ademas aLa culpa de la falta de comunicación la tienen los aparatos que sirven para comunicarnos. O no? Podemos hablar sin oírnos a través de redes sociales, ordenadores, i pads minis o no, Facebook, twitter. Sin oírnos...y si no nos oímos, nos escuchamos?
Por ejemplo, desde que usamos móvil nadie charla en el ascensor. Incorrecto: Habla la gente con el móvil. Y lo digo a posta: Con el móvil, no con amigos, parientes o compañeros, no, lo importante es el aparato. Parece que todos estamos ocupadísimos. Cada uno mirando su pantallita y esperando que suene o se vea algún indicio de que no está solo (o haciendo un paripé). Una señal de que no se está escondiendo detrás de un cacharro porque no se le ocurre nada que decir. Una luz, un pitido, timbre, ring...
Antes, hace no tanto, entrar en un ascensor era un momento a veces especial. Si se trataba del ascensor de casa, como el trayecto solía ser corto, entre 'a qué piso va? O 'el 5 , verdad?' Y un 'Qué frío ha empezado a hacer'...llegabas a su casa.( Hablar del tiempo siempre ha sido socorrido, que se lo digan a los ingleses!
En la facultad ya era un poco más complicado. En el hipotético caso de usar el ascensor podía ocurrir que fueras solo o con perfectos desconocidos: Profesores, alumnos de otros cursos, en fin. La tensión se mascaba y sacar adelante una situación así, era motivo de orgullo personal. Y en algún caso, una oportunidad. Algo para contar después.
La segunda situación: Una entrevista de trabajo: Si ibas con tiempo, subías por la escalera. Mejor subir cuatro pisos que meter la pata antes de que te cojan. Con la hora pegada había que arriesgarse, mejor eso que llegar sudando.
Y el último caso que presento es el de tu oficina. Conoces a todo el mundo, pero te da una pereza insalvable ponerte a parlotear. En realidad te gusta, quieres a mucha gente ahí dentro. Pero...arrancar, eso es lo que más cuesta. Te aferras a tu móvil, revisas el correo, compruebas Linkedin, Facebook ni tocarlo, el 'guasap'...nada. Ni un maldito mensaje. Mira que son tus amigos, seguro que cuando estés currando te brean a mensajes. Tanto que dejad el cacharro en silencio. Pero sigues en el ascensor, para en todos los pisos. No levantas la cabeza, suena, ahora sí, te yergues orgullosa y sonríes:"Estoy llegando". Información imprescindible, siendo como es la hora de inicio de la jornada laboral. Si hicieras algo extraordinario, lo entiendo, pero llamar para eso (has mandado un sms previo para que te llamaran)
Estamos solos y aislados porque los chismes están sobrevalorados como medio de comunicación, no ves el gesto del otro, ni hueles su olor,...en fin, tus sentidos no te dan más pistas. Te falta poder tocarle o no. Faltan datos, porque tú quieres. Hablando arreglarías gran parte. Además no necesitamos estrujarnos las cabeza para llenar ese tiempo mágico de la subida en ascensor con un desconocido de la que tanto se puede aprender. La imaginación, buscar en los resquicios de tu cabeza de qué hablar con un compañero que te cae mal, o que te encanta... Se han perdido nacimientos de grandes amistades, discusiones, enfrentamientos... Todo lo que nos lleva a conocernos