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26/04/2020
QUE VUELVA ROLAND GARROS
Ya casi no me creo nada. Pero hay algunas cosas que son evidentes. Entiendo que no se pueda jugar al rugby, futbol, vóley. Vale, Pero ¿Me van a decir que no se puede jugar al tenis? Es como decía Eugenio, "el queso, que se ve claramente que es queso, que lo llamen, formage". Pues eso. Hay que tener un poco de sentido común. Que no se pueda correr, que no se pueda jugar al pádel, andar por la calle para ir a ninguna parte. Ya está bien. Tenemos que salir de esto ya. Es que estamos llegando al absurdo. Vamos a pasar de confinamiento a prisión. Sí, que estamos muy agustito en casa. Esa es la parte bonita de toda esta historia. Pero el país no se mueve así. No. Parece que estamos escondidos, asustados. Eso no puede ser.
Es que no entiendo. ¿Qué dificultad hay en entender que el hecho de que salgan ahora los menores de 14 años no arregla nada? El 3111. Parece un número de emergencias. ¿No eran ellos los llamados asintomáticos, tan peligrosos? ¿Os es que no lo son? Si se han equivocado, díganlo. Rectifiquen. Es normal meter la pata. Nadie sabía nada de esto. Nadie pensó en la magnitud de lo que podía ocurrir. Si los que tienen peligro de enfermar son los mayores, cuidemos a los mayores. ¿De qué sirve que salgan los niños 1h y a no más de 1 km de casa una vez al día? Con un adulto, de la mano. Un adulto, antes del coronavirus tenía dos extremidades superiores. No va a haber policía capaz de controlar. Yo soy padre o madre de un chaval que pueda salir y lo hago sin móvil, está claro. A 1 km de casa vale, pero una vez al día y 1h, ¿Van a dar salvoconductos? Están perdiendo el norte. Además, ¿en bici? Con sus juguetes dicen, sí. ¿A dónde? No todo el mundo tiene urba. Al parque no, lagarto, ahí pueden tocar cosas. Que les dé el aire, el fresco de la mañana. Bucólicos paseos por aceras angostas. Van a bajar con sus coches y sus muñecas a esparcirlos por los adoquines y baldosas de la calle. ¿Van a jugar al balón, dónde? Rompiendo escaparates. Es que no me la cabeza para entender tanta tontería. No todo el mundo vive en un pueblo, ni tiene jardín, individual o compartido. No hay campo a la vuelta de la esquina. Hay pocos coches, pero a ver por qué acera de Madrid pueden ir los niños en patinete y bicicleta, salvando honrosas excepciones.
Entre el teletrabajo, la compra, las tareas de los chavales, que si un video, que si un Power Point, la parafernalia que hay que organizar en casa, con impresoras, tabletas, ordenadores; la chica que no viene, no se vaya a contagiar, o nos contagie por venir en metro; suma pon y quita lavadoras, la plancha a la porra, se extiende bien, y la arruga es bella; haz la comida, cena, desayuno, desinfecta, limpia mascarillas, guantes, ropa de los que salen; los padres, que ya tenían superpoderes, ahora están desbordados. Se añade la preocupación de la incertidumbre. Y ahora tienen que sacar 1h a los niños. ¿No será, insisto, que encerrar a los niños dos meses es una bobada? ¿No será que nos vamos a morir igual, estando encerrados o saliendo? Porque si es así, señores, hay que echarse a la calle. Nos protegemos, y a currar. Que hay que recoger la fruta que toque, que a las vacas les explotan las ubres. Que hay que terminar las obras.
Una semana, vale; dos, bueno…pero van a ser ocho semanas confinados. Es un verano casi. Ya está bien. Si no sirve de nada quedarnos en casa, vamos a salir ya, sin rencores. Al menos no seguimos con el desaguisado. No somos ricos. El estado tampoco. Ni la vida es vivir de prestado. Tenemos que estar orgullosos de nuestro cometido, de nuestro paso por la vida. No metidos en un rincón, en pausa. Las cuarentenas por algo duran 40 días, se ha cumplido. Basta. No me creo que hace 50, 100 años, en la Edad Media se luchara contra las pandemias, la peste, el desastre, tomando exactamente las mismas medidas. Prohibición de salir. Algo hemos evolucionado. ¿no? Hemos aprendido en estos siglos, estoy segura. No puede ser. Tenemos que salir a sacar las castañas del fuego, tenemos que trabajar para regenerar el desastre. No podemos seguir así.
A ver, ¿cómo son las cocinas de los restaurantes que hacen comidas a domicilio? ¿están a metro y medio unos trabajadores de otros? Son igualitas que las de los bares que están cerrados a cal y canto. Dejen abrir de una vez y controlen que se cumplen las medidas necesarias para poder trabajar, pero no nos obliguen a ser cobardes. Que vuelva Nadal, que abran los colegios, las universidades, las oficinas, los restaurantes, las discotecas, las tiendas, los talleres. Que reparen los baches. Que se abran los bares, vámonos al teatro, a misa. Que no se dé la comunión ni la paz, dos personas por banco ¿Cuánta gente hay en una sala cine? Que se limite el aforo. Igual en los templos, iglesias y mezquitas. Vamos a usar la imaginación para dar las clases, como han hecho hasta ahora los profesores. Vamos a ir a la oficina, a la ferretería, al parque. Y a volar. Uno sí y otro. Tenemos que currar, mucho, estudiar, mucho, y lanzarnos a la calle. Salir del escondite y adelante. Y si no saben, échense a un lado, con la humildad que aún no han usado.
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