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21/01/2022

CUERNOS Y CHORIZOS REALES

 

Hace falta valor. Que son cosas que pasan dice, el jeta. Todo en la vida son cosas que pasan. ¡Qué lucidez tiene el tío! ¡Qué verbo! Que lo diga su hijo, pase. Pero tú, colega. Hace falta valor. Hace falta valor. Ven a la Escuela de Calor. A ver, hijo, que tu chica te ha llevado bocadillos al trullo. Que le han quitado el título que desde nacimiento le correspondía, porque tú eres un chorizo. Y resulta que ahora, cuando todo ha pasado, te paseas con otra de la mano, cuando aún sigues llevando dos maromos que te protegen no sé de quién o de qué. Porque no le importas a nadie. Te enrollas con la compi del despacho. ¿Una novia de la infancia? ¿La dejaste por una vida de altura?

Ella está fatal, la mujer. ¡Nos ha jodido mayo con llover tan pronto! ¿Y cómo quieres que esté? Eso de a las duras y a las maduras hay gente que no sabe que es. Pero lo tuyo es sangrante, macho. Que le han quitado la coronita a la chica con la que te casaste porque tú ibas presumiendo de trato. Entrabas en los sitios con un “no sabes con quien estás hablando” por delante. Hasta para ser caco hay que valer. Y si tenías que destapar tu disfraz es porque no se te conocía y no eras nadie importante. Pero, ¡hay que ver el daño que has hecho!, a tu chica, a tus hijos. Eso es lo importante. Porque además de real, tu santa esposa es hija, madre, hermana, y ha tenido que pirarse de casa, se ha separado de todo, es la peste de la familia por la vergüenza del marido chorizo. Ella te ha defendido y apoyado en todo. ¡Ah! que a lo mejor eras víctima. Mira tú. Pues no haber aceptado. Que te molaba mucho entrar en palacio y las reverencias. Que te quiten el plato y te lo pongan sin darte cuenta. Estar medio palmo por encima del resto de los mortales. Para eso sí.

Vienes de familia de alcurnia. Plantaste a tu novia de toda la vida por la coronita y los laureles. Alegaste ser teniente para librarte de la mili. Por lo visto estudiando fuiste un hacha, metiste el turbo y en lo que los mortales hacen una carrera, tú te cargaste de títulos y honores. Cosas de los coronados. Imagino. Pero es que eso da lo mismo. Eres un caradura y un desagradecido, después de casi treinta años al lado de una mujer, lo único que se te ocurre decir es que son cosas que pasan. Eres un crack. Como si tu real familia no hubiera existido nunca. Hace falta valor. Es de malnacido no ser agradecido. Y una chica que te lleva el bocadillo al calabozo es mucha chica. Encima te han hecho la foto en un sitio en el que no podías estar, cosas del grado que cumples. ¡Alma de cántaro! Lo dicho: Para ser malo hay que valer.

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