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31/12/2024

GUANTE BLANCO


Eso de que en Cartier te atiendan con guante no me gusta.  Me parece una ordinariez. Una solemne paletada. Lo he dicho. No es que te abra la puerta un señor con librea y guante blanco. Reverencia ligera e invitación al paso. No. Esa dependienta a la que no le caben más mechas, y cuyo uniforme no oculta su mal gusto y falta de estilo, sin una pizca de la elegancia que a una tienda de tal categoría se le presume. Digo Cartier como podía decir Suárez o una ristra de tiendas que pueblan las aceras Este y Oeste de la calle Serrano y los estands del corte ingles, de lo que se supone que es una zona vip, de lujo a su alcance, o fuera de él.

Se ha convertido el lujo en una suerte de majadería. Veo un cola larguísima para entrar en una de esas tiendas, en la que luego descubro que se venden sudaderas a un precio obsceno. Como obsceno son los precios de las viviendas de la zona. Hay cola también para tomar un café en una acera llena de ruido y palomas. El precio del café y no digamos, el combinado supera todas las expectativas. El Mallorca de Serrano se ha convertido en un sucedáneo del Burger. Con vasos de usar y tirar, tapa de plástico a precio de riñón y bandeja de cartón que imagino que usted debe encargarse de su correcto reciclaje. Así un tortel no se come. Ni un inglés. No es eso. No es eso. 

Guantes de guantes blanco como el ladrón o guantes te fregar, o de quirófano: Chindasvinto, bisturí.  Hay.guantes para según qué ocasiones o necesidades. En cualquier caso, una joya no me parece que merezca ese trato. Con motivo de intervención médica a por el fregao está claro que la higiene lo que prima. Se justifica cualquier atuendo. O si es por no contaminar. Por no contaminarse. Pero poniéndote un reloj en la muñeca. ¿De qué? Una joya con un estupendo rubí aguas arriba. ¡Hola! ¿Te doy asquito? ¿Estás sucio? ¿Contagias? Pues agua y jabón 

A mi unas manos limpias, de uñas cuidadas me dan mucha más paz y confianza que una manos con guantes de plástico que a saber cuántas puestas tienen. A no ser que esté en un quirófano o en la cocina de un alquimista ¡alejate de mi guante de plástico!  Si mayordomo, aún. ¡Ah no que el mayordomo no lleva guantes, es el lacayo...si te digo yo que no hay nada como.una mano al aire, sin padrastros, claro. Ni esa uña del meñique del pa luego o la limpieza ocasional de alerones. 

 

30/12/2024

NECESITO TIEMPO PARA MI

Una mujer que reivindica ir al cine sola. A una peli rara. Tú lo que quieres es que se te siente al lado un pibe con una coleta en lo alto, hecha con la goma de los espárragos (el daño que se va a hacer cuando se la quite).  Quieres que se te siente al lado y que una cosa lleve a la otra, "sí, me encanta venir sola al cine": Una charla con apariencia de casual que llevas meses preparando; y no volver a ir nunca más al cine sola. Desde ese día, irás con Romualdo. Resulta que Romualdo, que ve películas rarísimas puede ser un asesino en serie. O lo que no sé si es peor, al menos para tí, que eres de ver la película de los sábados de después del telediario, los deportes y el tiempo-ayudas a recoger- en antena 3. Familia americana que pasa por un bache y luego encuentra el camino para ser súper feliz. Pues te vas a tener que tragar todas las tardes de sábado películas japonesas sin traducir, o iraníes llenas de drama y ausentes de color, rusas, tipo Dersú Uzala o Koyaanisqatsi, (estadounidense, a la sazón. Pero bilingüe inglés - hopi) que no digo yo que sean malas. Pero tus ronquidos se van a oir en el bar. Que ir al cine solo está muy bien. Sin más. No hay que presumir ni echarlo de menos.  Si hay que ir, se va. No está prohibido. Pero es mucho más divertido ir con tu amigo irlandés que te explica el porqué de "A través de los olivos" Y no tolera tu tedio, sacude tu ignorancia y te hace recapacitar. Derzu es una maravillosa y aburrida película de un viaje, una película blanca, en la que de las pocas palabras que se pronuncian, o que yo recuerdo, es el nombre del protagonista. ¡Derzu!. A esa peli se va por amor. Por amores caducos, pero amores. Y así todo. Que a mí ya me parece complicado Visconti, y no digamos los suecos que tanto nos fascinaron.  Para gustos los colores, pero si lo que quieres es compañía, no reivindiques autonomía o independencia, que una cosa no quita la otra.

De la misma manera, no es necesario tomarse un vino solo, ya sea en casa o en una barra e un establecimiento. No ha de tildarse de alcohólico a quien lo hace, ni de patán que no sabe estar solo al que no lo hace. Es mucho más divertido, nutritivo, bonito, entrañable, tomarse la caña con un amigo, novio, marido, hijo, padre, hermano. Alimenta más la compañía y la conversación que el mejor tinto. Tu bajas al bar de abajo porque te gusta el camarero. ¡A todas nos gusta el camarero! Le ves leyendo a Dostoievski una tarde sin clientela y te haces experta en literatura rusa. Y resulta que él estaba ojeando un libro de un cliente, un objeto perdido, podría haber sido una revista de motos o porno. Le importa un rábano Raskolnikov y si mata o no mata a la vecina. No sabe quiénes son Los hermanos Karamazov. Y mucho menos si te pones a hablar de Chejov u otros. Está buscando una pista que le diga de quién puede ser el tocho que se ha encontrado olvidado en una silla.

Redescubrirse tomándose sola un café es una solemne tontería  quédate en casa no gastas dinero y descúbrete así y luego sal con tus amigos. ¡Ah! que no tienes, pues vamos a empezar a definir el problema.

Te vas a Estocolmo porque has cortado con tu novio de Puerta de Hierro de toda la vida.  Allí en tu Erasmus te ligas a un nórdico de 3 metros 10 y presumes de que has vuelto renovada. Llegas al Penta y te vuelves a liar con Manu. Que es tu novio de siempre, ahora vive en una buhardilla de Malasaña y va disfrazado de alternativo. Encontrándose también. 

Con el "tiempo para mi" la humanidad no hubiera sobrevivido. No habríamos pasado de primates y jamás hubiéramos levantado las patas delanteras del suelo. Ya está bien de tanta tontería. Qué hubiera sido de nuestro pasado si nuestras madres o abuelas hubieran reivindicado tiempo para ellas en este sentido, tan egoísta como loco. Tarde de chicas ¡bien! Que no tienes quince años. Queda con tus amigas, con amigos, pero no seas pánfila. Vales mucho. No te hace falta L'Oréal  para que te lo recuerde. Así que, no te dejes comer el coco con tontería, no hay tiempo para eso. Esto de la civilización nos está volviendo cada día más lelos.


28/12/2024

LAS BOLSAS DE BASURA

Me gustaría que, de una vez por todas, hubiera un acuerdo entre los diseñadores de cubos de basura y los de sus correspondientes bolsas.

 

Es muy bonito hablar de medioambiente y de cambio climático y de separación de residuos. Muy bonito y a la par muy necesario. También. Propio de gente de bien, limpia y ordenada. De buena familia. Con estudios. Pero, señores, así no se puede. Esto ya lo hemos hablado. Es como lo del tapón de la botellas de plástico. Basta ya. Necesitamos un respiro. Que entre Hacienda y el agujero de ozono, yo no doy abasto.

