un día de campo tiene la ropa perfecta, todo le estiliza. Viste colores alegres pero pardos en otoño y más intensos todavía que encienden la luz en el invierno.



 


Es la nuera ideal. Querida hasta por la suegra. Al suegro se le supone el afecto.  Es disfrutona. 
Tan femenina que es irresistible para su pareja. Muy femenina pero no frágil. Tan femenina que es un tesoro para su chico. Tan femenina y robusta a la vez. Sólida como una roca y sin difuminar, sin fisuras. Contorno nítido en cuerpo y alma. Flexible como un junco. Dulce y cariñosa y valiente. Divertida.

Es como cualquier chica sueña ser. La talla musgo, que tus pies sean tan finos como los de Cenicienta. Porque a ellas les encajan los zapatos de cristal. Pueden llevar tacón o zapato plano, deportivas o sandalias.  Ellas salen de la ducha con el pelo mojado y están perfectas. Se peinan con los dedos al salir del agua en la playa o la piscina. No les hace falta coleta para recogerse el pelo porque cuando se les seca al aire están estupendas. Y suma y sigue.
Son tan madrazas que sus hijos varones tienen el Edipo perfecto y se casan con tías estupendas, y las niñas sólo quieren ser como ella. Sonríen siempre. Y saben llorar. Son adorables. Las últimas en la fila de las necesidades. Pero son felices. Parecen iluminadas por un ser superior que las ayuda, les da la paz y el equilibrio para no estar nunca cansadas y siempre disponibles Yo de mayor quiero ser…no quiero ser mujer florero.

A falta de ser una chica musgo necesitamos fuerza las mortales para no envidiarlas y querer acogotarlas de pura envidia que nos entra por no ser como ellas.

14/12/2016

ROGAMOS PRESTEN ATENCION: EL BOCADILLO DE ANCHOAS

Buenas tardes, señoras y señores agradecemos el uso de nuestra compañía para realizar este viaje a través de uno de los mejores manjares de nuestra gastronomía. Ruego presten atención y aporten sugerencias. Serán unos minutos nada más.
 
Del bocadillo de anchoas:
 
Ingredientes:
- Una lata de anchoas del Consorcio. En su defecto utilícese una de un pack de tres de Mercadona. La cantidad de anchoas depende del tamaño final del bocadillo, la distribución de las mismas será uniforme, sin dejar hueco ni hacer montañas. El importante que sean anchoas en aceite de oliva, preferiblemente virgen.
 
- Lo mas importante: El pan. Se utilizará solamente la parte central, aproximadamente  un cuarto del total para un bocadillo. Depende del apetito, pero unos 15cm de bocadillo sacian y alegran lo bastante. Se eliminarán las zonas extremas, los picos. De esta forma se conseguirá un tamaño uniforme e igual anchura a lo largo de todo el bocadillo. No vale cualquier pan, preferible es de estilo rústico, no chapata porque es demasiado ancho, una barra tipo Viena, baguete...o algo más ancha, no excesivamente voluminoso para facilitar la mordida. El motivo de no poner el pico es que hace como el cono del helado, de vía de evacuación de la gotita, en este caso, el aceite. Si bien en un bocata de embutido el pico es admisible no así ocurre en el de anchoas.
 
Asociado con el goteo va el tema de la cantidad de aceite que admite este bocadillo. Es mundialmente conocido el maridaje del pan con el aceite. No hay vino que maride tan bien con un queso como lo hace la pareja del pan y el aceite. Pero no se puede abusar. Influye mucho en este punto de la miga, su capacidad de absorción, porosidad. Lo que no es admisible es un bocadillo de anchoas seco ni que chorree.
 
