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02/08/2022

PRESIDENTE, LAS MINISTRAS NO LLEVAMOS CORBATA, AUN

Sé que mis fans están esperando mi post sobre las ocurrencias energéticas del presidente y sus secuaces. La verdad es que está siendo muy entretenido. Arden las redes sociales con ingeniosos comentarios al respecto, no dejan mucho qué decir. Me pregunto si será una maniobra de distracción. De otro modo, no puedo comprender. Espero que las ministras que no quieren salir solas en las fotos si son la única mujer del acto, se lo digan a su jefe. Que las ministras no llevamos corbata. El protocolo no escrito elimina la corbata en el mundo laboral en verano. Y en el no laboral. Es una bobada recomendar quitarse la corbata para ahorrar energía. Por no hablar del porcentaje de población que utiliza la corbata, ya sea en el trabajo o en el ocio. En el tajo, ninguno. Estoy visualizando al encofrador, al gruista, al 90 % de los camareros. (No sé si en Richeleu, Milford, y otros de tal porte el uniforme obliga a corbata). Me estoy imaginando las risas de socorristas, trabajadores de la limpieza, futbolistas, entrenadores, barrenderos, tenistas...Es que el presidente está pensando en sí mismo, porque sufre de ensimismamiento. A tal nivel llega que nos ha puesto corbata a las ministras y a les ministres, se olvidó. E inmediatamente nos ha dispensado de su uso, por motivos energéticos. El emperador va desnudo.

Mientras hablamos de la solemne tontería de quitarse la corbata nos saltamos la letra pequeña. En el fondo está lo más "güeno". A saber. Pero a mi lo que más me sorprende es que se opte por el castigo y la imposición para remediar las trabas o dificultades que la vida nos pone. Así no se llega a ningún lado. Se trata de enfrentar con alegría, y resolver, y mejorar. A pesar de la esforzada sonrisa del Presidente cuando señaló con ambas manos, índices juntos, su cuello libre; la realidad es que resolver los problemas a base de prohibiciones y reprimendas es, desde mi punto de vista, la solución menos inteligente. Con el debido respeto. La búsqueda del culpable, conceder el protagonismo al inspector, al recaudador, todo eso suena a reyes antiguos enterrados en oro y extenuando al pueblo con impuestos, sin crear riqueza. Porque al final, se trata de eso, de crear y de avanzar y de ser un poco más felices, un poco mejores. No se trata de culpar ni sancionar, ni ahorcar convictos. Se trata de crecer. Pero una manera de ver las cosas es el envés de la otra. Son incompatibles.

El gesto sin gracia con sonrisa yanqui de mostrar el cuello libre del presidente me parece hueco, tonto, insulso, vacío, inútil. El colegueo de hacerse el gracioso lo encuentro vacuo. No es simpático. No tiene gracia. ¿Quién no se ha quitado la corbata alguna vez? ¿Quién no ha soltado tal prenda de adorno, especialmente masculina, consistente en una banda larga y estrecha de seda u otro tejido adecuado, que, colocada alrededor del cuello, se anuda o enlaza por delante dejando caer sus extremos sobre el pecho, aflojado el nudo, o sin más retirado con alivio al acabar un acto, la propia boda, al avanzar la noche, al llegar el baile?  Esta manía de meterse en nuestra vida privada que tienen algunos gobernantes, de decidir nuestra vestimenta, el calor o el frío que debemos pasar en el hogar, me inquieta. Estoy a favor del jersey en casa en invierno, sí. Y de no necesitarlo en el cine en agosto, también. Encuentro absurdo que en invierno se pasee en pelota picada el personal por casa no por vicio sino por asfixia. ¡Que vuelva el esquijama para dormir en los días fríos! sin llegar a tener que planchar las sábanas y necesitar las bolsas de agua caliente para calentar la cama, estoy de acuerdo con racionalizar la calefacción y el aire acondicionado.  Me hubiera gustado oír de planes de reforestación, idear ciudades con sombra; conseguir edificios que, a base de imaginación y persianas, toldos de lona, precisaran menos del uso del aire acondicionado o la calefacción. No hablo de entelequias. En los pueblos del sur se encalan las casas para conseguir que estén frescas en verano. Los muros de las viviendas del Pirineo preservan la temperatura interior. Las ventanas, agujero de frío, se minimizan, castigando las vistas. Vivimos en una península calurosa, que antaño se podía recorrer de norte a sur sin tocar el suelo, cual varón rampante. Ya vinieron los romanos e instalaron acueductos y vías de agua. Ya se ocuparon los árabes de refrescar los patios, de instalar umbrías. Y nosotros, dos mil años después, nos dedicamos al crimen y castigo. O a la insurrección. La presidenta dice que ella no apaga la luz. Chulería chulesca.

No es eso, maestro, no es eso. No es el individualismo, no es un yo hago lo que quiero en mi casa. El presidente aclara, que en lo que se refiere al mundo privado no van a intervenir. Solo mentarlo me parece peligroso, huele a que a alguien se le ha ocurrido. No es la solución la recaudación a base de la fiscalización por incumplimiento. No es eso. No es eso. No es eso. No es que paguen los ricos. Hay mucha envidia en esa frase. No es eso. 

¿Dónde está la imaginación? ¿Dónde el premio a la innovación? ¿Dónde está la solución? Vamos a avanzar y dejar de enmarañarlo todo. Vamos a hablar. Vamos a crecer.

1 comentario:

  1. Que ilusa pretender inteligencia en nuestros gobernantes.En política se mete el desecho de la sociedad La solución es prohibir las juventudes de todos los partidos

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