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01/02/2022

DVD

Ayer me enviaron un vídeo en el que un humorista famoso disertaba con mucha gracia sobre la Wi-Fi. Se atribuía, para desternille del oyente, a los españoles el don de ser los únicos humanos del planeta que a la Wi-Fi le llaman uifi (güifi), y no uaifai como ocurre en el resto del mundo, América del sur también, incluidos los más recónditos poblados del África tropical y países que por supuesto no son de habla inglesa, ni afición occidental. Véase Rusia, China, me atrevo a mencionar ambas Coreas. Me acosa la duda sobre el género de la Wi-Fi, o del Wi-Fi. Creo que en España lo suponemos masculino. El Wi-Fi o la Wi-Fi. No sé.

Pero no he venido aquí nadie hablar de Internet, sino de los DVD. Ahí también los hispanohablantes peninsulares, que no los que hablan español en otros continentes, nos diferenciamos. Decimos deuvede. Mientras, en el resto del mundo le llaman dividi. Disco Versátil Digital, eso es DVD.  Ya prácticamente olvidados y sustituidos por pinchos, USBs o nubes, los DVD fueron muy útiles durante un tiempo efímero. Reemplazaron las cintas de vídeo, los "casetes", discos de vinilo, desplazaron tesoros de las estanterías como material caduco, deberían haber sospechado que su tiempo también lo era. Como un novio que va de flor en flor. Esa sensación de victoria que tiene la chica que se cree definitiva, que ha desplazado del corazón del novio a la que antes lo ocupaba, merece ser sustituida por otra, cual DVD por una novedad.

Pero ahí estaba tu abuela, que casi cumplió cien años, que nació en febrero. Que alojó en su casa, en su hogar a príncipes y esclavos, la abuela, querida por todos, que a todos quería. La abuela, con un sentido del humor impecable y un genio, carácter, orgullo, que valor había que tener para ponerse enfrente. Tu abuela, chiquitita pero matona. La abuela, que no era mía, pero me hacía sentir familia, tanto que me ofreció un hueco en el Paraíso. Tu abuela, con su acento sureño, a los DVD les llamaba dividi. Y es que nadie estaba al día como ella. A pesar de su casi total ceguera era capaz de ver la belleza del contrario, con solo intuirle. A pesar de casi no poder comer, disfrutaba hasta el último aliento, de los churros y los langostinos. Ella los llamaba dividi, coqueta y directa. Sabía de lo que hablaba.

¡Tantas cosas que ignoramos! Y los más sabios se las llevaron puestas. Sin que les dejáramos hablar. Feliz cumple, que llega ahora. 

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