 

Un día cualquiera, no sabes qué hora es, se persona uno en Ikea, un suponer; compra, entre otros muchos cacharros innecesarios y que no le van a caber en ningún sitio, pero que en el momento parecen imprescindibles, compra, digo, el manido cubo dividido en tres. Uno de tanto por tanto y otros dos que son la mitad. Vale. Una ayudita sería que cada cubo fuera de un color, por ejemplo. Los mismos que los de las bolsas de basura que luego te encuentras en Eroski, por no ensalzar más al valenciano. Tanto da. Como si te vas al Corte Inglés, tipo Madame Herrero. Se enfrenta uno a la sección de bolsas de basura con un desasosiego que quita las ganas. Ya empezamos. Amarillas, azules, moradas, verdes, negras. ¡Blancas! Y tamaño 5 l, 10 l, 30 l, 50 l y tamaño jardín 100 l. Signifique eso lo que signifique. Uno ha ido al cole. Ha estudiado.  Ha aprobado el examen de conversión de unidades, de cm3 a litros. Pero los cubos de casa, ¿de cuantos litros son? Mi padre siempre decía: "imagínate cien tetrabriks de leche, eso son 100 litros". Igual que para que nos hiciéramos idea de lo que es una hectárea nos recomendaba acordarnos de la plaza mayor. Él tenía sus cositas.

 

¡Ay madre! Falta mencionar el detalle insignificante de que hay más colores de bolsas que cubos has comprado. ¡Es que el cartón va aparte! Y el cristal. Y las cápsulas de café. Y el aceite no se puede tirar por el fregadero, wáter, debes envasarlo y llevarlo a un punto determinado, en las gasolineras de REPSOL lo recogen. Solo con envases de plástico. Ojo. Pero vamos a ver. ¿Qué tamaño de cocina hay que tener para que te quepan todas esas cosas? ¿Dónde guardo yo el arroz?

 

Es que no me da la vida con esto. Quien tiene tiempo de reciclar y soldar un fémur, calcularse un tirante de un puente, luchar contra las plagas de un bosque o inventar. O diseñar un motor, un microchip, componer una canción o un poema. No le quedan a uno horas en el día.

 

Pero lo peor no es todo este lío, lo malo, es que el tamaño de los cubos no coincide con el de las bolsas. Las de 30 l sobran en el cubo pequeño y no se pueden poner en el grande. ¿Qué bolsas son para el cubo grande? Porque las enormes, imagino que son para esas papeleras que se pusieron de moda, metálicas, del tipo de las antiguas, con tapa metálica también. Las de cinco y diez litros imagino que son para papeleras o cubos de cuarto de baño. No entiendo.


19/12/2024

LAS LAVADORAS DE MI CASA

Se lo oí decir el otro día a alguien: "Debe vivir otra familia escondida en mi casa, porque no es ni medio normal que haya tanta ropa para lavar, todos los días". Para lavar, para secar y para planchar. Hay quien obvia el paso de la plancha gracias a una estrategia de selección escrupulosa del tejido ("la arruga es bella", ya lo dijo Adolfo) y a base de tender muy bien, estirado; la marca de una pinza traiciona en las axilas, pero eso es entrar en detalles innecesarios.  Yo tengo una tara, más que porque no parezca que me acabo de levantar, es un chip que tengo de la higiene. Que seguro que es una bobada, como lo de tomarse el zumo rápido, para que no se le vayan las vitaminas.  Pues  yo tengo la falsa percepción incrustada en mi entendimiento de que las bacterias y bichitos, si no han muerto en la lavadora, lo harán bajo el rigor de la plancha.  Ni que viviera en plena selva, o en zona de riesgo pandémico. Ojo con mentarlo.

En mi casa no hay día que no ponga dos lavadoras, y muchos: tres. Literal. Se incluyen sábados y domingos y fiestas de guardar. Si me descuido, algún espontáneo a media tarde o media mañana, pone otra. Con una sola prenda o trapo a veces, que rota en soledad dándose golpes en el tambor. A la par, a mi se me da la vuelta la cabeza. ¿Qué más había sucio? Que he lavado las sábanas, zapatillas de deporte, las toallas, la ropa de ayer-que la de antes de ayer está ya en su sitio colocada y oliendo a Ariel; cortinas, los trapos de cocina, mandiles. A las seis de la mañana empieza el baile, que la comunidad me va a poner una queja. Y es que lo quiero tener apañado todo antes de las 8 que empieza la jornada laboral y de estudio.  Y no quiero excusas. Una cosa es el teletrabajo y otra que tenga que silenciar mi ordenador por el folclore de mi hogar. Que yo trabajo desde la cocina, sí, en la encimera es donde hay mejor conexión ¿pasa algo?. Pues siempre falta un detalle. Y si no, ya se encargará el horno de traicionarme pitando a media reunión, delatando que estoy haciendo el cochinillo.  Que para algo soy de Segovia.

Yo me empeño en unir la ropa por colores, blanca, oscura y de según. Uso detergentes especiales, el suavizante justo- lo he visto en una recomendación de Miele y en tropecientos reels de Instagram, que no es bueno pasarse; un poquito de magia para manchas resistentes. Mistol aplicado in situ, un KH7 aquí te pillo aquí te mato que se  cayó el vino en el mantel. Alguien probó la teoría de que con vino blanco se quita la mancha de tinto (yo me la sabía con las moras, y tampoco funcionaba) y me organizó un estropicio. Las toallas con las toallas. Intento aprovechar lavadoras. Discrimino la lana y el tergal. Nada, no funciona. Cuando uno piensa que ya está todo relimpio. Pues no. Hay un hijo que dice "Está sucia mi camisa azul" Y tú te preguntas de cuál de las diecisiete camisas azules está hablando el chaval. De cuál de las tres que se probó ayer indistinguibles al ojo humano, para el del niño totalmente diferentes, y que estuvieron en contacto con su inmaculada piel un escaso nanosegundo. No le iba bien con el pantalón. Por lo que sea. Después de los tanteos, unas camisas acabaron en el suelo y otras en la percha. Según.  Quizá ayer le dio por colocarlas en su sitio.  Quizá volvió a colgar la que se había quitado porque desayunando había manchado la pechera de cola cao. Pero en momentos de crisis prefieres aplazar la réplica y no poner puntos e ies que solo encolerizan más y no llevan a ninguna parte. Por no hablar de una hija. Que se ha puesto cuatro conjuntos, sin pereza, incluyendo cambio de medias a juego. El "luego lo ordeno" lo tiene escrito en la frente cuando entras en su cuarto y no preguntas. El luego no se sabe exactamente cuándo va a llegar, pero siempre es después de que tu pierdas la paciencia y no regañes a nadie, simplemente haces de aspiradora eficaz, recoges esa ropa limpia que huele a plancha, del suelo y la echas a lavar porque ya no distingues lo sucio de lo menos sucio. Y así se llenan las lavadoras. Todos los días.

Todo el día la lavadora puesta. Hasta la coronilla. De tanto ruido. Que se van los plomos y me pierdo media reunión. Que estoy en zoom, teams... A más a más, con estas mini casas en las que no hay donde tender, la secadora marca su propio ritmo y completa la casa sonora. Cuando desde mi terraza se veía el mar de Madrid, al menos tenía la suerte de orear las sábanas al sol, dejarlas que se blanquearan con el sol del invierno, del verano. Me encuentro todo tipo de prendas colgadas de radiadores, el tendedero en medio del salón o un dormitorio. Así no hay quien reciba en casa.

Me pregunto qué hacían todos estos Erasmus en Bruselas, París, Roma, Praga, Budapest, Bolonia y otras destinos que se han puesto de moda entre los mozalbetes. Trato de hacerme idea de cada cuánto lavaban las toallas, la pasta  que se dejaban en las lavanderías. Porque si echaban a lavar con la mitad de la frecuencia que aquí, no hay que preocuparse por dónde andarían, o sí. porque se han ido de Erasmus para quedarse encerrados.  Una pasta en lavadoras industriales, se han tenido que dejar. Ni botellones ni discotecas, ni dinero para asíntotas. Para lavar la ropa.

