La cosmética es una tapadera. No hay crema ni tratamiento facial más
efectivo que una caricia. ¿Por qué los niños tienen esa piel de melocotón? ¿Por
qué cada centímetro cuadrado de un bebe es suave? Porque está colmado de amor.
Porque los brazos se rifan para mecerlos. Porque están en contacto permanente.
Porque se les quiere incondicionalmente. Por eso. No porque sean nuevos en
estos lares. No porque no les haya dado el sol o el viento. No. Porque se les
quiere. Por eso huelen a amor. Las colonias y geles de bebés se hacen para que
huelan a bebé. El Nenuco, Petit Cherie-Enfant, JOHNSON'S, Dulces. Todas. No son
más que un intento de emular el olor del bebé. No es al revés. No. Un bebé no
huele a Nenuco. Y no hay reciprocidad. Por mucho que te bañes o te empapes de
colonias de bebés no olerás como ellos, porque lo importante es amar. Como no
podía ser de otra manera.
Es la vida, que nos va separando del amor incondicional y nos junta luego
con otros amores. Con otros amores con los que nos ponemos guapos, mana de
nosotros lo mejor que tenemos. Por eso no hay crema antiarrugas mejor que el
amor. No. Por mucho tratamiento que te des, por mucho que te quites o te
pongas, estírate de ahí, pínzate de allá. No lo vas a lograr. Si quieres tener
un buen cutis, déjate querer, hazte querer. Porque ya puedes gastarte la
hijuela en sérum, sueros, en Botox; que eso no funciona. Vamos, funciona, pero
es efímero. Déjate tocar, tu piel demanda cariño, tu piel necesita que la
toquen, que la cuiden, pero no con la destreza del profesional, sino desde la
autenticidad del amor. Por eso las personas felices son guapas. Porque son
guapas por dentro, Y porque para ser feliz es fundamental querer y ser querido.
Por eso, déjate querer, quiere mucho. Mucho. Quiere muchísimo. No te pierdas en
bobadas, No te entretengas en las aceras. No mires de lado. Quiere a tu gente,
a tus hijos, a tu ex novio, a tus padres, a tus amigos, a tus abuelos. Quiéreles
y quiérete mucho.
Si vas al dermatólogo por algún problemita tendrás intervención, pero los
que saben de verdad del corazón te dirán que es psicosomático. Que has
somatizado. Que te lo hagas mirar. Porque todo lo que te quites con cirugía o
tratamientos superfluos tiene una raíz que el bisturí no puede tocar, que traspasa
la dermis y la epidermis. Y llega a la válvula mitral, al núcleo mismo de tu corazón.
Vete directo al corazón y quiere todo lo que dé de sí. En caso contrario,
volverá la aspereza de tu piel, saldrán todos los granos que en la adolescencia
eran hormonas y ahora es una agresión bestial a tu alma. Recupera tu corazón
blanco, tan blanco. Deja que las lágrimas calcáreas alimenten tus poros, que se
abran al mundo. Sella tu tristeza con cariño. Deja que los besos nutran tu piel
y tu núcleo. Solo así volverás a radiar.
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