No se puede pedir y menos exigir que le quieran a uno. No se trata de orgullo o dignidad. No es eso, es solo que no se puede querer por obligación. Esas cosas ocurren, o no. Es base dos. Blanco y negro. Sistema binario. Sin matices. No hay jurisdicción en el corazón. Como conclusión me atrevo a decir el amor es una variable dicotómica. Y sólo se puede dar, nunca reclamar. Se puede, pero no funka.
Los mendigos del amor confunden la realidad. Son vagabundos en un mundo inventado, víctimas de su historia, menesterosos en el afecto. La caridad no es miscible con el cariño. Porque hasta el más irracional de los mortales quiere sin querer ¿A quién quiere cada uno? Allá "peniculas".
Yo creo que cuanto más se quiere, mejor. Aunque con tu marido, tu mujer, tu amigo, tu hijo, tus padres, los hilos que fueron milagros recién concedidos del manto de La Milagrosa, lazos que os unían, se rompan, hay que seguir queriendo. Aunque. cualquier brisa es mordisco que duele y erosiona. Arena en suspensión, dañina y oculta. Cuanto más se quiere, mejor, y si el viento es en contra, con más motivo. Unos son mendigos y otros cabezotas. Eso sí, sin pedir.
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