Puedes hacer 10.000 pasos al día o comerte unos terrenos. Porque torrezno se escribe con ese, de plural. Cuestión de prioridades. Donde estén unos buenos torreznos, que se quiten los pasos. El buen torrezno, crujiente y blando a la par. Ricos en grasa, con alto contenido calórico. Chute de energía del tamaño de un buen achuchón. Un dato importante es que se tomaban como desayuno antes de echarse al monte o a llevar a cabo las tareas del campo; o en la niebla previa a una cacería. También es un clásico de almuerzo temprano de trabajadores de la construcción, junto con un lingotazo de anís y unos boquerones en vinagre o unas cocochas.
Parece que por unanimidad está claro que es la serotonina la hormona de la felicidad, fundamental en la regulación del estado de ánimo y las emociones, capaz de generar las reacciones químicas necesarias para incrementar nuestros niveles de bienestar. Se puede activar la hormona de la felicidad realizando ejercicio físico regularmente, con beneficios antidepresivos. Parece también que, el consumo de alimentos que contienen triptófano facilitan la producción natural de serotonina. Ejemplos : huevo, plátano, tofu, piña, pollo y pavo, pescado azul, nueces y otros frutos secos (pistachos y pipas), fruta y verdura de temporada, legumbres, queso, chocolate negro, calabaza, espinacas etc. Y alguna otra porquería, con perdón: me refiero a semillas de soja, algas crudas o guarrerías de moda.
Pero lo que se nos oculta son los beneficios del torrezno. Y por fin lo he descubierto, tienen un alto contenido en glicina. Signifique lo que signifique. Es un aminoácido. Está clarísimo. ¿?. El caso, sus propiedades: Grandes beneficios anti-inflamatorios, entre otras cosas, ayuda a mejorar la fluidez de la sangre; es uno de los mayores inhibitorios del sistema nervioso central, provoca una acción anestésica, somnífera y de activación del sistema nervioso parasimpático. Se ha demostrado que aumenta la percepción subjetiva del descanso y funciona con éxito en el tratamiento de enfermedades mentales como esquizofrenia. ¡Toma ya! efectos positivos sobre la artrosis y la osteoporosis; regulador metabólico y presión arterial; anticancerígeno; gran capacidad para hacer descender la glucemia y ser una especie de ‘antídoto’ contra la ingesta excesiva de fructosa y de etanol. Entre otras cosas.
Después de esta pseudo explicación, que probablemente nadie lea, muy científica ella, voto por el torrezno. He votado siempre. Mi intuición no falla y el torrezno me ha llamado siempre, en silencio, pero me habla. Por elegir, aunque es difícil, me decanto por mis favoritos, los de Espinosa y Paco (el Paco) en Navacerrada pueblo. Con nostalgia y cariño recuerdo los que hacía la abuela Sofía, muy de mañana. En casa de la abuela podían pasar muchas cosas, no era ejemplo de hogar impoluto, pero sí acogedor y es que la cocina hace hogar. Sin olvidar unos calcetines o zapatillas al saltar de la cama. Esas mañanas frías de Castilla la Vieja, junto al fuego, en una mesa de mármol hablando con ella mientras trajinaba, freía patatas para tortilla y sacaba de una orza de barro los torreznos conservados en aceite. Se me saltan las lágrimas de la emoción. Pero le echan carreras los que hago yo en casa con buen producto, de procedencia: Riaza, siempre Segovia. Me los traen mi tía y mi hermana de vez en cuando. Y a levantar el ánimo se ha dicho.
Por no hablar de la morcilla y el picadillo. La morcilla, o al horno, o rebozada como una buena rodaja de merluza con sus puntillas y que se quiten todas las demás versiones. Y el picadillo, a la sartén, con puré de patata. Y por supuesto de colofón, los chicharrones. Así no se puede estar triste. Fueraparte de todos los sesudos beneficios mencionados. Dicen que están de moda en los grandes restaurantes. No podía ser de otra manera. Ya estaban tardando. Además, donde esté un buen torrezno, no cabe el "puto" brócoli. Ya ésta bien de bobadas. Denostado torrezno. Pobre. ¿Qué daño ha hecho?
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