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12/08/2020

ASUSTADA ESTOY EN UN RINCÓN

La pandemia está poniendo al límite mi resistencia. No me gusta que coarten nuestras libertades. La utilización del miedo y la amenaza para limitar nuestros movimientos y nuestro modo de comportarnos roza con el estilo de vida de un sistema totalitario del que salimos hace muchos años. Impuesto en otros países sin éxito. Entiendo la necesidad de la norma. Entiendo la contención, pero creo que son las instituciones quienes deben explicar y aplicar la instrucción.  El voluntarismo y la formación de unidades paraoficiales me da muchísimo susto. En un país como España,  en el que hace casi 100 años hubo una guerra entre hermanos que aún duele, que no se ha perdonado, volver a la denuncia al vecino me parece cuando menos arriesgado. Sin pintarme de rojo ni de azul. Tanto monta.

Los españoles somos gente muy obediente, hasta en la cama. Gente que tan solo quiere la fiesta en paz. Pues bien, estos elementos y profesiones de nueva creación que están naciendo, fomentados por el gobierno y los medios de comunicación, a mí me dan susto. Los rastreadores. Jolines. ¿Es que no se dan cuenta? Son  como esos vigilantes jurados; que no son polis, pero se lo creen. Y  no tienen ni la formación, ni el filtro, ni el entrenamiento, ni muchas otras cosas que ahora no se me ocurren, pero que hacen falta para ser policía. ¡Coño!, que refuercen los hospitales, que gasten pasta en investigar, que la policía y el ejército tenga autoridad.  Pero este "si es no es" nuestro no me gusta. Toma partido, gobierno, utiliza tus armas. Osea, no saco a la policía ni al ejercito a controlar porque eso es como fascista; pero autorizar y dar un carné a cualquier descerebrado a que dé órdenes y te mande a casa porque toses o no llevas mascarilla, eso es súper progreso. Pues a mi "NO UTA" Eso decía mi querida hermana de ley cuando le obligaron con cinco años a comerse un plato de arroz. "No me gusta". Y a cada cucharada se lo repitió a sus atentos padres. Hasta que no dejó ni un grano. "No uta" y entregó el plato rebañado. Pues a mi NO UTA ni la poli de balcón ni los rastreadores, ni los espías de vocación. Mirones envidiosos de la alegría ajena.

Estoy en contra de que vigilen voluntarios. Porque no es natural. Me parecen voyeurs. ¿Para qué quieren mirar? ¿Qué afán es ese de comprobar quién se sale de la norma? Si no tienen datos, a lo mejor es alguien que estando malo sale a por medicinas porque no tiene quien le escriba. O ha pasado ya su convalecencia o su confinamiento obligado. A lo mejor hoy acaba su cuarentena.

Es como el que tiene Facebook con un nombre falso, y lo utiliza para cotillear sobre los demás. No uta.  No uta nada. A ver, a mi me parece mal que la gente no pague hacienda, pero de ahí a denunciarlos hay un trecho.  Para eso está Hacienda. Que se encarguen ellos. Cuando alguien no pide factura, me hace daño a mi también. Sí, porque yo sí que pago impuestos. Y el que no paga también conduce por las carreteras que arreglan con mis impuestos. ¿Y? ¿Me voy a poner yo a chivarme? No. Nada peor que un delator.


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