Las
noches de farándula están llenas de testigos falsos. Esa oscura gente que te
susurrará sibilina mañana si te vas, que te perdiste lo mejor. Mienten. Son
agentes del maligno. Enviados del infierno que cobran a comisión. Cuanto mayor
es la conquista más se embolsan. Cuanto más difícil el reto, más alta su
recompensan. Ávidos de sabngre fresca intentan engatusar almas inocentes para
fines maquiavélicos. Resiste. No cedas a la absurda tentación de quedarte, a las tantas ya del alba, en un sitio lleno
de humo y borrachos, donde no te lo estás pasando bien. Si se te ha hecho tarde
y tienes sueño y te quieres ir; cuando quieres marcharte, vete. Porque siempre
habrá alguna serpiente que al día siguiente te quiera llevar a su terreno. Quiere
que a la próxima te quedes, estés hasta el final, como él, como ella. Son
vampiros.
Lo
mejor no existe. Lo mejor son esos ratos que disfrutas. Coge con fuerza esos
minutos que son el ahora. Ya no los vas a recuperar. Disfruta este momento, no
hay otro mejor. Come, prueba sabores, ríete. No vivas las cosas por imitación. No
pasa nada por no beber. No. No es necesario fumar si todos fuman. No hay porque
liarse un canuto si el más guapo del grupo se lo lía. Coge tu camino. Sé libre.
Márchate a las doce porque mañana quieres caminar, ¿a ti que te importa lo que
piense la gente? Coma en dorada vajilla el
príncipe mil cuidados. No te vas a perder lo mejor. Porque lo mejor está
contigo. Tú eres el protagonista de tu vida. Eres dueño de tus decisiones. Pierde
ese miedo a no ser popular. Estás cogiendo forma, hijo. No te quedes en una
mancha difuminada. No aceptes ser sombra.
Lo que ocurre de verdad esas noches en las que te perdiste lo mejor, es que el grupo entero de tus amigos está muerto de sueño desde medianoche. Están esperando que pase algo, tienen miedo a que en ese momento en que cedan a su instinto y a la naturaleza sabia, sea justo cuando pasa algo. La realidad fueron un par de canciones y una larga ruta de ir acompañando a unos y a otros a casa. No hubo estrellas fugaces. Ni siquiera conocieron a alguien interesante. Estuvieron bostezando y aguantando el paso del tiempo a base de copas o lo que hiciera falta. Hoy no se pueden levantar. Toda la noche sin dormir. Pero no es que no pararan de reír. Eran boyas en la tempestad de la noche. Juran para sus adentros que no lo volverán a hacer. Aun así no se atreven a confesarlo, no vaya a ser que los otros no piensen igual.
En
realidad, esos agentes del lado oscuro tienen celos de tu entereza. Envidian
esa capacidad tuya de no reverenciar a los líderes. Anhelan tu personalidad y
tu fuerza. Siempre estarán entre el público, nunca protagonistas. No hay plató. Han dejado
que otros decidan por ellos. Son esclavos, imitadores, farsantes de noche y de
día. Porque mimetizan su historia con la de sus ídolos. Piensan que si
son como éstos, les querrán más, serán ellos mismos admirados. En realidad, no
pasarán nunca de copistas. Esa vida camaleónica que nunca es propia porque está
vacía. Hasta el más inútil de los líderes valora lo auténtico. No pasa nada por
ser diferente. Mantén firmes tus valores y tu esencia.
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