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21/08/2020

NO TE QUEJES o QUEJARSE ES DE MALA EDUCACIÓN, TODO EL MUNDO TIENE PROBLEMAS.

Eso sí que es tóxico. La queja y envenena más que el arsénico y, además, no tiene compasión. La queja.  Porque la queja no aporta. La queja está hueca y sorbe porque todo le cabe. Es un agujero negro. Guitarra rota.  Suena a rancio, a feo, caduco, podrido. Cansino. Quejarse no es de mayores ni de pequeños. Es intrínseco. Es una actitud.  Y como toda actitud multiplica.

 

La queja chupa, la queja mina, la queja roba la energía a cualquiera.  La queja agota. La queja seca. La queja deja campos baldíos. La queja es un parásito que necesita un huésped. Si lo comparo con los piojos, poco se puede hacer para que no le invadan uno. Que, si te lavas el pelo, mejor, que les gusta limpio. Que te peinas, vuelven. Así es que solo queda la calvicie o el exterminio. Quejarse es un vicio que tienen algunos y que se alimenta de la paciencia y bondad del resto. Tiene como caldo de cultivo el amor incondicional, fraternal, de pareja. El que sea. Pero el amor, que aguanta la queja.

 

La queja carcome como el bicho se hace dueño del mueble. Sin dar nada a cambio. Parece que todo sigue igual porque va minando por dentro al invadido. Y es tan mala que lo devora todo, hasta la queja misma se queda sin alimento y debe buscar un nuevo objetivo del que apoderarse, a quien robar la alegría. La queja deja estéril al amigo, al pariente. Exhausto.

Es inútil luchar contra el quejica. Parece suave la palabra con lo que lleva dentro. Todas las soluciones o alternativas son combustible para alimentar la propia queja, serán rebatidas a base de engordar la queja misma. Se ceba de tu buena intención. Así que ante la queja silencio. Que no te mueva ni el aire las pestañas. Si estás ahí, aguanta el tirón, pero no des ideas, disimula.  Ponte de perfil. Cualquier argumento se va a volver contra ti y en ese bumerán de vuelta,  ya cogido fuerza seguro. Así que cuidado con las energías renovadas 

 

Ay madre. que ahora me entra a mí la preocupación. ¿Me estoy quejando de la queja? ¡Que no! ¡Hala! Que corra el aire, respirar y a divertirse que nos confinan. Y ahora alguien se preguntará, observador, curioso. ¿Qué tiene que ver la foto con la queja? Mucho. Como dice Dani Rovira, yo le puedo encontrar a todo una explicación, y si no se la encuentro me la invento.  Pero acepto sugerencias. Son los servilleteros del confinamiento.


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