Los opcionales:
- Dos rodajas de tomate corazón de buey. (Es válido un tomate de pera, entonces hacen falta un par de rodajas más). No es necesaria la sal añadida, basta la salazón de la anchoa. El tomate picado que embadurna el pan es buena compañía también.
- Queso. Al gusto de cada uno. A las anchoas le van los quesos curados y los frescos. Y toda la gama que va de uno al otro.
- Boquerones en vinagre, tantos como anchoas, ni uno más ni uno menos. El tamaño debe ser parecido. Los mejores los de Domínguez. . Tiene nombre: matrimonio. .
- Hojas verdes: Vale rucula, o una lechuga morada.
- Pimientos: asados, de lata, rojos o verdes
- Bonito o ventresca en aceite. En tal caso hay que doblar las precauciones con respecto al aceite.

 Es prudente no abusar de los extras pues se puede llegar a lo grotesco. Las dimensiones deben ser siempre proporcionadas, sin exagerar ni obsesionarse con lo áureo, que el tema no da para tanto. Ni demasiado fino que parezca un sándwich ni tan gordo que se le desencaje a uno la mandíbula.
Se recomienda el uso de servilleta. Por muy bien que se haya seguido el proceso es bueno tomar precauciones. Ciérrese el bocadillo, aplíquese leve presión, para que sea uno todo. Y...al lío. Por cierto el vino tinto o la cerveza son perfectos. Aunque si no tienes más remedio tomate una coca cola. Pero por favor, que no sea 'cero'. Disfruten del viaje. Deseamos verles de nuevo pronto

07/12/2016

SI TU NO ESTÁS AQUÍ, NO SÉ...

La pérdida es adimensional.  La ausencia más que  auténtica es incomprensible. Tanta pena no sabes abarcarla,  no te llegan las manos. Es difícil de manejar, no es dócil. El torrente de lágrimas llega de pronto y el manantial parece siempre abastecido. Te refugias en el abrazo, entrelazas tus brazos a la altura de tu estómago para consolarte, para intentar contenerte. Para calmar el hipo de tu respiración entrecortada y húmeda.
Cuando murieron tus padres no volviste a esa casa, tu casa. Nunca. No volviste a pasar por delante, a pisar tu calle, la calle donde viviste toda tu infancia. La calle que recorrías con tu abuelo cuando le acompañabas al Casino. La calle que bajabas para ir al cine con tus hermanos. La calle por la que paseaste tu sonrisa abierta y tus encantos, tu felicidad. Los rizos se fueron cayendo y empezó a poblarse tu barba. Pero lo que tienes desde siempre es la integridad. Te distingues de otros en eso. De ahí que siempre hayas podido sonreír. Has estado en paz. En paz con tu pasado. En paz con tus creencias. En paz con tus amigos. Por tu justicia y tu coherencia. Podías escuchar sin ofenderte. Eras impermeable a la estupidez, que no al dolor de tus seres queridos. Eras un hombre serio, sí. Eras un hombre austero, sí. Pero siempre seguiste tu propio sendero. Por eso transmitías tranquilidad. Por tu coherencia. Creías en el esfuerzo. Mantuviste el interés y el tesón hasta el último aliento, como si siempre hubiera un mañana. Como si el futuro no te lo fueran a robar. 

Ahora entiendo que no quisieras pasar por tu casa, con su esgrafiado. Yo tampoco quiero ir a la mía. No quiero ver que no estás. Que nunca estás. Que te has ido. Me queda una suerte de consuelo de esta forma, es como si estuvieras de viaje, como si justo ahora no te he encontrado. No quiero saber que te has ido del todo. Ahora que soy mayor y estoy más cerca de ti. Estaba. Ahora que siento que converjo. Sentía.

Paralelas vienen siguiéndome; espacio y tiempo juegan al ajedrez ahora tú, no dejes de hablar, somos: coordenadas de un par....


