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17/12/2024

CON ELLOS PASABAMOS LAS HORAS

Los amigos, como la familia, ayudan a preservar los recuerdos. Son el almíbar de la memoria. El escabeche de tus palabras, de tus ideas, de tus creencias. Con ellos construyes tu historia. Con ellos todo tiene sentido. Con ellos resuelves y vuelve la paz. No te recriminan por tus errores o tu ausencia. Te acompañan y encienden la luz a tu paso. Cual 
No es cosa banal recordar quien soy, enmarcar mis circunstancias, ayudarme a entender. Alivia mi desasosiego si lo hubiere. Me gusta tener el pasado presente. Despejo incógnitas y simplifico mi ecuación. Sé dónde estoy. Y por qué. Me centra. Me equilibra. Me cura. Los amigos son la mercromina del alma. Los amigos son el Betadine del corazón. Y mucho más. Son los amigos. Son la mermelada y el jamón ibérico que transforma el aislamiento en el que inevitablemente uno cae a veces, lo transforma como quien sale del ayuno. Encienden la luz y aportan color a las sombras del tormento ocasional. O la tormenta. Endulzan y alimentan la vida. 
Los buenos amigos te hacen ver en qué nos hemos convertido y hacia dónde no queremos ir o volver. Con los amigos es más difícil salirse del camino y perderse. Que te puedes despistar, sí. Pero esos satélites ejercen una fuerza de atracción que ríete tú de la gravedad. Se quedan en el arcén y te acompañan invisibles porque tu no quieres ver, porque tu no quieres oir, pero ellos se acurrucan en la cuneta, se hacen bicho bola. Se disfrazan de farola de tu vereda. Y te están esperando siempre. Sin juzgarte, sin reprimendas. Te están esperando para volver a reír a tu lado, para que llores si te hace falta. Para poneros al día. Para sorprenderte siempre con su calor. 
Mis amigos. He aprendido de mis padres, como siempre, el valor de la amistad. A los amigos hay que cuidarlos. Y los hay de muchos tipos, como las plantas. Amigos cactus y amigos flor de garza blanca, de la familia de las orquídeas, de la que se dice que es la flor más delicada del mundo. Cada uno con sus peculiaridades, su mochila, su pasado, su historia y sus penas. Como tú mismo. 
Entre mis amigos cuento a mis hermanas y a mis primos. Además de los lazos de sangre que nos unen, hay un trenzado fino que iniciaron nuestros padres y que nosotros sin prisa ni pausa hemos preservado. Mis amigos. Dice mi hija "qué bueno es hablar con un amigo, qué bien sienta" Y es verdad. Es que un amigo te recoloca. Te ubica. Te sacude si hace falta. Con un amigo se llora o se ríe según toque. Y no pasa nada. 
Un amigo es el huracán que limpia de pecios la playa de tu dolor. Recompone sin esfuerzo aparente el puzle de tu presente. Y te acompaña. Y tu le acompañas. Agradecida. 

7 comentarios:

  1. Gracias amiga mia.

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  2. ....Y un poco atorrantes, también, como debe ser

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  3. Gracias,que agradable compartirlo

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  4. Qué maravilla cómo escribes!!!

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  5. Precioso,María,que agradable es leerte,son unos minutos deliciosos

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  6. Agradezco vuestra lectura y comentarios cariñosos.

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  7. Así es , lo escribes como yo lo pienso

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