Es tonto. Tonto de remate. No hay belleza, no hay tableta de chocolate ni
cuerpazo que perdone o disimule cubra tanta estupidez. Porque es tonto, pero
tonto. La gente dice de él que es tan... guapo. Con sus camisas blancas que
resaltan ese rostro armónico que Dios le ha dado. Pero cerebro no tiene. O lo
esconde mucho. Que también puede ser. Que su inteligencia quede oculta tras su
porte atlético. Para él no vale esa frase tan de Departamento de Recursos
Humanos "Tiene la cabeza muy bien amueblada" Por cierto esa frase
inmediatamente me produce un efecto explosivo. Dejo de ver al susodicho atribuido
de semejante lindeza y empiezo a imaginar esa noble cabecita como una casa de
muñecas. Y coloco en la frente el ático, no tiene terraza (bueno, en la calva:
azotea), en la zona nasal anda el salón, para aprovechar el hueco como
chimenea, y detrás de los pómulos se transparentan sofás, sillas, cojines,
cómodas, cocina...todo muy organizadito. A veces son muebles antiguos, camas
con dosel y cortinajes tras esos ojos verdes. Otras me pega que va de IKEA, un
clásico. Sea como sea, me entra un agobio horrible pensando cómo va a vivir ahí
dentro el personal, entrando por esa bocaza llena e babas pero muy bien
amueblada. No puedo concentrarme, me olvido de mí, del otro. No puedo con esa
frase.
Volviendo al tonto guapo, guapetón. No usa corbata porque cree que se lo puede permitir. ¿Insinúa acaso un escote masculino? Está por encima de los demás. Volando bajo más bien. Se va a estrellar. Tiene que estar a punto. No entiendo cómo ha sobrevivido. El daño que puede hacer con semejante cabeza es inimaginable. Su tontería se traduce en desplantes, malos modos. Porque no tiene ni idea, ni le interesa lo que está bien y lo que está mal. Puede decir una cosa y la contraria en la misma frase. No es posible reprochárselo, no se va a enterar. Un día se declara católico y al otro musulmán. Otea el horizonte para ver qué es más conveniente decir o pensar y se agarra al caballo que trota derramando entusiasmo sobre las masas entusiastas.
En fin, atontado, que tendrías que ser Gary Cooper, que está ya en los
cielos para aguantarte tanta estupidez. No eres lo bastante guapo. Lo lamento.
En cualquier caso, no quiero quedarme en lo concreto. Yo estoy pensando en él.
Pero estamos rodeados. ¡Sálvese quien pueda! El maquillaje y el tuneo han
subido al poder, si no eres guapo, háztelo.
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