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04/05/2015

HAY QUE VER LO QUE MOLAN LAS ACTRICES DE OJOS LLOROSOS


Hay que ver lo molan las actrices de ojos llorosos


Hay que ver lo molan las actrices de ojos llorosos. ¿Qué no? Tienen que ser de un azul imposible, que ni es cielo ni es mar…Parece que tienen una conjuntivitis terminal o se han pasado la noche llorando (mal de amores, incomprensión, una enfermedad dramática de su amado hijo-esposo-padre-hermano)… Son fruto de pasión, en definitiva. En caso contrario, carecen de encanto. Te dan ganas de decirle a la chavala en cuestión “conozco un médico estupendo que esto te lo quita en un santiamén” o recomendarle tu misma, en plan bata blanca, ese colirio mágico que un día te funcionó. Es cierto que te detienen algunas razones: una de las más importantes es que no concuerda en absoluto la enfermedad o el dolor que rebelan esos ojos que piden auxilio, con esa chaqueta de cachemir de color frambuesa que cubre una perfecta camisa blanca, esos ojos no encajan con el rubio luminoso de su pelo reluciente y amorosamente despeinado. Esa mirada no concuerda con la armonía del conjunto…A todo esto ella no solo no va al médico, imprudente, si no que todo indica que se pone vaselina en los párpados y ojeras, para resaltar el aspecto licuado de su mirada.  Tu voz de madre, de amiga, grita “¡pero eso es malísimo!”, sin embargo, no dices nada. Tu instinto te frena. Algo se te escapa. Esos ojos son garantía de éxito, desfilan por la alfombra roja, ajenos a lo que tu auguras será una muerte inminente.

Si a esos ojos enfermizos le añadimos unos labios de fresa, gordos, muy gordos…eso ya sí que es la apoteosis del éxito. ¿Quién, quién, quien? ¿Quién inventó esos labios? Porque no es la genética humana responsable de esa hinchazón, de ese despropósito que sea quizá útil en avatares de alguna índole, o para cubrir un aparato dental que esconde unos dientes salteados. Esos labios son fruto seguro de la imaginación de un ser confundido, de un solitario, o más probablemente consecuencia de una larga y dolorosa convalecencia que además impidió a la portadora, pobrecita, ingerir alimento alguno, de ahí su extrema delgadez. Las dueñas cubren sus labios con colores primarios, para esconderlos, para hidratarlos, fuego, rosa chicle (no tan primario)…Y mezclando el agua de los ojos, el rojo abstracto de los labios y la lánguida figura…nace una diva.
¿Qué será de la mujer de ojos sanos, mirada limpia y labios en estado puro que permiten sonreír o fruncir el gesto? ¿Qué será de las mujeres bien nutridas? Nunca pasearán por la alfombra roja

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