Los modales. La buena educación. Estoy en contra de usar el inglés cuando existe en
español una manera exacta de decir algo. Pero mola a veces, para llamar un poco
la atención. Y es cierto, que para bien o para mal, es un reclamo usar otro
idioma, aunque sea para que te critiquen. Y te lean. Al grano: La buena
educación. O la mala. Es que en español el título está cogido ya por una peli.
Por eso.
Quiero hablar de la mala. La mala educación. A mí me parece fatal que Pedro
llegue una hora tarde a su cita con Felipe. Pero si Pedro es el presidente de
gobierno en funciones, la cita es en el palacio de Marivent y Felipe no es un colega
del baloncesto, si no el rey Felipe VI de España, lo veo un desprecio, una
falta de respeto, al rey, y a todos los españoles, no solo a sus votantes. La
base es la mala educación. No la educación formativa, no, no los estudios. No.
La EDUCACION, la BUENA. La educación es una carga de profundidad, es respeto al
otro, es consideración. Es el fundamento de lo que somos, de nuestro origen, de
nuestro nombre, de nuestros padres, que nos la inculcaron. En este caso ambos
no son solo personas. Son las instituciones a las que representa cada uno. Pero
el que llegó tarde fue uno, no el otro. Que le recibió como debe ser, como si
nada, con la ecuación que le corresponde.
Sin entrar en el detalle del que no he oído hablar: en vez de a la una, un
poco antes del aperitivo, pero con el tiempo justo para despachar, 45 minutos y
luego cada mochuelo a su olivo; llegó a las 13:50. En fin. Las interpretaciones
están abiertas. Pero tratándose de España y el verano, lo que quería es
acoplarse a la comida de palacio. ¿Qué no?. Vamos. Nadie llega a las 14:00 a
ninguna casa en España si no es por un “ya que”. La mesa estaba puesta seguro. Olería a esas cocas mallorquinas petadas de verduras recién cogidas de la
huerta, y sabe de los gustos culinarios de la consorte, saludables y la moda,
que además es de su cole. En plan coleguitas apañaron “el ya que”. Oye, me
acerco ya si eso a las dos y nos tomamos unas birritas. Me impresiona. Por
mucho menos se encuentran muchas puertas cerradas los mortales. Pero claro, Pedro,
cree que viene de otro planeta. Pedro se desdobla y tiene varios personajes que
interpreta, con traje de presidente, de candidato, de “psoista”. Con traje de
según. Ahora debe llevar puesto el traje de Según. Según sople el viento o las
encuestas.
Es por eso que la buena educación es el traje que llevamos cuando estamos
desnudos. Desnudos por dentro y por fuera. Es nuestra estructura y nuestra
armadura y quien no la tiene no la puede comprar. Porque la educación es base
dos. Binario. 0 -1. Como la bondad. Se es
bueno o no. No hay grises ni escala que valga. Es estar callado cuando habla el
otro, contestar si te preguntan, pedir por favor y dar las gracias, es respetar a los mayores, sentarse bien, esperar a que todos estén
servidos para empezar, no zamparse todo cuando se comparte. Servir el vino a todos los comensales cuando rellenas tu copa. Estar atento,
ofrecer, escuchar. Saludar cuando llegas a un sitio, despedirte cuando te vas;
agradecer, ofrecerte a ayudar a recoger la mesa. No hablar mal de los demás, cumplir tus promesas, devolver los préstamos (de libros, joyas, dinero...). Levantarte cuando alguien
mayor que tu está de pie. No hablar con la boca llena. Sentarte correctamente. No
hacer esperar. En definitiva, la educación tiene mucho que ver con tener en
cuenta al otro. Si nos ponemos finos, en cada país hay ciertas cosas que son de
buena o mala educación, fruto de costumbres o ritos. No se come igual en Japón
que en Italia, el saludo es diferente, no se mira en los anglosajones con la
intensidad que se hace en los mediterráneos…hay miles de ejemplos. Pero el
fondo, es el mismo. Respeto y consideración.
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