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31/08/2015

EL CIELO DESPUES

Después de la tormenta se quedó un cielo sobrecogedor. Los truenos habían sonado a la vez que se habían visto los rayos. Según el saber popular eso quiere decir que la tormenta estaba encima. El cielo estaba negro como la noche pero había muchísima luz detrás de las montañas, en la linea del horizonte. Podía pasar cualquier cosa. El horizonte estaba teñido de naranja. Parecía que detrás del monte había un fuego gigante, capaz de iluminarlo todo. Y al rato anocheció de verdad.
Quedó el olor a tierra mojada, a hierba llena de agua, brillando en la oscuridad, los pinos goteando, vencidas las ramas por el peso de la tormenta. Destilan las acículas el agua que les sobra. Los charcos en el camino y las huellas de la vuelta a casa.

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