Yo no sé si me viene de la pandemia. Que trajo mucho malo. Mis amigas dicen que hay miércoles,  que a las dos de la tarde se dan cuenta de que están en pijama. Un pijama monísimo, eso sí. A mí me ha quedado la rémora de que todo lo lavo. Puede ser. Cada vez me parece necesario lavar las cosas con más frecuencia. De la ropa, toda. Pijamas, camisones. Con toallas y sábanas, tengo mi cadencia, pero cada vez la acorto más. Dentro de poco me quitan mis cinco estrellas en casa y paso a ser competencia de Four Seasons,  Rosewood o Mandarin. De lo relimpio que huele y lo tengo todo.

Leo que todos los expertos recomiendan que lavemos cada dos días las toallas. El uso de un programa con agua caliente y el producto más desinfectante que encontremos para eliminar las bacterias definitivamente. Madre mía del amor hermoso. Ya estás tardando en poner otra lavadora. Esto es un sinvivir. ¿Y las sábanas?

No solo me pregunto cómo hacen en las familias no monoparentales y numerosas por cuantía de hijos. Que no me quiero imaginar. Esa gente que tanto sale en Instagram que tiene seis, siete hijos. No me hago idea. Creo que tienen cuartos especiales (hangares) donde unos seres fantásticos clasifican ropa interior y camisetas, camisas por colores, los calcetines entiendo que son de usar y tirar. Por no hablar de las prendas delicadas y del día de cambio de sábanas o toallas, que viene el ejército a socorrerles. Pero ¿Cómo se hacía antes?. Sin lavadoras ni secadoras. Lavanderas en el Manzanares, frota que te frota. ¿Lavaban nuestras abuelas esta ingente cantidad de ropa, ellas o quien les ayudara, si es que las ayudaban? Recuerdo que la mía tendía, extendía, la ropa de cama en el tejado, sobre las tejas. No había que hacer cursos de riesgos laborales para trabajos del hogar entonces. Yo creo que eran más de "no es limpio el que mucho se lava si no el que poco se ensucia."

 

 

 

17/12/2024

CON ELLOS PASABAMOS LAS HORAS

Los amigos, como la familia, ayudan a preservar los recuerdos. Son el almíbar de la memoria. El escabeche de tus palabras, de tus ideas, de tus creencias. Con ellos construyes tu historia. Con ellos todo tiene sentido. Con ellos resuelves y vuelve la paz. No te recriminan por tus errores o tu ausencia. Te acompañan y encienden la luz a tu paso. Cual 
No es cosa banal recordar quien soy, enmarcar mis circunstancias, ayudarme a entender. Alivia mi desasosiego si lo hubiere. Me gusta tener el pasado presente. Despejo incógnitas y simplifico mi ecuación. Sé dónde estoy. Y por qué. Me centra. Me equilibra. Me cura. Los amigos son la mercromina del alma. Los amigos son el Betadine del corazón. Y mucho más. Son los amigos. Son la mermelada y el jamón ibérico que transforma el aislamiento en el que inevitablemente uno cae a veces, lo transforma como quien sale del ayuno. Encienden la luz y aportan color a las sombras del tormento ocasional. O la tormenta. Endulzan y alimentan la vida. 
Los buenos amigos te hacen ver en qué nos hemos convertido y hacia dónde no queremos ir o volver. Con los amigos es más difícil salirse del camino y perderse. Que te puedes despistar, sí. Pero esos satélites ejercen una fuerza de atracción que ríete tú de la gravedad. Se quedan en el arcén y te acompañan invisibles porque tu no quieres ver, porque tu no quieres oir, pero ellos se acurrucan en la cuneta, se hacen bicho bola. Se disfrazan de farola de tu vereda. Y te están esperando siempre. Sin juzgarte, sin reprimendas. Te están esperando para volver a reír a tu lado, para que llores si te hace falta. Para poneros al día. Para sorprenderte siempre con su calor. 
Mis amigos. He aprendido de mis padres, como siempre, el valor de la amistad. A los amigos hay que cuidarlos. Y los hay de muchos tipos, como las plantas. Amigos cactus y amigos flor de garza blanca, de la familia de las orquídeas, de la que se dice que es la flor más delicada del mundo. Cada uno con sus peculiaridades, su mochila, su pasado, su historia y sus penas. Como tú mismo. 
Entre mis amigos cuento a mis hermanas y a mis primos. Además de los lazos de sangre que nos unen, hay un trenzado fino que iniciaron nuestros padres y que nosotros sin prisa ni pausa hemos preservado. Mis amigos. Dice mi hija "qué bueno es hablar con un amigo, qué bien sienta" Y es verdad. Es que un amigo te recoloca. Te ubica. Te sacude si hace falta. Con un amigo se llora o se ríe según toque. Y no pasa nada. 
Un amigo es el huracán que limpia de pecios la playa de tu dolor. Recompone sin esfuerzo aparente el puzle de tu presente. Y te acompaña. Y tu le acompañas. Agradecida. 

01/11/2024

MAG


Se ha muerto Maggie Smith. Alrededor de un castillo miles de seguidores de Harry Potter, varita en ristre, la han homenajeado. Muere la persona y perdura el personaje. 
Con retraso publico estás palabras. 

Yo no sé es si actuaba o decía lo que le daba  la gana. Como Minerva McGonagall fue subdirectora y más tarde directora en Hogwarts. Jefa de la casa de Gryffindor, profesora de transformaciones. Como Minerva, digo, era estupenda. Profesora justa, algo cínica, ocurrente y maniática en proporciones iguales o variables,  según. También en Downton hizo un papeló. Como abuela, madre, suegra, consuegra, Violet Crawley, la condesa viuda de Grantham. Grande. ¿Violet era Maggie o Maggie era Violet?. 

La he oído, a Maggie, en entrevistas, y era ácida. Tanto o más que la profesora mágica o la magnífica señora. Mordaz, irónica, ocurrente, espontánea. Al preguntarle si había visto Downton contestaba divertida que no. Compartía plató con otro actor que se lo merendaba, que se sabía escenas de memoria. El presumía de ver la serie una y otra vez. Ellas divertida esquivaba la pregunta, posponiendo la cita con el visionado, pues le habían regalado el DVD.

Lo que me gustaba de ella es todo lo que tiene que ver con esa fina ironía y lo que se conoce como humor inglés,  llevado a la excelencia. Al cabo es la herencia de la experiencia, el manantial de sabiduría por los años vividos. La generosidad vestida de humor y disimulados consejos. 

Hay una escena memorable relacionada con el te. Sin llegar a la estulticia de la ceremonia, innecesria en paises ajenos a tales costumbres; cuando le explica en una escena de una película a un perplejo camarero que el "te son unas hierbas que han sido secados" y que "para que vuelvan a la vida y se consiga una infusión, deben ser sumergidos en agua hirviendo. No en agua caliente. A mi edad", decía, "no tengo la paciencia ni el tiempo para esperar  que este aguilla cambie de color."  Gracias Maggie, profesora, Condesa Viuda. Grande.

Dejo aquí algunas joyas:

Cuando su consuegra, en Downton le dice "como odias estar equivocada"    ella responde: "no se qué decirte. No estoy familiarizada con la sensación".   “No seas así de derrotista, querida. Es tan de clase media”, decía. “Soy mujer, y puedo ser tan contradictoria como me plazca”. “A mi edad, una debe racionar las emociones”. “No soy uun rromántica pero incluso yo admito que el corazón no existe únicamente para bombear sangre”. “Conozco a varias parejas que son perfectamente felices y que no se han hablado en años”. “La esperanza es una provocación diseñada para evitar que aceptemos la realidad”. “Los principios son como las oraciones: nobles, por supuesto, pero incómodos en una fiesta”. “Eres una mujer con cerebro y habilidades razonables. Deja de quejarte y encuentra algo que hacer.” “De una forma u otra, todos llegan al altar con la mitad de su historia oculta.”  “Ya me conoces: nunca me quejo, nunca explico.” “Un amigo desafortunado es suficientemente molesto, un conocido desafortunado es intolerable.” “La esperanza es un juego, hecha para evitar que aceptemos la realidad.” “La vulgaridad no reemplaza el ingenio.” “Toda la vida es una serie de problemas que debemos intentar resolver, uno tras otro, hasta que al final morimos.” “No hay nada más simple que evitar a la gente que no te cae bien. Evitar a tus amigos, esa es la verdadera prueba.” “Querida, el amor es un motivo mucho más peligroso que el desagrado.” “Ningún invitado debe ser recibido sin que se haya fijado la hora de su partida.” “No me desagrada. Simplemente no me gusta, que es muy diferente.   “El pensar sin parar está sobrevalorado. La culpa es de la guerra, antes de 1914 nadie pensaba en nada”

09/09/2024

ESTO NO PARECÍA UNA FINAL


En la final del US open del 24: Jannik  Sinner contra Taylor Fritz. No parecía una final. Había un ganador evidente desde la primera bola, desde el primer saque. Por la actitud. Porque la actitud multiplica. En tenis puede pasar cualquier cosa. Sí. En este caso se tenía que caer el bueno de Jannik y romperse entero  para que Taylor ganara.  La diferencia era enorme. De ahí la seriedad del californiano.  Era consciente de la que se le venía encima, mejor que nadie. No en vano llevaban 15 días en capilla.

