No me recete descanso doctor, por mucho que usted vea que lo necesito. No me recete descanso aunque me queje. No me recete descanso por mucho que se lo pida. Recomiéndeme el paseo, que vea a mis amigos. Salir al sol, que me moje la lluvia.
No me recete descanso doctor, que no tengo perro y estoy que no encuentro excusa para salir de casa. Que no necesito nada. Que cierro la puerta y me quedo dentro.
No me recete descanso, doctor. No me recete descanso, por mucho que le diga que me duele. No me recete descanso aunque le cuente que la vida me va, en solo levantarme. No me recete ni reposo, ni descanso ni que me tome mi tiempo. Deme un empujón.
Anímeme a salir de casa Doctor, no me confine, recuérdeme lo que hay fuera, tan bonito, hábleme de cómo cambian los días, de cómo se van haciendo cada vez un poquito más largos. Aunque no le haga caso, doctor, aunque parezca que no oigo, porque escuchar ya sabe que no escucho. No acepte mi versión, doctor. Luche por mi, lléveme la contraria. Mire un poco más allá, no permita que mi versión le gane la partida.
No me recete descanso doctor, que eso no me va a curar. Que la herida que tengo no se sana por muy quieto que uno esté. No deje que le engañe. Ahí donde me duele, no me puede usted vendar ni poner una escayola. Anímeme a volver, a que deje de mirarme y encuentre la salida. No me recete descanso doctor.
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