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13/08/2015

LA ENFERMEDAD


Algunas veces la enfermedad es el motivo principal para seguir viviendo. Y cuanto más grave la enfermedad, más coraje y más razón de ser de la propia vida; que se torna en supervivencia .
A partir de un momento en la trayectoria de muchos humanos la salud se convierte en un sin vivir. Puede o no coincidir con el final de la vida laboral, o con el nido vacío. El caso es que el día a día es un ida y vuelta a consultas, al ambulatorio, al hospital... Quienes fueron activos profesionales transforman su rutina de reuniones de trabajo por citas tempranas para análisis de sangre, scaners.
No pueden quedar a comer porque tienen que hacerse una tomografía. No salen a pasear porque tiene una cita con el radiólogo, luego es el médico de cabecera otra vez, al día siguiente le dan los resultados, vuelta al de cabecera... Una locura. En la sala de espera hay pleno cada mañana. Comparten experiencias y miserias. No hablan de política ni del tiempo. Rebuscan en su historial detalles novedosos.
Sospecho que todo es una farsa. Que los tienen engañados en la telaraña de los pasillos de hospital para mantener viva su mente. Para que recuerden, para que se muevan. Es una canallada del sistema que secuestra a nuestros padres haciéndoles enfermos crónicos incondicionales de las batas blancas. YA ESTÁ BIEN! Vamos a decir "basta". Queremos a nuestros padres, abuelos, un poco menos sans pero menos angustiados también.
Jolines, de un orzuelo un hombre de 75 años sale con el colesterol alto, le prohíben el alcohol, el chorizo, le obligan a andar una hora diaria pata lo cual se compra unas zapatillas espantosas, pierde la compostura y se compra un chándal con el que tiene una pinta indecente.

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