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20/08/2015

BAJAR A MADRID

Es una expresión que solo los que lo practican la utilizan. Bajar a Madrid es lo que hacen los miles de madrileños que trabajan en Madrid y viven en la Sierra en verano. Sí, no es que vivan en la sierra, pasan el verano allí. Y aunque se sienten del pueblo sin estar empadronados no dejaran jamás de ser veraneantes, de la colonia.
 
Bajar a Madrid es el equivalente al "commute" estadounidense, la gente que sale de madrugada, coge su tren y viaja una hora hasta llegar a la oficina. Y al atardecer, lo mismo, de vuelta.
  
Pero "bajar a Madrid" sólo se baja en verano. Y generalmente si se tiene jornada intensiva y se prevé una llegada a casa en el entorno de las cuatro de la tarde. Cuando ya no es hora de comer pero tampoco de merendar y se llega con un apetito desordenado. Te plantas frente a la nevera y devoras sin compasión. A veces se consigue llevar un orden: Te esperan a mesa puesta, comes, duermes un poco y disfrutas la tarde.
Quieres multiplicar por dos el día. Dependiendo de la edad eso tiene varias posibilidades. A los veintitantos bajas y subes, te echas la siesta, tomas algo, nadas, partido de tenis o fútbol. Copas en la plaza y a dormir. Y así puedes pasar el verano entero. Alguna noche empalmas y bajas sin dormir después de una buena ducha. Muerto de risa. A los treinta y tantos y cuarenta y tantos comes algo cuando llegas y dormitas delante de la televisión o en la piscina. Haces compra, cenas y a las 10 no piensas en otra cosa más que en meterte en la cama. A partir de lo 55 hay un punto de inflexión. Menos dormir, más paseos y cafés y copas nocturnas en casa de amigos, disfrutando del fresco.
La peor bajada a Madrid del verano es la última. No es de madrugada. Han pasado las patronales, la casa está cerrada. Te juras volver más este año. Sabes que no lo vas a hacer. La sierra tiene un imán, con sus polos y cuesta acercarse tanto como separarse.

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