Cumbre de la OTÁN, rataplán, en Madrid. Un follón sin precedentes. El jefe de los GEOS existe, le vi el otro día al lao de casa. Fueron los policías quienes avisaron con sorpresa de su presencia. Tío, tío, tío, que es Carcaño. Esos polis cuadrados, con unos pectorales que no necesitan chaleco para protegerse. Cuerpo de bombero. Cumbre de la OTÁN, rataplán, rataplán.
Nos hemos enterado de algunos detalles mínimos vestidos de anécdotas que no lo son, el asunto de la bandera. Detalle que las que no hemos hecho la mili ni sabemos de guerras, ignorantes, desconocíamos. La bandera al revés significa rendición. El follón que se organizó en las redes estaba a la altura del que había en la calle. La banderita al revés. Y Antonio sin inmutarse. Dicen que se ha hecho algo en la cara que le habrá quitado las marcas de acné o viruela, pero le ha dejado el rostro más duro si cabe. En fin. Hay cositas que no se deben descuidar. Ni con disculpas se olvidan.
La princesa de Tolosa, otra gran protagonista. Encargada de los cónyuges. No sé si es verdad, pero es buenísimo el mote. Se atribuye al rey expatriado, que tenía de todo, hasta gracia. la de Tolosa (porque "tolosabe") alcanzó su techo de protagonismo al conseguir que la mujer del presidente de Estados Unidos lo primero deseara, nada más pisar Madrid, fuera hacerlo con unas alpargatas en Castañer. Eso antes sin quitarse las gafas en el saludo, que todo se les perdona a los americanos. Dicho y hecho: no tiene desperdicio. Se la lleva la anfitriona al Barrio de Salamanca, a Castañer, porque le encantaron a la nieta de la primera dama las alpargatas de tacón de la española. Esto no es como si yo me voy de compras, sola o en compañía de otros. No es lo mismo. Metieron un tajo a la ciudad. Cortaron de Lista a Goya, de Serrano a Conde de Peñalver (un suponer), no se acordó la de Tolosa, quizá, del tamaño del vehículo en el que se desplaza la yanqui. ¡Que no cabe casi por esas calles!, va tocando retrovisores, se olvidó del minúsculo detalle de la anchura de esas calles ¡que son one way!, y de un carril. ¡Que no hay doble fila!. Eso es humanizar la monarquía, tabla rasa. ¡Sí señor! Todos somos iguales. ¡Concho! Llama a Castañer y que te traigan una de cada. No. Lo que mola es ir a la tienda, como personas normales. No hija no. No sois normales. Encima, para las nietas. ¿Y qué hacen las nietas aquí? Esto de traerse a los parientes cuando se viaja de trabajo debería tener un límite. Una cosa es que haga turismo el consorte, ¡pero los nietos! Llévatelas a la Warner, o al Rastro, así “en plan” normal. ¡Ya puestos! Y criticaban a la ilustre Carmen por sus paseos por las joyerías, se decía que cerraban los joyeros sus locales en cuanto la veían acercarse, porque acostumbraba a tomar prestadas las piezas. Esas perlas que lucía. Me quedo con que sacó a Unamuno del brazo tras su venceréis pero no convenceréis.
En plan mundano se llevó la de Tolosa también a las parejas de hecho y de derecho, a la Granja de San Ildefonso, que me encanta, pero ¿en el AVE? ¿Qué necesidad? Ella es otro estilo, es de Tolosa. Organizó un follón de mírame y no me toques en la estación de Chamartín, en obras que hubo que parar porque le molestaba el ruido de la maquinaria. Persona normal, al lado del pueblo, pero que muy sensible. Hubo que parar de trabajar para que a la de Tolosa no se le alteraran los tímpanos. No sé las medidas de seguridad que adoptaron para viajar en AVE todo el séquito y esposas y esposos de los mandatarios, pero allá que se fueron a Segovia. Lo que pasa es que en Segovia y la estación de Guiomar (a la sazón amante de Machado, que tiene guasa que la hayan puesto su nombre a la estación, habiendo gente tan maja en Segovia) ; pues desde Segovia a la Granja hay un rato. ¿Cogieron un taxi? Dando un paseo hay una tirada, y con las alpargatas, ni te cuento. Más fácil todos directamente en coche a la Granja y ya está. En cualquier caso felicito la idea de visitar los jardines, las fuentes y la fábrica. Podían haber comido en el Mesón de Fuencarral a la vuelta, viendo pasar el tren. O en Zaca, que entre semana seguro que hay mesas.