En tenis somos unos elegantes y no se aplueden los fallos de nadie y menos las dobles faltas. Aunque seas la novia del contrario. Eso solo puede pasar en Estados Unidos. Encima en Nueva York. La gran manzana que se supone cosmopolita y está invadida por guiris. La final del Abierto de Estados Unidos, no se queda atrás. ¡menudo escenario! En tenis se aplauden los golpes buenos,  las jugadas maestras y si el tuyo lo hace mal, te aguantas no vitoreas porque ha ganado un punto a costa de que el otro ha mandado la bola a Parla. Si iba con mala idea y la falla, vale, pero otra cosa no. Estos americanos...aplaudiendo los fallos del pelirrojo: fatal.


En estas pistas Andy Roddick jugó y perdió en el 2006, había ganado en 2003. Desde el 06 ningún estadounidense había jugado una final en casa (por decirlo de alguna manera).  Pero es que Sinner es el primer italiano que llega a una final en el abierto de Nueva York. Muchas novedades. 

El italiano lo ha dado todo desde el primer juego, desde la primera bola. Taylor ha necesitado dos horas para calentar.  Despues de 120 minutos muy largos y dos sets perdidos sin opciones, a pesar del resultado aparentemente parejo, ha empezado un poco de tensión y espectáculo. Mas allá, una pared pelirroja que lo devuelve todo.  

Siendo más alto Fritz que Sinner no lo parece, Sinner ocupa la pista entera. Va a todo, parace que en su campo no hay huecos. No perdona una bola. Lucha cada punto como si fuera el último. Taylor tiene aspecto cansado, incluso levanta la raqueta en un gesto de "ni lo intento" . Tira la raqueta cuando se eqyibkvao algo bo le sale, es la máxima emocion que revela. Fritz le han llamado los comentaristas Taylor Swift, confundidos por la fama de ella que está en las gradas. Así como las novias de ambos tensitas. Mucho más discreta la del italiano. La yanqui sin parar de gritarle al pobre chaval. Para darle ánimos, claro.

Sin opciones ha estado el americano en dos horas,  sin creérselo,  como de prestado, sin sudar, sin mostrar ni alegría ni pena. Impasible al ademán. Claro,  el 15 minutos no ha podido remontar. Muy bueno ese último cuarto de hora.


Pero el público mal. Hay que aplaudir los aciertos,  los golpes mágicos. Esa subida a la Red imposible después de un saque a velocidad de multa de tráfico.  Esa bola que entra de milagro, ese peloteo eterno que parece fácil desde fuera, pero te da una de esas bolas y te deja tuerto. Esa llegada in extremis, que casi se cae. Pero no se aplaude una bola que va fuera. Eso es muy feo. ¿Error forzado? No me vale. Si llega a estar Nole en la pista se monta la de San Quintín. Se habría enfadado con el público,  con el juez de línea.  Hubiera deleitado con gestos al honorable.  Pero Sinner, ya lo he dicho más veces, no parece italiano, frío, estable, serio, implacable. Es verdad lo que dice Alex  Corretja que se pone en modo frontón. Tiene un discurso homogéneo y correcto, es un chaval con más cabeza que pasión. 

No ha  sido un partido emocionante. Yo he esperado al final a ver si ponían los himnos y alguien soltaba alguna lágrima.  Porque con el himno de Italia el estadio entra en resonancia. Pero ni eso. Los dos.jugadores muy correctos diciendo lo bien que habia jugado el otro. Unos caballeros. Sosos, sí,  pero caballeros. 


08/09/2024

¿ME PASA SOLO A MI?

¿Me pasa solo a mí que cuando pregunto: "¿alguien ha visto mis pendientes de perlas?"?. La reacción general es "yo no he sido". O "¿de qué tipo? . O "pendientes de perlas ¿cómo?" O "¿tipo?". O "¿en plan?".

Vamos a ver.  Quien me ha visto alguna vez sabe que siempre he llevado pendientes de perlas y collar. Por muy hippy que sea, o haya sido, forma parte de mi atuendo. Será cosa de las que no tenemos ojos verdes o melena de leona. Por lo que sea. La mayoría de las veces han sido perlas de mercadillo, de esas que a todo el mundo le hacen daño. "Yo es que tiene que ser de oro, que si no me da una alergia horrible, no sabes cómo se me ponen las orejas" . Mi padre tenía paladar de pobre y yo he heredado sus orejas, de pobre. Generosas en tamaño pero humildes. Mis perlas son baratijas salvo contadas excepciones. Recuerdo de mi madre sorteó sus collares. Ella que fue siempre una mujer justa, al darme el mío se sintió apesadumbrada.  Nadie lo había visto hacer el sorteo por lo que podría haber hecho "trampa " o simplemente darnos a cada hija el que le pareciera. Pero era incapaz de hacer algo así.  Me dijo "hay que ver, que tú eres la única que te lo vas a poner y te ha tocado el malo ". A saber dónde lo habría comprado. En un mercadillo clandestino, a un gitano simpático del que se ha hecho amiga, regateando. O no. Tanto es así que luego mandó hacer un collar para mí con perlas que ninguna dentadura era capaz de mellar.

 

El caso, que desde que yo me arreglo, llevo perlas. En los conciertos de los Smiths o en los de Moustaki,  en el Penta y en el Auditorio. Ante esta realidad simple ¿ qué clase de pregunta es "¿tipo?" o "¿en plan?"? Pues tipo dos bolitas blancas, tipo perlas, sí. Las que son de verdad nacen alrededor de un intruso,  y el molusco invadido reacciona para protegerse cubriendo lentamente la partícula invasora con una mezcla de cristales de carbonato cálcico (ceaceotres) y más cositas, formando el nácar.  Muchas capas de nácar constituyen la perla. También las hay cultivadas. Perla, esfera blanca, pelotita de tamaño variable.  Tipo perla.