Soy egoísta y me hubiera gustado que te hicieras viejo, lo que nunca fuiste. Eras mayor y estabas enfermo. Pero nunca fuiste un anciano. Egoístamente pienso que estarías aquí y podría disfrutarte. Tantas veces siento ganas de contarte algo que ha pasado, comentar contigo un éxito de un pariente. La felicidad que noto en tu yerno al verle hacer lo que le gusta. Te quiero llamar, preguntarte una duda, contarte un chascarrillo. Compartir un libro. Un paseo. Hacer fotos del mismo sitio. Escuchar una y otra vez la misma anécdota. Egoístamente. Porque para ti hubiera sido sobrevivir y no vivir. Perdóname por intentar retenerte. Perdona.

BOCATA DE ACEITUNAS O DE CALAMARES

Este parece un tema para llamar a la radio y que cada uno diga cuál es su bocadillo preferido. Todo vale en el mundo del bocata. O casi todo. Basta con que el pan sea bueno. Lo demás son detalles y sólo marcan sutiles diferencias entre las especialidades. Un detalle que marca diferencias es que todo el bocata esté lleno, esto es, mejor sin pico, porque al pico no le suele llegar condumio. Además es bueno que esté partidito el "asunto" de manera que cada bocado tenga su relleno.
Hay ingredientes mágicos: los pimientos: Un pimiento rojo le dice mucho a cualquier bocata, por ejemplo un buen bocata de atún de lata y pimientos es difícil de superar. Valen pimientos asados y de piquillo, de lata. Sin problema.
Un clásico son los de calamares del Brillante. No sé que secreto guardan. Esos calamares que no son elásticos, tiene el rebozado perfecto y el aceite justo. Puedo olerlos ahora mismo, el recuerdo es tan nítido que es presente. Oigo a los camareros detrás de la barra invitando a la gente a probarlos.
La  canallada en versión bocata es el 'rapidillo'. Esto es, en plan madre con prisas. Pan tipo chicle. Alguien lo guardó en una bolsa de plástico. No hay dos mitades separadas completamente, sino que el cuchillo no ha llegado a cortar del todo en dos el pan. Y el relleno: pegote de Nocilla durito, recién sacado de la nevera, o un par de rodajas de salchichón tiradas a boleo, que no ocupan la superficie entera de la miga por mucho que lo recoloques. O el típico que tiene una sola loncha de jamón, lomo o lo que sea y al primera bocado te llevas el contenido que masticas como puedes y te quedas con el continente en la mano vacío, sin relleno. (Como habíamos empezado a indicar en las instrucciones del buen bocata, esto es lo contrario) Una pena.

Pero para gustos los colores: El clásico bocata de chorizo de Pamplona, le echa un pulso, con pan rico, al que se ponga por delante. Donde esté el chorizo de Pamplona, con todo su colesterol, su grasita, que se quite el chorizo pata negra. Tampoco están mal los chorizos de Cantimpalos. Puede ser frito también, o al horno. Y si hablamos de salchichón, cualquiera vale. El bacon es un valor seguro. A los quesos les va mucho una rodajita de tomate. Cuanto más fuerte sea uno más le dice el otro. Si el queso es fundido pega con todo, filete de lomo, pimiento verde frito, panceta...Por supuesto no se puede olvidar el jamón, del negro, con todo el tocino. Sin pan también está rico el jamón. Bocata de torreznos, de patatas fritas de bolsa o de las de la tortilla. Bocata del camino. De tortilla francesa o de patatas. Bocadillo de morcilla, de la pringá del cocido. Pepito con un filete que boza. Siempre hay que conseguir que la grasa no sea excesiva para no ponerse perdido. Y tampoco los ingredientes deben ser excesivos para poder morderlo sin que se descuajeringue. A ser posible al dar un bocado se debe conseguir que el resto siga integro y no sea devorado al primer mordisco todo el contenido y te quedes con el continente.

¿Y ese bocadillo de mantequilla con azúcar? Ya no se estila. Pero tenía su punto.


En plan fino uno de mis favoritos es el de pastrami, o de salmón, con pepinillos y mostaza, entre dos rebanadas de pan de molde, si es negro, mejor que mejor. Pero en el momento actual de la cocina,  lo que no lleve rúcula o canónigos, menta o albahaca, una gota de vinagre de Módena y cebolla crujiente...no tiene derecho a entrar en el arco del triunfo del bocadillo.