Me preguntaba porqué no se aloja "la bestia" en el Rich o en el Palace, sino en el Intercontinental. No tenía en cuenta la cercanía de la Embajada. Cositas. No me acordaba del túnel secreto que comunica hotel y Embajada por debajo de la Castellana. Detalles. Está todo pensado. Se creían únicos los florentinos con su corredor Vasariano de las Oficinas a Palacio. Del Palacio Vecchio al Pitti, evitaban los Médici los olores originales del Puente Viejo, lleno de puestos de comida antaño y también mezclarse con el pueblo llano, que a veces no les era favorable.
Lo que tampoco entiendo, que no me enfada, ojo, es que coman en el Claustro del museo del Prado las delegaciones de la OTÁN, rataplán. O sea, que no se puede casi ni toser delante de un Velázquez y sin embargo puede montarse un tinglado impresionante, fogones incluidos en el Claustro (gracias Rafael Moneo), porque el Chef sólo sabe cocinar con fuego, que se quite la vitro y la inducción. Tráiganme un camping gas, aunque sea. No lo entiendo. Al museo se va a lo que se va, por eso se entretenían Boris y Macrón. Con la cantidad de sitios que hay para comer, maravillosos jardines, palacios donde no es necesario hacer cambios en temas de seguridad, se van al Prado. Lo cierran a turistas y dejan a los mandatarios hacerse selfies delante de Las Meninas. Encima, el pábulo que se le da al chef. Vamos a ver, que se dedica a eso. ¡Que cocina muy bien! ¡Faltaría más! Es un fenómeno. No lo discuto. ¡Que lo organiza todo en un santiamén! Sí, es cocinero, es lo suyo, es famoso por eso. Es como si a un médico le alaban la certeza en el diagnóstico. Que está bien que acierte, sí. Pero se le supone, se dedica a eso. Señoras y caballeros. No perdamos el Norte. Aplaudimos un par de meses a los sanitarios y ahora alfombra roja al del gazpacho de bogavante y el postre madrileño, combinación de anís, fresa, barquillo y el caramelo de violeta. ¡Ole tu!. Nos pasamos siempre de frenada. Que sí, que tiene una ONG, vale, eso le honra; pero es que es "SU" profesión. Y es muy bueno y muy majo. ¿Que fue el primero a la Palma y el primero a la frontera polaca con Ucrania?, no le quito mérito. Lo hace muy bien. ¿Que POTUS fue a darle un abrazo y se saltó el protocolo? Mal hecho, pero hay que tener en cuenta que el chef es mucho más simpático que Antonio. Y POTUS a lo mejor estaba hasta la coronilla de su vehemencia y falta de gracia. El Chef sin embargo, está en su sitio. No se pone ni apellido, invita al tuteo, hace lo que sabe hacer, y muy bien y agradece con humildad. Acoge en sus abrazos de oso. Y no ese toqueteo de los blandurrios, que tocan, tocan. El yanqui a punto de arrancarse con Paquito el Chocolatero enganchado a una que iba de rojo y su marido. Si no se van a llevar el género, absténganse del sobeteo.
Dicen que Antonio está buscando trabajo. Vaya. ¿Se va a quedar sin? Pues no sé por qué. Tanto achuchón internacional y aquí han dejado de quererle. Pobre Mr Handsome. Tiene que cambiar de sastre, le han elegido un azul imposible para esta Cumbre, rataplán. Es traje que se pone, traje que le queda corto de mangas, demasiado estrecho, pitillos los pantalones, le falta un pañuelo dicen. Que no está cómodo. No sólo de ser guapo vive el hombre.
Me encanta tu visón de la cumbre de la OTAN!!
ResponderEliminar¡GRACIAS!
ResponderEliminarSe te ve un poco reticente con la cumbre...
ResponderEliminar¿reticente? No. :)
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