No sé porque la gente se siente cuestionada cuando pregunto si han visto algo que no sé dónde he puesto. De verdad que no acuso a nadie de haberlo cambiado de sitio o mangármelo. Tengo una edad en la que he buscado el móvil en la lavadora y en la nevera.  Porque no tengo ni idea de dónde lo he colocado. La técnica de llamarse a uno mismo no siempre es útil.  Si lo has puesto en silencio es inútil llamarte. Y si no tienes fijo y tu familia está de farra, es imposible. Sí,  me olvido de donde he dejado las cosas e, independientemente de donde las haya perdido utilizo la técnica de repetir mis pasos desde la última vez que tuve en mis manos el objeto en cuestión: el libro que me estoy leyendo, el reloj (¿dónde me lo quité?)...cualquier cosa. Una sartén, mi taza favorita.  No pienso que se le haya roto nadie. (Ese "yo no he sido" con el 1ue me miran en casa me transmite que soy una incomprendida). Las zapatillas de estar por casa o la ropa de deporte. Las llaves del coche. Mi bolso. Mi pintalabios. Hay ciertos objetos que a mí se me despistan en el día a día. Por eso procuro seguir siempre una rutina. Ser muy disciplinada. Y cuando pregunto es porque me he quedado sin ideas. Que yo soy muy orgullosa. No imagino a los varones de mi familia con mis perlas. Aún no se han taladrado las orejas. Y aunque así fuera. Y las féminas, si los hubieran querido, me lo habrían dicho. Quien quiere coger el coche me lo dice. Mis zapatos no le sirven a ninguno de mis parientes. A nadie le interesa el libro que me estoy leyendo y sé que nadie cotillea mi móvil porque creen que no tengo secretos en él. Ingenuos. Mi jersey granate, mi reloj,  los tesoros que suelo despistar no despiertan interés alguno en mi familia.  No sospecho de nadie más que de mi misma, que olvido. Me regodeo en explicaciones sobre el escaso valor económico de mi pérdida, por si hubiera un responsable, nunca culpable, que me ayude por favor a resolver ese misterio de la ubicación de los objetos que me tiene inquieta. Que me roba sueño y salud porque temo porque caduque mi memoria. Sólo estoy pidiendo ayuda. ¿Por qué es tan difícil de entender?  Soy mucho más simple. No tengo esa mente enrevesada que se me atribuye. Otra cosa es si del mando de la tele estamos hablando. Ahí se hieren susceptibles.  Sin embargo, yo sé que soy yo quien lo ha cambiado de sitio. Soy yo quien ha pensado "mira que bien está aquí el mando de la tele, con el del DVD que hace 100 años que no usamos, los de la Wii; todos juntos para que no se pierdan y a la vez no estén en medio" he sido yo. Yo he decidido por unanimidad, sin consultar, ese nuevo lugar que no recuerdo, que no está tan bien ni es tan lógico; que para algo el mando de la tele está en el brazo del sofá,  que es a donde llegamos todos.

 

No acuso a nadie. Solo quiero saber dónde están mis pendientes. En su sitio. Mierda.


07/09/2024

NO TODO EL MUNDO PUEDE SER BRAD

Me apuntan por el pinganillo que a Brad Pitt le quedan genial las camisetas a sus 60 añazos. Ya. Pero es que no todo el mundo es Brad. Y mira que Brad se equivocó al dejar a Jennifer (Friends).  Porque Angelina,  es mundialmente conocida como un error. Los focos y los fastos le distorsionaron los sentidos. Una mácula en su trayectoria personal. Un fallo solo comparable al club de divorciado (neutro) que eleva la novedad y/o juventud a la categoría de enamoramiento y rompe promesas a base de abdominales. Y pasa el resto de lo que les queda enmendando tal decisión. Empeñados en demostrar que actuaron adecuadamente. Echando fango al pasado. Solo Brad es capaz de rectificar y dejar a Angelina. Digan lo que digan. Ha sido él ¿Quién va a dejar a Brad?

Lo de la camiseta, vale. Pero: y esa imagen comiendo patatas fritas, ¿qué? ¿Quién se puede permitir comerse una bolsa de patatas fritas de bolsa en Wimbledon?.  Ese veneno para cualquier régimen, ese demonio que planea sobre la determinación. Las patatas fritas de bolsa. Se me hace la boca agua. ¿Quién, de más de 20, 30 años, sin que le salga un bocadillo lateral con Pepito Grillo recordándole lo que le va a costar esa bolsa de patatas en flexiones, caminatas y gimnasio? Si es que quiere recuperar un día su ilustre figura.  Si me apuran, hasta en horas de terapia, le sale a uno caro el pecado no venial de esa ingesta.

Pero es que ser guapo no es sinónimo de ser elegante, ni de tener buen gusto, tampoco lo es de ser buena persona, ni listo, ni tonto ¡ojo!. Ser guapo es binario y es un don. Ser guapo, tiene mucha tela, ya hablaremos de eso, ahora, por favor, miremos a Jude Law. Ese Jude que enamoró al mundo en la peli de "Vacaciones", un padre soltero, que vive con sus hijos y su propio padre, profe de secundaria o similar. Un amor. Ese Watson segundón y necesario. Atento y paciente (lo mal que le queda el bigote, por cierto) ¡La pinta que tiene Jude cuando le dejan solo!. Y eso que es británico, que si llega a ser americano…no me hago idea. Que los ojos no le van a desaparecer, por eso no lleva gafas ni aunque le deslumbre el sol o los focos y frunza el ceño. No tiene miedo a las arrugas, él no puede perder la luz de su mirada. Esa mirada marítima, de amor incondicional; esa mirada intensa, esos ojos que cautivan, no son susceptibles de ser ocultados. Eso sí que es pecado mortal. Pero ¡la pinta que se pone cuando no actúa es inenarrable!. Deja atrás a la camiseta de Brad en Venecia, que le queda grande la ropa, el pantalón acampanado, ese anillo que me lleva. Que sí, que mejora con la edad, pero, que se deje asesorar, como Clooney. George va impecable. Jude, a diferencia de la camisa que luce éste, que no se sale del protocolo y no falla.  Jude se encasqueta una especie de top del mismo color que el traje y una suerte de tela que no es corbata ni es bufanda y que debe tener una dificultad inconmensurable para ser colocada. Los zapatos, símbolo inequívoco de elegancia, ¡madre mía de mi vida y de mi corazón!. ¡No tengo palabras! Ponte unas deportivas, Jude, déjate asesorar, por favor te lo pido. De guapo, guapísimo, pero es que eso no tiene mérito, no es un mérito.



06/09/2024

MI VENGANZA


Yo tengo una relación peculiar con el idioma francés. Mira que padre intentó enseñarnos siempre relativizar su dificultad. Con eso de “se entiende todo” (no te fastidia, eso lo dice la gente, como él, que sabe un idioma, que lo estudió en el cole, además de lo requetelisto que era), “es igual que el español”. Mucho Moustaki (Giuseppe Mustacchi, que por cierto se cambió el nombre por admiración a Brassens. Como Bob Dylan); mucho Le Métèque, Ma solitude, Il y avait un jardin. Padre llamaba al coche “La voiture”, como para familiarizarnos y si había atasco decía “Allez!...! y algo más que no recuerdo. Era habitual la presncia de su amigo “Guy de Molen”, un forestal barbudo como él y como Moustaki, con el que supuestamente hablaba de la Procesionaria delante de nosotras. Podrían haber hablado de cualquier cosa. Para el caso.

Pero no, nunca aprendí francés: Me he perdido a la Piaf, con su vida en rosa y su nada de nada; a Brassens con su mala reputación, (la interpretación de Paco Ibáñez la llevo en el corazón y con ella cada 12 de octubre justifico mi no asistencia al desfile) Me he perdido a Charles Aznavour y su La bohème. Soy consciente de mis lagunas culturales e historicas, muchas. A Françoise Hardy con su Voilá y otros Voilá que han venido después, que me han hecho llorar y emocionarme a partes iguales sin entender ni jota de la letra. Me sobra imaginación. Y es que el idioma francés es poesía, especialmente para los que no entendemos nada. Que no creo que estén siempre hablando de amor los franchutes o susurrando emociones. Ese Je Vole que fue la despedida de alguien muy querido por mí. Aunque la letra no dice exactamente adiós; es sí, un adiós, pero de otra forma, más hasta luego, es un crecimiento personal, una llegada a la madurez. No me puedo emocionar con la Marsellesa como lo hago con el himno de Italia. Envidio, eso sí, ese texto que hace al francés llevarse la mano al pecho con fuerza y lágrimas en los ojos y cantar cual tenor. Sea futbolista o presidente de la República.  Tanto da.

