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03/05/2020

MANIOBRAS ORQUESTALES EN LA OXCURIDAD, con permiso



Mucho cuidado. Nos estamos atontando. Y no podemos cerrar los ojos. No me puedo creer que hayamos perdido la perspectiva. Han pasado dos meses, es un verano. No es para tanto. Debemos reconocernos. No nos hemos ido a ningún sitio. Solo nos hemos quedado quietos. He estado oyendo preguntas de sesudos periodistas en las últimas ruedas de prensa y me he quedado preocupadísima.



¿Será verdad que lo que le inquieta ahora al españolito de a pie es si puede pasear y correr en un mismo día, o si cuenta dos veces? Confirmar que, si con los niños puede pasear un kilómetro, pero el adulto puede hacerlo dentro del circulo formado por la circunferencia de radio el anterior numeral. ¿Y qué pasa con el perro? ¿se puede salir otra vez con el perro? ¿Y si tienes dos? ¿O tres? Para chascarrillos está bien. Pero no me creo que esa sea una duda digna de un cronista cualificado. La parida que han montado llenándonos de horarios incompatibles con la vida es tan solo una maniobra de distracción. Humo denso que no nos deja ver. Es que, si sales a correr por la mañana, una hora, por la tarde otra de paseo, luego sacas a los niños con la regla de los unos. A eso le sumas las desinfecciones correspondientes, que no son menos de 15 minutos cada vez, más la ducha de después del deporte; ya llevas casi cuatro horas. Te queda hacer la compra. A las 6:00 que has ido a correr, el Mercadona y el Día estaban cerrados. Otra salidita, hala. Con su preparación y descompresión correspondiente. Tienes que hacer la comida. Como te descuides no te da tiempo a cenar. Que a las ocho hay que aplaudir y a las nueve hay que quejarse. Para la cacerolada, descárgate la App, no hace falta que busques cazuelas viejas. Hay Apps para todo: aplausos, como hacer una tortilla, conciertos, felicitaciones varias; aún así, se te amontona la tarea. Te lo digo. Nos están entreteniendo.



Cuando una cosa se cuenta muchas veces, acaba teniendo forma de verdad. O rendición del contrario. Hay verdaderos expertos en ese tipo de estrategias. Son espabilados desde pequeños. Aprovechan la contundencia de la realidad para darle la vuelta y sacar rédito. Un presidente solemne, anunciando millones de mascarillas que luego no existen. Si no fuera tan serio sería un buen chiste. Las arengas de sus socios echándole la culpa a las residencias de ancianos privadas. No sé si es verdad que se han muerto más de nuestros mayores en residencias públicas o privadas. Sé que se han muerto lo mayores, nuestros referentes. Sé que este puto virus se ensaña con ellos, con nuestros padres, con los que están más débiles, con los más frágiles. Pero también sé que los hospitales privados de muchas compañías se han abierto a la sanidad pública y los médicos, enfermeras, auxiliares, celadores, todo el equipo sanitario ahí actuado como un todouno. Han sido una sola sanidad, dando igual el color de la bata, sin tarjetas ni burocracia. Y lo sé de cerca, no porque haya salido en el periódico. No vale mentir. Y aunque sea verdad, ni es noticia ni es oportuno.

Yo diría que no tenemos mucho tiempo para paseos, que no se trata de saltarse normas o entender la mente oblicua que maneja los hilos. Se trata de salir de este entuerto. Y de aquí no se sale con hojas de cálculo ni tablas, se sale currando. Tampoco saldremos con franjas horarias y condiciones. Así que, dejaros paseítos, que no estamos de vacaciones. El confinamiento no puede ser un paso atrás, eso, ni para tomar impulso. ¡Que no da tiempo a tanto andar y a tanto deporte! ¡que tenemos que currar! O buscar la manera de hacerlo, hay que ser creativos, inventar, ayudar. Abre los ojos, dejémonos de pamplinas. Pasemos el luto y al lío, que hay mucho que hacer. No podemos rendirnos.

Lo que hemos tenido es tiempo para pensar, en medio de avalanchas de series y libros gratis, suscripciones de oferta a periódicos que muchos no sabíamos ni que existían. Visitas a museos con expertos comentaristas. Hemos tenido tiempo para reflexionar. Para poner en una balanza lo que estábamos haciendo mal. Es hora de salir y darlo todo. Este es nuestro partido. Hay que jugar echando el resto.




2 comentarios:

  1. Bravo María por el reconocimiento a la sanidad privada y por tus textos.
    Sí, hemos estado todos

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