El
mar. Ese anuncio de Shakira en un barco me parece un petardo. Con perdón. Ni me
acuerdo de qué anuncian. Sólo sé que es "la felicidad al cuadrado".
Entonces me engancho. Con los anuncios
me suele pasar. Se me ocurre que, si la felicidad es cero o uno, ¿de qué te
sirve el crucero? Porque si la elevas al cuadrado, le da lo mismo. Igual que a
ex si lo integras. También me da qué pensar, si es infinita la dicha, para qué
quieres elevarla al cuadrado. Además, ¿por qué al cuadrado y no al cubo, o a la
cuarta? Porque si se trata de felicidad, es importante saber de dónde partes.
Lo fundamental es el camino, tu propia historia. El histórico. Empiezo a
rayarme, la felicidad no se mide. ¿Es contable o incontable? Yo diría que lo segundo. Es como el tiempo.
No hay una, dos o tres felicidades. Es "uncountable". Lo tengo claro,
como los fenómenos meteorológicos. Como el amor. ¡Y dale! Entonces, ¿qué hace
Shakira elevándola al cuadrado? ¡Qué
tome límites! 😉 El uso de las matemáticas en el lenguaje cotidiano tiene
mucho peligro.
Por
rematar por ahora con el tema de los anuncios, que es en sí mismo ilimitado; es
decir, no se puede poner punto final... Ojo que me vuelvo a las mates y a las
asíntotas. Punto. Respecto a los anuncios radiofónicos. El otro día en una charla de café cogimos la
linde de la agencia negociadora del alquiler. Eso de que hay que practicar el
“tranquiler” chirría. No somos muy buenos los españoles inventando palabras.
Dejemos a los británicos que lo hagan, ellos sí que saben. El caso es que, si tienes
un pisito y no les llamas, a su teléfono gratis, para que te lo gestionen,
estás perdido. Sin embargo, con ellos; si el inquilino no te paga, tú ni te
enteras; si entran okupas, desaparecen por arte de Magia. Si se estropea la
secadora, llega Merlín y se encarga.
Para palabrejas, "mutuero". No hace falta decir nada más. No
sé qué pensará el elegante mod conductor de su Lambretta tuneada de ser mutuero
o en vez de motero, o ese tío enorme vestido entero de negro subido en su
Harley, acelerando en el semáforo con un sonido de viento y libertad. En fin.
¿Qué
me dices de Arriaga Asociados? Se anticipan a resoluciones judiciales, le
arreglan a uno la vida. Cuando oyes a los supuestos afectados, te entran ganas
de llorar, después de meses pagando de más. Empatizas inmediatamente con el
sufrimiento. ¡Revisa mi hipoteca, por favor! El dramatismo es alarmante con la
frase final: recupera tu vida ¿Y el pobre Matías? Que llega tarde. Angelito,
dejadle en paz ya. Los de ASISA y CUIDEO saben respectivamente cómo cuidarte, y
cómo cuidar a tus mayores. ¿Qué se puede reprochar a la autocrítica de los que
anuncian audífonos por la radio? Lo hemos pensado todos. No. No tiene mucho
sentido hacerlos, aunque claro, a los que están teniente se lo contarán su
hijos o parientes. Se llevan la palma los anuncios de alarmas. Esa imagen de la
mujer mirando anuncios de alarmas con un bombo a punto de estallar porque
quiere poner la alarma antes de que nazca el bebé me inquieta. Imagino roba
niños en un barrio periférico de jardines llenos de hortensias y boj y me
alarmo. Pero el sumun es la pareja que decide instalarla ya que son los únicos
del barrio que no tiene. ¡Qué mala es la envidia!
Una
idea sorprendente han tenido los que anuncian Gilmar. Me gusta la frase
"no se puede saber de todo “. Porque es cierto, a veces los listillos se
meten en campo ajeno y resultan insoportables. Pero no es verosímil el músico
que describe la vivienda como una sinfonía. Mal ejemplo.
“Espero
que no te moleste, invité a un amigo” ¿A quién se le ocurre? ¿Tú vas a una cita
con tu churri y le dices eso cuando te abre la puerta? Perdona que te diga,
pero no tienes nada que hacer. Ya te lo digo yo, que no soy nada ligona, y
menos de citas; pero sé de buena tinta que eso no funciona. Si la entrada no es
creíble, la respuesta del sorprendido anfitrión es una bobada: “¡Prometo no
ponerme celoso!” Ni un Vega Sicilia del año adecuado entierra tanta mentira.
Reconocen
sus defectos los de Factor Energía. ¿Lo veis? Si contratas con ellos, no harán
más anuncios. ¡Cómo será el tema! ¿Qué
es eso de que al dolor de cabeza ni agua? Discrepo, no está bien traído. Sé lo
que significa la expresión, que no le eches cuentas; pero es que beber agua
viene de miedo para el dolor de cabeza. Ese es mi remedio casero por
excelencia. Pase lo que pase hay que beber agua, que te alivia. Si te duele la
cabeza, bebe agua. Si te han salido granitos, bebe agua. Si tienes resaca,
¡bebe agua! La hidratación es mi solución a todos los problemas. Excepto la
pena, el agua lo cura todo. Incluso ayuda a adelgazar. Así que, por favor,
midan y elijan sus palabras.
Por
goleada soy fiel a los Fernández. Que, además, son muy amables. Es necesario
mencionar a Carglass, que te llevan la luna allá donde estés. Imposible encontrar más romanticismo en un
tan pocas palabras. Pero, ¿dónde está
Igor, de Carglass? Ya nadie habla de él. ¡Qué efímera es la fama!