Jon, soy Charo. Hombre Charo, ¡qué alegría! ¿Qué tal estás? Bueno, pues no tanta alegría. Que para eso te llamo, estoy regular, la verdad. La pastilla que me diste no me hace nada. Charo, que soy Jon. Ya sé quién eres, por eso te llamo, todavía no estoy majara. Que será muy buena para el corazón la pastilla, digo yo, pero yo es que eso no me lo noto. A mi el corazón no me duele. Me duele la pierna. Y lo que me pasa es que encima, con la pastilla, no me puedo mover, como si me hubieran dado una paliza. Y claro, yo así no puedo estar. Tengo muchas cosas que hacer. Porque vienen mis nietos a comer y les voy a llevar al RACE luego. Que voy a jugar al golf con mi amiga Aurora. Los niños se quedan en la piscina. Son mayores. Lo que te digo, que con esa pastilla me entra un cansancio y un sueño y no hay quien me levante. Estoy atontada todo el día. Además como me has dicho que no puedo tomar café. No sé qué quieres que haga. Que no me voy a quedar todo el día en la cama, como una viejecita. Además, por la tarde viene Paulina con Julio a tomar un gin tonic. Porque Maripi no está, la veré este fin de semana que me han invitado al molino. Charo que soy Jon. Mira que eres pesado, que ya se que eres Jon, que te he llamado yo.
Entonces ¿Qué hago?, que mis hijos no hacen más que darme la lata. Que todo lo hago mal. ¡Qué sabrán ellos! Bastante tengo yo. Aquí todo el mundo opina. Que si tengo que andar, que si no, que es mejor esto o lo otro. Que no coma tal o que coma no sé qué. Me tienen hasta la coronilla. ¿Sabes lo que te digo?. Que voy a hacer lo que me parezca. ¿Vale? Si, Charo, pero es que soy Jon, el hijo de Elena y Jaime. ¡Uy, estás tonto!. ¿Cómo no me lo has dicho?. ¿Qué querías? ¡Pero si me has llamado tú! ¡Qué bobadas tienes! Mira que eres ganso.
Bip, bip...ha colgado. Sin decir adiós. Como si fuera con otro. Como si no hubiera ocurrido.
Hola Jon, soy Charo.
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