Pero a cambio, he sido y soy muy amiga de mis primos, gran parte de ellos, a la sazón, alumnos del Liceo Francés. De ahí me vienen grandes amistades y algún amor liceano. Alguno. Y mucha pasión por muchos de ellos. Mucho cariño, mucha lealtad, mucho pasado y espero que mucho futuro, juntos. Muchas historias, mucha vida. Compañeros algunos de estudios y de fatigas. Gracias a mis amigos del Liceo terminé mis estudios. Pero no por sus apuntes o porque me dejaran copiar, si no porque organizábamos conciertos los fines de semana en la Escuela, en esa época tan divertida y tan difícil para algunos que fueron los ochenta. Los fines de semana venían los Nikis, La Frontera, El Aviador Dro y sus obreros especializados, La Mode, Los Secretos, Mario Tenia y los solitarios. Depeche Mode, en única sesión. Ataque de Kaspa, los Vegetales, Alaska, Paraíso, Nacha Pop. Y si no venían a tocar, venían a ver a otros. Así acabamos la carrera, con mucha banda. Y pasándolo muy bien. Me he ido por ramas como cuando a alguien le preguntas si le gustan las flores y te contesta: “sí, me gustan las rosas, las lilas, quitameriendas, edelweiss, las petunias, los hibiscos, las azaleas, los crisantemos-bueno, que son de muerto-….” ¡Qué mala es la edad, que haces lo que antes criticabas. El caso es que unos difíciles estudios se volvieron alegres y llenos de color gracias a los liceanos y a la Movida Madrileña.

Ahora bien, además de todo lo bueno, ya he aguantado cantidades ingentes de “es que se me va al francés” tan manido cuando en la reunión hay mucho endomorfismo liceano. Si la endogamia es excesiva es muy frecuente ¡Cómo echo de menos a algún novio externo, de una liceana, con el que compartía estos pensamientos, esta sensación de suplente, de adlátere, que nos embargaba con frecuencia a los satélites . Nos vanagloriábamos de, sin ser del Liceo, que en ocasiones nos dejaran llevarles la cartera y en su caso ir dos pasos por detrás del grupo, cual ciudadanos de segunda que éramos. Me he tragado mucho eso de Silence méditatif. Mucho zéro (segó), Pabló. Que si un nueve es un suspenso. Ya sé que puntuáis sobre 20, espabila, divide tú por dos, ¡multiplícate por cero!, que estamos en España y aquí el top, la excelencia es el 10. Basta ya de tanta tontería y tanto obrero parao, ¡hombre!

Con sus "oh, la, la"... Euh, Bah, sa va, mais y un montón de muletillas y silencios, ellos mismos demuestran lo difícil que es hablar su idioma. Esos gestos exagerados con las manos indican claramente que no encuentran la palabra. Ramilletes de monosílabos dispersos en el diálogo lo hacen aún más inaccesible. Esto se suma a la falta de premio y ánimo al aprendiz, que nunca dice nada bien. Porque no hemos hablado de los números.  Que cambian de base antes de llegar al cien. MON DIEU.

He llegado a mi tope con los nombres. Que si Françoise (fʁɑ̃swaz) o François (fʁɑ̃swa). Que uno es nombre de chica y el otro de chico. ¡Cuidado! Se acabó. A partir ahora si es ella es Paca, (Paquita, si muy familiar), Francisco o Paco. Se siente. He tenido yo una abuela Paquita, a mucha honra.

29/08/2024

LES SOBRABABAN RÍOS

Les sobraban ríos a los urbanistas (que no urbanitas) y así nombraron las calles en el barrio del Viso. Si no, de qué con callecitas tan cortas se iban a llamar distinto a un a lado y otro de Serrano. Tan cortas, que algunas a lo mejor tienen cuatro números, cuatro viviendas. 

El Turia y el Cidacos, tras cruzar Concha Espina. El Turia nace en Teruel, pero es conocido por su estupenda desembocadura, donde un arquitecto e ingeniero hizo sus pinitos, en Valencia. Que Segre, pues Cinca. Pero es que Segre y Cinca confluyen en verdad, en la provincia de Lérida, en un paraje de gran riqueza natural. Que Arga, famoso por un puente de difícil construcción, donde un amigo sufrió los avatares de una cimbra que se vino abajo; al otro Jarama. Uno afluente del Ebro, el otro del Tajo. Sigue el Ebro en la margen izquierda y Pisuerga en la derecha. Aprovechando que pasa por Valladolid, este último. Con diéresis, por cierto. El Tajo sin compañero. Leizarán, donde la autovía, frente al Tormes. El Miño, solo. Cipreses dan la bienvenida a la entrada de esta callecita, donde se me agolpan recuerdos de infancia. En una casa abigarrada de libros hasta en las escaleras. El Oria y el Guadiana, que no desparece. El Nervión y el Tambre, por fin el Guadalquivir y de pronto: La República Argentina, sin avisar.  ¿Qué tiene que ver ese barrio de ríos con el Serrano que no está dedicada al jamón si no al general Francisco Serrano y Domínguez, I Duque de la Torre, figura relevante del Siglo XIX. Y con los de la blanquiazul? Estas son las paralelas que vienen siguiéndome por Serrano. Ríos largos, breves, caudalosos, afluentes los unos, o no. Seguro que existe un criterio. Solo conozco una persona que me lo podría explicar, era del barrio en su infancia. Hijo y nieto de arquitectos. Curioso e inquieto.

Gente elegante en el viso, eso es lo que se ve.  Embajadas y colegios bilingües. Edificios de estilo racionalista, rompedor en su momento, anterior a la guerra civil, ideados por Bergamín, hermano del poeta. Casas para gente sencilla. Cualquiera diría que lo que hoy es el Viso se diseñó como viviendas económicas, en su día. Líneas y ángulos rectos a excepción de los torreones circulares donde Bergamín se imaginaba leyendo poemas con el sol colándose travieso al atardecer.

Preparan las calles negros de color (alguno llega en limusina a una embajada) y mujeres uniformadas con vestidos de florecitas rosas y delantal blanco. Sin cofia. Pasean a los perros de esas familias que han decidido que al niño le viene muy bien tener mascota. Así asume responsabilidades y se ciñe a una disciplina. A las ocho de la mañana las responsabilidades se delegan en la criada. Porque el animalito, pis, tiene que hacer igual se levante o no el principito. La poda se hace a tiempo y las flores y los árboles lucen flamantes y discretos.

 

Desde República Argentina a María de Molina las manzanas pasan a ser enormes. Lo que entre el Hospital San Rafael y la plaza de los delfines era un barrio de poner sillas en la calle para charlar, se convierte en manzanas eternas que albergan casas palaciegas, no son los hotelitos racionalistas de la ribera. Quedan casi ocultas las magníficas edificaciones entre la arboleda. Los muros se vencen hacia la acera.

Siguen cambiando los nombres las calles a ambas márgenes. Empieza Carbonero y Sol, margen derecha.  Hasta llegar a María de Molina, quien fue reina consorte de Castilla entre los años 1284 y 1295 por su matrimonio con Sancho IV de Castilla. Juan de la Cierva, ingeniero e inventor del autogiro, frente a Jorge Manrique con sus coplas por la muerte de su padre, esquinan al Ramiro de Maeztu. Pablo Aranda frente a la iglesia de vuestra despedida, padre, madre, del Espíritu Santo. Oquendo frente al CSIC.

Pedro de Valdivia atraviesa por fin con osadía y alguna dificultad la calle Serrano. Aguanta la embestida don Pedro, militar y conquistador español de origen extremeño. Pedro no fue río, en cambio la calle discurre con sus meandros, disimulando pendientes, esquivando dificultades, hasta llegar al museo de Ciencias Naturales,  al trasdós de la Escuela de Industriales.

27/08/2024

QUE EL FUTURO YA ESTÁ AQUÍ

Nos pasamos la vida pensando en mañana. En el día de mañana. Y mañana de pronto llega. El dia de mañana es hoy. Ya no hay tiempo de postergar deseos e inventar proyectos. El mañana llega sin que te des cuenta y hay que poner freno y fin a los deseos, porque ya no se pueden lograr. Por eso, haz lo que tengas que hacer mientras puedas. Déjate de bobadas. Quita el pie del freno. ¡Aprovecha!