Solo hay una excepción para mi, y es el bocadillo de aceitunas. Una vez le dije a mi padre que qué problema tenía con los valencianos. Cuando llegábamos a Valencia siempre se enfadaba. A mi me daba terror su voz enorme. Nos perdíamos sistemáticamente para llegar al puerto. Yo soñaba con que al año siguiente supiera llegar. Pero de un verano a otro cambiaban el sentido de las calles o simplemente mi padre no se aclaraba. Entonces preguntaba y los paisanos nos liaban más todavía. Mi madre no ayudaba mucho porque acostumbra a dar consejos de copiloto peatón. Esto es, no tiene en cuenta que va en un vehículo. Sus indicaciones son de carácter instantáneo, sin tener en cuenta que estás circulando a 50km/h ni las calles prohibidas o giros impedidos. El caso es que yo tenía amigas valencianas muy majas. Y no entendía. Le pregunté a mi padre qué pasaba con los valencianos. Me dijo que eran bobadas suyas, que lo único raro de ellos es que se les atribuía el disparate de que comían bocadillos de aceitunas. Nos reímos. Al llegar a la playa un día se lo conté a mis amigas. Me miraron sorprendidas: "¿Y qué pasa con los bocadillos de aceitunas? ¡Están buenísimos! Sin hueso, claro." Por ahí no paso. Padre. No te preocupes.

¿DE QUÉ NOS SIRVIÓ HACERNOS MAYORES?

A nuestros padres les decían: "Cuando seas mayor, comerás huevos". En cierto modo era literal. Dependiendo de la fecha de nacimiento el huevo era un tesoro que comía únicamente el padre de familia, que se ocupaba de sacar adelante al resto. Mi abuela decía "una peseta un huevo". Yo no lo entendía muy bien. En plan concreto: Una docena de huevos debía costar mucho mas de 12pts, no me acuerdo. El caso es que no me salían las cuentas. Ella mientras freía torreznos para desayunar y patatas fritas. Era mayor y hacía lo que le daba la gana. En cierto modo estar con los abuelos era lo más parecido a ser mayor. La tolerancia era elástica. Salvo en cuestiones de menor importancia, como apagar la luz pronto o algunas tareas impuestas que jamás hubieras hecho en casa, todo era mover los límites de la libertad.
 
Pero al cabo, (nada os debo, me debéis cuanto escribo...)sí, nosotros soñábamos con ser mayores para poder hacer lo que nos diera la gana. ¿Y? Define "'hacer lo que te de la gana" Es que no queríamos crecer para tener más responsabilidad, No. Ni queríamos madurar. No estaba clara la edad objetivo. No. Tan solo que queríamos hacernos mayores para hacer lo que nos diera la gana. Fuera lo que fuera eso. Acostarnos tarde, ver pelis porno, comer guarrerías, pizza a diario. Si no hay pizza entonces una hamburguesa. Ponernos lo que quisiéramos, tacones, escotes, tachuelas, pero largo, corto, de colores. ¿Y? Y después qué. "después de ti. Después de ti no hay nada. ¿Para qué me curaste cuando estaba herido?. Si hoy me dejas de nuevo con el corazón partío" Eso es otro cantar.


Lo más próximo a hacer lo que te de la gana, sin haber crecido lo bastante como para que fuera real, era estar sin padres. Solo en casa. Todos teníamos amigos que estaban 'sin padres' con mucha frecuencia. Planazo. Había que ir a esas casas al par de días de que se hubieran ido los padres y al mes. A los dos días la nevera estaba llena, relucían los libros en las estanterías. Fiesta el viernes. Alcohol para todos. Sensación de libertad. Pasados los primeros brillos una casa sin padres era un desastre donde no quería ir nadie, ni la asistenta estaba dispuesta. Se plantaba en jarras y no había forma de que flexibilizara su postura. Una casa sin padres era un caos para el invitado y un desasosiego inconfesable para los hijos. Estaban deseando verles. Eso sí, el día previo a la vuelta se organizaba zafarrancho, todo en su sitio, limpieza general de la torre de cazos y cacitos, reposición de botellas en la medida de lo posible. Jornada de ventanas abiertas y desinfección general.
¡Qué alegría la vuelta a la rutina y a obedecer a regañadientes!


