Cuando yo muera me
encantaría que alguien se acordara así de mi funeral. No me gustaría que todo
fuera pena. Sería genial que mis amigos y mis parientes se juntaran y bebieran
(no a mi salud, claro. Ya no haría falta) . Que lo hicieran por ellos. Que
hablaran los ingenieros con los cerrudos. Mis primos con los de la oficina,
jefes o no, hermanos y amigos. Que se abrazaran y se rieran. Y pasaran un buen
día. Un día de campo. Por pedir, que no quede.
En el entierro de uno de
los Muñoz lo pasaron bien. Es que él era fenómeno. Me lo dijo J. ¡Qué bien lo
pasamos Fernando Muñoz!
Recuerdo un día en que
fuimos al pantano de noche en el Meari de Nano, por ejemplo. No sé nada de
coches. Podía ser otro. Íbamos más de los que cabíamos. No de los que
legalmente podían entrar, si no más de los que cabíamos de verdad. Cuerpos
medio fuera. Risas a borbotones. La primera idea fue ir a la playa. Situación :
Dos de la mañana en el pueblo más bonito de la sierra de Madrid. A la playa de
Valencia. Menos mal que no teníamos gasolina y sólo llegamos al embalse. Allí
fletamos un barco. Con inauguración y todo. A falta de champán, litrona. Hubo
discurso y declaración de buenas intenciones. A la vuelta quien no estaba
empapado, lleno de barro. En el coche cantábamos "Atrás", de Nacha. Es que su amigo se ha echado ATRAX. Y : tú eres mi enfermera de noche y siempre
estarás a mi lado. Nuestras voces alegres y despreocupadas debían rebotar
en la Maliciosa y hacer ondas en el pantano. Llegamos a casa de Fernando, un
salón enorme de madera y nos enseñó unas figuras de plata que explicó había
cuidadosamente esculpido tras fundir la cubertería de Ag de su familia. Yo solo
intentaba hacerme una idea de la bronca al ser descubierto. No me imagino.
Pero Fernando Muñoz era
así. Despreocupado. Simpático. Vividor. Sólo lo que me dijo J me hizo recordar
su risa. Su alegría. ¡Qué pena!. Los Muñoz eran toda una saga. Fernando tenía hermanos
pequeños y mayores, puedo ver las sonrisas de algunos, las carcajadas. Unos más
populares que otros Un ejército de risas y cada uno con su historia. Formaron
parte de ese pedacito de pasado que muchos recordamos en el pueblo más bonito
de la sierra de Madrid. A todos ellos, me gustaría decirles que siento la
pérdida.
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