 

Es parecido a cuando empieza el verano. Especialmente cuando el verano empezaba a mediados de junio, y el cumple de alguno se quedaba sin celebración; y acababa en septiembre, el verano, a mediados, y algún otro se quedaba sin la suya, celebración. No hablemos de los nacidos en julio o agosto. Los de junio y septiembre tenían siempre alguna esperanza. Que los amigos no se hubieran subido a la sierra. Que hubieran llegado ya. Que no se hubieran bajado. Pero al empezar el verano era como empezar a vivir. El contadorse ponía a cero y parecía que el tiempo que quedaba era infinito. ¡Buah! Con la cantidad de verano que queda, ya subiremos a Peñalara. Buah, con la cantidad de verano que queda, ya organizaremos una comida para estar todos juntos, para ver a los primos, a los amigos. Con la cantidad de verano que queda y lo que uno es capaz de aburrirse en el mientras tanto. Y entonces: ¡Zas!, llega septiembre. Sin avisar. Las fiestas de los pueblos de la sierra laminan la despedida. Esos últimos días que se estiran, de Navacerrada a Los Molinos, a Becerril, a Collado...y por muy elástico que lo pretendas hacer, octubre se te echa encima, empiezan las clases. (Ahora empiezan antes, no me lo puedo ni imaginar) Fatal. Y se te ha pasado el verano otra vez. Te haces cruces y promesas, el año que viene salgo a andar todos los días; bajo al concierto del Pingüino y al de los Nikis, que vienen Hombres G, allá que me voy. Lo que sea. Te comprometes a que nunca más te ocurra. Nunca más se te puede echar el otoño encima. Y no he ido a Robledo, a ver a mis amigos, ni a Segovia a ver a mi abuela, ni a Valladolid a ver a los primos, ni a Jávea a ver a la tía Charo, que me ha invitado mil veces, ni a Soria, que tengo amigos y familia, Londres, Florencia. Ir al cortijo a ver a Francisco. A San Esteban, que está Martínez. Eres capaz incluso de haber ido a cualquiera de esos sitios y no llamar. Ya lo haré la próxima vez. Es que a veces no hay próxima vez. No quiero molestar. No molestas. 

No te dejes nada en la cartera. Diles a tus amigos lo que piensas. Lo que les quieres. Esa amiga a la que ves tristona, la otra que anda eufórica, deja que te cuenten, escucha a ese amigo que está de pronto flaco, o gordo. El futuro ya está aquí. Cómprate esa falda, cómete el tortel, déjate de excusas, empieza el régimen o a hacer ejercicio de una puñetera vez. ¡Hazlo! ¿Qué más señales necesitas para saber que tu vida está en tus manos, que el rumbo depende de tí? El tiempo es arena fina que se escapa entre los dedos.

 

El verano que viene es igual. Porque el hombre no aprende. Nunca. Y no se acaban las piedras las hay bastantes para tropezar con ellas.

Por eso, porque el futuro ya está aqui. Hazlo. No sé si referían a esto los Radio Futura con su "Enamorado de la moda juvenil". Pero tenían razón, el futuro ya está aquí. Así que espabila. Ahora se le llama procrastinar a lo que de toda la vida ha sido ser un vago, un zoquete, un sinsangre. No postergues, sal hoy, ve a tomar esa caña. No te pierdas ni un vino, ni una cita. Como si tienes que ir a Mercadona a las 19:00. Pero no te entretengas ni te escondas detrás del Candy Crush y los sudokus. Mira a la cara a tu hijo, a tu marido, a tu novio. No te pierdas ni una de sus palabras. Dales besos, achuchones, lametazos. Porque el futuro ya está aquí, y te atropella si te despistas.

Eso que dicen, “ha vivido como quería”. No. Poco, ha vivido poco. Nadie quiere que le pille el futuro, porque a todos nos quedan cosas por hacer antes de que llame. Antes de la despedida. Nos quedan tantas cosas por contarnos. No te aburras, no te apalanques. Abraza la vida y sonríe, cómetela a mordiscos. Hazlo mientras estés a tiempo.


22/08/2024

CAMISETAS


 Vamos a ver. A partir de una edad, de cierta edad, un hombre no puede llevar camiseta. Del mismo modo que una mujer, por muy bonitas  y largas que tenga las piernas, no debe llevar nunca minifalda.  Que no se dará la vuelta más un hombre al verte pasar. No. Todo pasa. No digo yo que haya ser de Segovia y prolongar la falda hasta el tobillo, que no hace falta. Que pareces una ursulina. Ni tampoco es necesario salir a pasear en camisa y pantalón largo. Eso hacía mi padre, camisa y pantalón largo para subir a la Maliciosa. Camisa de manga corta era el único atrevimiento al que osaba. En días de mucho calor. El era un elegante y dan fe aquellos con quienes se topó en el camino. Buenos días. Buenos días.

Como quería decir: La camiseta es para los niños o los socorristas. Chavales. En los colegios de pro, de bien, lo saben perfectamente. Llevan polo o camisa, chaqueta y corbata. Elegancia sin discusión. Camiseta, si eso, para hacer deporte.  Un buen apretón de manos no se da en camiseta.  Es menester al menos, el polo. Para el decoro, para el saludo,  el compadreo. Una palmada en la espalda. ¿Que tal cabrón? Saludo imprescindible entre gente de bien. Abrazo, palmadas varias en los omóplatos con la mano bien abierta y el inevitable ¿que pasa cabrón?. El polo marida con castellanos, zapatos castellanos, borlas o no. Pantalón tipo docker o baquero. Calcetín motivado.

Se admite camiseta hasta acabar los estudios, allá por los veintitantos. Sin llegar a postgrado.  Mientras vives en casa de los padres. Pero ya esos señores que se afeitan a  diario, no. Polo. Hay que llevar polo. Aunque no sepas lo que es un hoyo ni el par. Que se tapa la c2 y la c3, no estamos en el gimnasio. Polo. El polo suele tener una composición más rígida, su algodón entretejido permite la caída libre y omisión de marcado de la curva de la felicidad, que por muy buenorro que esté el caballero, se marca con la camiseta.  Es más, cuanto más tío bueno, más pequeña la talla y más se marca esa curva sobre el ombligo. Resalta quiza la musculatura tan ejercitada en horas oscuras de gimnasio. Innecesario. Dejen algo a la imaginación.  Como dicee una amiga mia "yo desnuda gano mucho" Si el caballero está flaco, peor. Que parece que te han prestado la ropa, que vienes de Biafra. Flaco no, delgado. 

Abogo por el polo. En todos los colores que el arcoiris permita. Ruego a los daltónicos se dejen aconsejar. Prefiero el blanco tenista o golfista. Que yo soy muy de Wimbledon. Pero no me quiero poner estupenda. Se puede dañar la imagen del polo con cocodrilos de tamaño excesivo.  O simbolos de validez acogidos por según qué marca, tics exagerados. Pero hay que ponerse muy pesado, ser muy macarra para hacer del polo una prenda gamberra. Es difícil llevar un polo con una foto de Matálica o de los Burning. Hay que intentarlo mucho para llevar un polo macarra. Ni los negros, polos, son feos, tienen su momento, eso sí.  Sin embargo, hace falta la elegancia del erizo para llevar a partir de los 40 años cumplidos, una camiseta y pasar dignamente por el arco de la aceptación como persona grata.  Las camisetas no te quitan años. Contra todo pronóstico,  delatan los que cumples.

Ese chascarrillo veraniego de "me pongo la  camiseta verde me pongo la camiseta azul" sofistica en la elección del polo. Y si eres un elegante, de la camisa. Que hasta para bajar al mar encajan. El polo es a la camiseta lo que las menorquina, una vuena alpargatas, a las chanclas. Ahora los que saben han sustituido menorquinas por BIRKENSTOCK®. No se admiten imitaciones. Polo estás mucho más guapo.