Está tan idealizado lo de hacernos mayores que no hay decepción más grande que ésa.

04/12/2016

¿CUANTOS AGUJEROS SE TAPAN CON LA LOTERÍA DE NAVIDAD?

¿Qué es eso de tapar agujeros? ¿Lo importante es compartir? ¿Pero se puede saber de que estáis hablando? La lotería de Navidad, el 22 de diciembre, fecha para la que el común de los mortales de gasta la hijuela, firma papeles para dividir con amigos un décimo no vaya a ser que toque; compra en el bar donde desayuna, en el Banco que le cobra implacable la hipoteca. Compra en la charcutería y en la frutería, compra en el aeropuerto si va de viaje...Compra en la oficina, no vaya a ser que toque y al día siguiente esté yo solo en el trabajo. Todos los por si acaso se cubren en esa fecha. Nunca son suficientes. Siempre te queda alguno donde podías haber comprado porque pasabas por delante a diario. Como si haber comprado allí, donde tocó, te hubiera garantizado que tú ibas a elegir ese número en el abanico que exhiben tras el cristal. Si tú siempre dices 'el que toque' ó 'el que usted quiera' al lotero, tratando de poner en él una responsabilidad, que no te sientes capaz de asumir.
 
En Navidad te encargas de cubrir tus frentes. Y resulta que el mensaje publicitario es que lo importante es compartir. ¡No fastidies! Lo importante es que te toque. Hago un viaje hacia atrás. Me siento como con el juguete que has pedido a los Reyes y te han traído, un Scalextric que acabas de montar, los mandos con pilas, doble piso, puentes, zona de aparcamiento o el Nenuco pepón cubierto por sus sabanitas, en la  cuna rosa, recién dormido. Llega tu madre, o el adulto de turno  y dice que hay que compartir ¡Y una mierda! ¿Cómo va a ser compartir lo importante?. Este es mi bebé igual que este es mi décimo de lotería y mi mando. Me ha tocado a mi. Me lo han traído los Reyes porque me he portado bien no como el canalla de mi hermano que todo lo rompe y no le gustan los guisantes y se come los mocos.
 
Lo primero que te hacen compartir es a tus padres. Eso sí que es duro. Un buen amigo y casi un padre para mí, me contó por qué dejó de creer y fue por un asunto de compartir más o menos. De compartir a su madre. Después de compartir a tus padres, antes de aprender lo que es tu propio entorno y antes incluso de saber tus propios límites te enseñan a que otros pueden traspasarlos para compartir. Juguetes, cuarto, material escolar. Luego vendrán los apuntes, los amigos. Lo vas disfrazando con que se trata de intercambios. Empiezas a negociar. Porque no, no, no estamos preparados para compartir. Te puedo prestar esto porque es mío. Pero es mío. No me hagas un lío, hazme ese favor.
 
Y resulta que el día más mágico, que es el de la lotería, (casi como el día de Reyes) nos dan el argumento de cuando éramos niños. "Que lo importante es compartir". Y el colmo llega cuando se entrevista a los premiados, que utilizan siempre el dinero para tapar agujeros, como si fuera yeso o el encalado de la pared...¡NO!  Te ha tocado el gordo de Navidad, deja que la sangre corra por tus venas, grita, agárrate a ese número y sueña. Para eso compraste lotería, para cumplir un sueño, no para tapar agujeros. ¿Cuántos y de qué tamaño son los agujeros de los ganadores de la lotería?