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17/10/2018

TE PERDISTE LO MEJOR




Las noches de farándula están llenas de testigos falsos. Esa oscura gente que te susurrará sibilina mañana si te vas, que te perdiste lo mejor. Mienten. Son agentes del maligno. Enviados del infierno que cobran a comisión. Cuanto mayor es la conquista más se embolsan. Cuanto más difícil el reto, más alta su recompensan. Ávidos de sabngre fresca intentan engatusar almas inocentes para fines maquiavélicos. Resiste. No cedas a la absurda tentación de quedarte, a las tantas ya del alba, en un sitio lleno de humo y borrachos, donde no te lo estás pasando bien. Si se te ha hecho tarde y tienes sueño y te quieres ir; cuando quieres marcharte, vete. Porque siempre habrá alguna serpiente que al día siguiente te quiera llevar a su terreno. Quiere que a la próxima te quedes, estés hasta el final, como él, como ella. Son vampiros.

Lo mejor no existe. Lo mejor son esos ratos que disfrutas. Coge con fuerza esos minutos que son el ahora. Ya no los vas a recuperar. Disfruta este momento, no hay otro mejor. Come, prueba sabores, ríete. No vivas las cosas por imitación. No pasa nada por no beber. No. No es necesario fumar si todos fuman. No hay porque liarse un canuto si el más guapo del grupo se lo lía. Coge tu camino. Sé libre. Márchate a las doce porque mañana quieres caminar, ¿a ti que te importa lo que piense la gente? Coma en dorada vajilla el príncipe mil cuidados. No te vas a perder lo mejor. Porque lo mejor está contigo. Tú eres el protagonista de tu vida. Eres dueño de tus decisiones. Pierde ese miedo a no ser popular. Estás cogiendo forma, hijo. No te quedes en una mancha difuminada. No aceptes ser sombra.
Lo que ocurre de verdad esas noches en las que te perdiste lo mejor, es que el grupo entero de tus amigos está muerto de sueño desde medianoche. Están esperando que pase algo, tienen miedo a que en ese momento en que cedan a su instinto y a la naturaleza sabia, sea justo cuando pasa algo. La realidad fueron un par de canciones y una larga ruta de ir acompañando a unos y a otros a casa. No hubo estrellas fugaces. Ni siquiera conocieron a alguien interesante. Estuvieron bostezando y aguantando el paso del tiempo a base de copas o lo que hiciera falta. Hoy no se pueden levantar. Toda la noche sin dormir. Pero no es que no pararan de reír. Eran boyas en la tempestad de la noche. Juran para sus adentros que no lo volverán a hacer. Aun así no se atreven a confesarlo, no vaya a ser que los otros no piensen igual.


En realidad, esos agentes del lado oscuro tienen celos de tu entereza. Envidian esa capacidad tuya de no reverenciar a los líderes. Anhelan tu personalidad y tu fuerza. Siempre estarán entre el público, nunca protagonistas. No hay plató. Han dejado que otros decidan por ellos. Son esclavos, imitadores, farsantes de noche y de día. Porque mimetizan su historia con la de sus ídolos. Piensan que si son como éstos, les querrán más, serán ellos mismos admirados. En realidad, no pasarán nunca de copistas. Esa vida camaleónica que nunca es propia porque está vacía. Hasta el más inútil de los líderes valora lo auténtico. No pasa nada por ser diferente. Mantén firmes tus valores y tu esencia.



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