20/08/2024

MAMÁ SE HA ECHADO NOVIO

 


Tantos años de luto y de pronto se le riza el pelo. Enseguida me he dado cuenta de su alegría. Le sale esa risa de gorda que me recuerda tanto a ella misma. 

Mamá se ha echado novio. Aunque lo niegue,  la sonrisa delata lo que bulle dentro de lo que ella creía baldío  corazón. Mamá se ha echado novio y se ha quitado años de los hombros y quilos de la barriga. Se le han estirado el cuello y los andares. Mira con ojos de niña y todo le interesa. Se ríe por tonterías y ya no llora por nada. Se le saltan las lágrimas a veces, cuando recuerda. Pero no se le quita ya el brillo de la mirada. Las ajadas herramientas que parecían caducas han encontrado remiendo en el milagro de la ilusión.


Mamá se ha echado novio y parece una chavala. Ilumina lo que toca, ilumina lo que ve, ilumina la noche.  Mamá está llena de luz. Siempre lo ha estado. No sé si es fuego lo que se ve, que se le intuyen llamas como si fuera traslúcida. Tiene tanta luz que enciende la vida.

Mamá se ha echado novio aunque ella lo niegue.  Mamá se ha echado novio aunque parece que ni siquiera ella lo sabe.

Mamá se ha echado novio tras haber recuperado la ilusión,  la alegría.  Se la ve ligera trotando entre las dunas, sorteando avatares. Se pimpla una cerveza sin temor al después. Como si son varias. Saborea un vino mientras cocina. Come lo que quiere. Parece que nada le engorda, nada le sienta mal. Todo encaja ahora.   Todo le allimenta. Hasta el silencio. Tararea canciones que solo suenan en su memoria. Se despreoupa y se ocupa con alegría, sin que se note su intervención. 

Mamá se ha echado novio.

04/08/2024

CADA VEZ QUE TE VEO

Cada vez que te veo. Cada vez que te veo, me deja de latir por un instante mi comprometido ánimo. Cada vez que te veo, con esa sonrisa de regalo, me vuelvo a enamorar. Cada vez que te veo, sabiendo como sé que es un guiño sólo para mí; se me descompone el mecanismo en el que nada mi cordura. Cada vez que te veo sé que me estás esperando. Cada vez que te veo me da un vuelco al corazón. Cada vez que te veo pienso que solo eres para mí, que tu sonrisa me la dedicas como se dedica un poema. Cada vez que te veo me gusta más verte. Más lo temo y más me prenda. Cada vez que te veo pierdo el equilibrio y olvido el rumbo; me descubro frágil, sin voluntad, pero con esperanza. Cada vez que te veo, renuevo mis votos y me prometo ser digna de ti. Cada vez que te veo, noto como me separo lentamente del suelo, me elevo y podría convertirme en alas para sobrevolarte. Cada vez que te veo. Y es que cada vez que te veo me desconecto de mi voluntad, que se engancha en tus ojos y te pertenece.

Porque un chico no puede poner esa sonrisa a todo el mundo. La sonrisa no se tiene, la sonrisa nace, se da, la provoca un estímulo ajeno. Y a ti tu sonrisa te la saco yo. Y yo me escondo en mi misma porque no me la merezco. Sé que soy una impostora, y que en cuanto me acerque a ti, me descubrirás. Te darás cuenta de que soy un fraude y no volverás a sonreír. Por eso no quiero verte, por eso no quiero que me digas que te hago vibrar, por eso me escondo cuando veo tu pelo desordenado entre cano y amarillo, con esos rizos rebeldes para tu edad. Por eso cambio el rumbo cada mañana y cuando no lo puedo cambiar, altero mi itinerario. Porque no te quiero ver, quiero que esa sonrisa llena de dientes dure para siempre. Que se quién eres. Eres mi futuro. Y no quiero estropearlo. Otra vez. Sé que eres tú. Que estás ahí porque me has elegido. No puedo sentir orgullo porque siento vergüenza, vergüenza de mi cuerpo ajado, de mis canas, de mis arrugas, de mi rostro envejecido, de mis gorduras, de mis andares. Tu sonrisa me devuelve al presente. Tu sonrisa me enfrenta a verme tal cómo soy. Quién dejé de ser. Y sin embargo sé que eres tú. Que estás ahí porque el destino ha elegido tu ubicación y la mía para que nos encontremos. Que solo juntos existe el futuro. Cada vez que te veo sé que tengo un objetivo, encontrarme de una vez y aceptar este premio que la vida me ha dado, que eres tú. Porque cada vez que te veo sé que todo tiene sentido. Encajan las piezas y el engranaje hace que avance. Cada vez que te veo entiendo por qué y siento tanto miedo. Siento tanto miedo que no me queda otra que la valentía. Y ante esa grieta que se abre justo donde acaba el dedo gordo de mi pie, entiendo por fin el sentido de la vida. 

El sentido de la vida está en tus rizos ocres, en tu larga sombra. Y sobre todo, por encima de todo, en tu sonrisa. Y es la mecha que enciende mi ilusión.


16/07/2024

EL BALNEARIO DE LA HERRERO

¿Qué puedo decir de Charo? La tía Charo. Ayer por la mañana estuve hablando con ella, haciendo planes para el verano. Y estaba como siempre. "Mándame un mensaje diciendo cuando quieres venir". No sé para qué, porque el WhatsApp lo miraba cuando le daba la gana. O sea, casi nunca . De hecho a mí me bloqueó una época. No a propósito. Lo sé. Ella no sabía que eso era posible. No tenía ni idea de lo que le estaba hablando.  Una nieta lo solucionó y punto.

Ayer estaba negra por no poderse ir a Jávea. Por haberse perdido el viaje a San Leonardo.   Tanta prueba y los médicos no tienen ni idea de lo que me pasa. ¡Que bobada! "Estoy harta" Había que ponerse en el lugar del médico. Me la imagino "a mí no me pasa nada" ante la bata blanca. Con la pinta estupenda que lucía cualquiera pensaba que estaba mal.

Salió a hacer la compra, incluido el encargo de un jamón que tomaremos a su salud. Le daba vueltas a todo lo que tenía que hacer en la casa, desde la tele por cable a las flores, los famosos hibiscus, que ya no funcionaban bien, con el calor y el aire salado. Habría que cambiar de flores, como se cambiaron los geranios. Quizá eso implicaría pintar la casa de otro color, como ocurrió cuando compró la alacena del patio. Pensaba en las judías del final del verano, las cenas, los aperitivos con amigos.  Los paseos mañaneros y el baño en el mar.

Charo no tenía planes de morirse. Pero de verdad. Charo se veía a sí misma de otro planeta. Y sinceramente yo creo que lo era. Era un ser imbatible, superó un cáncer y luego otro. Vistió peluca cuando hizo falta. Se rompió los dos codos, con lo que se ganó el apodo de cruasán. También se quebró la cadera, le cambiaron las dos rodillas. Siempre adelante.

Con la muerte de Antonio le desapareció el poco filtro que él conseguía hacer para tamizar el torrente que era Madame Herrero. Incombustible hasta el final.

Charo siempre estaba en movimiento. Le han quitado todos los puntos del carnet por hablar por teléfono con alguna amiga para decirle que estaba llegando. Cuando, literalmente estaba llegando. El mismo policía, la misma rotonda.

Han cubierto tu ataúd de rosas blancas. Parecía que estaba en el campo. Le hubiera gustado la elección. Charo era exquisita en el gusto pero jamás ostentosa. Presumida, combativa, valiente y muy, muy generosa. En casa de Charo y Antonio siempre hay sitio. Siempre. Desde siempre. Esa virtud tenía de agasajarte sin mostrar esfuerzo. Con la marcha de Charo despido un poco a mi madre otra vez, porque ella se lleva algo de su esencia.